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CABA » Plazademayo
Fecha: 20/11/2025 15:27
El Día de la Soberanía Nacional conmemora la resistencia en la Vuelta de Obligado, donde fuerzas argentinas enfrentaron a la escuadra anglofrancesa. Aquella gesta militar y la posterior Convención Arana-Southern sellaron el reconocimiento de la navegación interior como un derecho exclusivo de la Confederación Argentina. Una gesta que marcó el destino del país Cada 20 de noviembre, la Argentina recuerda la Vuelta de Obligado, un episodio que definió el rumbo de la soberanía nacional. En 1845, mientras Juan Manuel de Rosas ejercía el manejo de las relaciones exteriores, la escuadra anglofrancesa intentó forzar la libre navegación del río Paraná para asistir a Corrientes, provincia enfrentada al gobierno rosista. El objetivo extranjero buscaba habilitar el comercio con Paraguay y las provincias del litoral, favoreciendo además a la sitiada Montevideo. A pesar de ese cuadro adverso, la defensa del territorio argentino quedó en manos del general Lucio N. Mansilla, quien organizó una resistencia inédita. La resistencia en el Paraná Mansilla tendió cadenas de costa a costa, sujetas a barcos anclados transversalmente. Aquella maniobra buscó impedir el avance de una flota militar muy superior en número y armamento. La batalla fue desigual, pero la resistencia argentina se convirtió en un símbolo. Aunque la flota extranjera logró romper las cadenas y avanzar, el combate dejó una marca imborrable. La valentía de los defensores transformó una derrota militar en un triunfo político que repercutió en toda la región. La diplomacia que afirmó la soberanía Cuatro años después de la batalla, el conflicto concluyó con la Convención Arana-Southern, firmada el 24 de noviembre de 1849. La fuente principal de esta documentación es el trabajo del historiador José Luis Muñoz Azpiri, “Rosas frente al Imperio Inglés” (Ediciones Theoría, 1960), y el archivo digital del sitio El Historiador. Allí se detalla el acuerdo que selló la paz y consolidó la posición argentina. El documento estableció que la navegación del río Paraná sería reconocida como navegación interior de la Confederación Argentina, sujeta únicamente a sus leyes y reglamentos. También fijó la devolución de buques, la evacuación de la isla Martín García y la restauración plena de las relaciones diplomáticas. El reconocimiento internacional a la soberanía El artículo 4 de la Convención marcó un punto decisivo: el gobierno británico aceptó que la Argentina ejercía derechos indiscutibles, tanto en tiempos de paz como de guerra. Ese reconocimiento implicó un giro estratégico y jurídico que fortaleció la posición nacional ante futuras presiones extranjeras. La firma de Felipe Arana y Henry Southern reflejó un entendimiento que trascendió la coyuntura bélica. La diplomacia argentina demostró que la resistencia militar, aun en condiciones adversas, podía abrir camino a victorias políticas duraderas. Un legado que perdura El Día de la Soberanía Nacional honra no solo a los combatientes de Obligado, sino también a una tradición histórica de defensa del territorio, de negociación firme y de decisión política. Aquella articulación entre resistencia y diplomacia convirtió a la gesta de 1845 en un hito que permanece vigente en la memoria colectiva.
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