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» La Capital
Fecha: 21/11/2025 08:01
Dirigentes de clubes expusieron la situación en el Concejo Municipal y reclamaron fondos para competir, sostener actividades y recuperar elementos robados Los clubes rosarinos volvieron a exponer la fragilidad económica que atraviesa el deporte local. Dirigentes de Horizonte y Rosario Unidos detallaron este miércoles en el Concejo Municipal la dificultad para afrontar viajes a competencias nacionales, sostener las actividades barriales y recuperar materiales tras robos recientes, un panorama que se alinea con las conclusiones del último informe de la Universidad Nacional de Rosario sobre la crisis estructural que afecta a las instituciones deportivas de la ciudad. En la reunión de la comisión de Deportes y Turismo el primero en tomar la palabra fue Gastón Bembo, presidente del Club Atlético Horizonte. Lo acompañaron la coordinadora de gimnasia artística, Micaela Biani, y la capitana del equipo de futsal, Carolina Sironi. Bembo recordó que durante todo el año deportistas de la entidad participaron de encuentros y torneos en distintos puntos del país y que la institución ya no podía sostener, “a pulmón”, el ritmo de viajes y competencias nacionales. “Las chicas no solo representan a Horizonte; representan a Rosario y a la provincia” , planteó, al pedir acompañamiento económico público para cubrir parte de los costos de traslados, alojamiento e inscripción. Biani detalló que, en las próximas semanas, una gimnasta del club viajaría a San Martín de los Andes y otras dos a San Juan, en ambos casos acompañadas por una profesora. “Son competencias de alto nivel, clasificatorias, y no queremos que nadie se quede afuera por motivos económicos”, explicó. >> Leer más: Clubes de Rosario: cuotas, alquileres y autogestión para sobrevivir con poca ayuda estatal Sironi, por su parte, puso el foco en la trayectoria del futsal femenino: “Desde 2021 nos bancamos los viajes con rifas, bingos, familiares y lo que se pueda. Este año llegamos a ir a un torneo en el sur, pero no pudimos viajar a Bariloche y se perdió una plaza para la ciudad”. Sobre el viaje inmediato a Villa Mercedes, San Luis, detalló que se trataba de “13 jugadoras y 3 integrantes del cuerpo técnico” que necesitaban apoyo para llegar a la competencia. Bembo insistió en el rol social del club en el barrio y en la decisión de Horizonte de becar a deportistas cuando las familias no pueden pagar la cuota. “Preferimos perder ingreso antes que perder chicos y chicas del deporte”, resumió. Los clubes de barrio y los robos Luego fue el turno de Ariel —presidente del Club Infantil de Fútbol Rosario Unidos—, que llegó al Concejo con una lista concreta: conos, redes, pelotas, reflectores, garrafas y distintos elementos robados del buffet y la cancha el pasado 15 de octubre, en la sede de Río de Janeiro y Gálvez. El dirigente relató que la institución está situada en un área cercana al barrio Banana, con fuerte demanda social y económica. “La cuota es muy baja porque si la subimos, los chicos dejan de venir. Pero así, cuando nos roban, quedamos sin margen para reponer nada”, describió. También remarcó que el club cumple una función de contención clave en una zona atravesada por la desigualdad: “Acá los pibes tienen la pelota, el equipo, el profe, y un lugar donde estar. Si se caen los clubes, ¿dónde van?”. clube Los concejales tomaron nota de los pedidos y quedaron en evaluar mecanismos para canalizar aportes: desde subsidios directos hasta programas específicos para reposición de equipamiento luego de hechos delictivos. Una radiografía preocupante: muchos clubes, poco margen Los reclamos de Horizonte y Rosario Unidos no aparecieron en el vacío. Sirvieron, en todo caso, para ponerle rostro y nombres propios a lo que ya había mostrado el Observatorio del Deporte de la UNR en su último estudio sobre los clubes de Rosario. Entre los principales datos de ese relevamiento se destaca que Rosario cuenta con unos 391 clubes sobre casi 1400 que existen en toda la provincia; es decir, aproximadamente un club cada 2.500 habitantes. La mayoría son entidades de fuerte raigambre histórica: la edad promedio supera los 60 años, pero siguen creándose clubes incluso por encima del ritmo de crecimiento poblacional. En cuanto a sus características, predominan los clubes chicos: en la muestra específica del Observatorio, un 60 por ciento tenía menos de 500 socios. Aunque, vale la pena mencionar, la vida institucional es robusta: alrededor del 96 por ciento de los clubes relevados contaba con personería jurídica y el 92 por ciento había renovado autoridades en los últimos cinco años, aunque muchas veces con las mismas personas reelectas por falta de recambio. En términos económicos, el informe subraya que: la cuota societaria representa al menos la mitad de los ingresos en la mayoría de los clubes. Ante este escenario, la principal estrategia complementaria de financiamiento es el alquiler de salones y espacios (eventos familiares, parrilleros, canchas), que aparece en alrededor del 65 por ciento de los casos. Cerca del 40 por ciento accedía a subsidios en tarifas de servicios, pero solo uno de cada cinco participaba de programas deportivos específicos o líneas de apoyo estatal más estructurales. >> Leer más: Ni el fútbol, ni el básquet: las artes marciales son la disciplina más extendida en los clubes de Rosario Dicho de otro modo: los clubes sostienen infraestructura, planteles y competencias crecientes sobre una base de ingresos muy frágil, dependiente de cuotas ajustadas y actividades extras, con un acceso todavía limitado a políticas públicas más robustas y constantes. De la cancha al aula: clubes como garante del derecho al deporte El estudio del Observatorio también hace foco en el peso comunitario de estas instituciones. Según el relevamiento, el 68 por ciento de los clubes presta sus instalaciones a escuelas o al municipio para educación física, campañas de vacunación y otros operativos; y en el 80 por ciento de esos casos lo hace de manera gratuita. Esa capacidad de “abrir las puertas” al barrio y al Estado se superpone con la realidad que describieron Horizonte y Rosario Unidos en el Concejo: entidades que becan a chicos y chicas, sostienen equipos competitivos y, al mismo tiempo, lidian con robos, costos de viajes en aumento y dificultades para mantener el equipamiento más básico. En ese sentido, la visita de los dirigentes no solo apuntó a conseguir respuestas puntuales —pasajes para Villa Mercedes, reposición de pelotas y redes—, sino también a dejar instalada una discusión más amplia: qué política deportiva y de financiamiento quiere Rosario para sus clubes de barrio. El debate pendiente: apoyo estable y criterios claros En la comisión de Deportes y Turismo sobrevoló una conclusión compartida: los clubes no son simples prestadores de servicios recreativos, sino actores centrales del tejido social y aliados imprescindibles del Estado local para garantizar el derecho al deporte, la sociabilización y la convivencia comunitaria. Los reclamos de Horizonte y Rosario Unidos volvieron a evidenciar la brecha entre ese rol social y el apoyo económico efectivo. El desafío, ahora, es si el Concejo y el Ejecutivo lograrán traducir esa “radiografía” en criterios claros de acompañamiento: fondos específicos para viajes nacionales, líneas de ayuda rápidas ante robos o siniestros y programas que reconozcan, con presupuesto, lo que los dirigentes de barrio vienen sosteniendo hace décadas con recursos mínimos.
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