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  • Cuando la Justicia toca la frontera de la palabra

    » Corrienteshoy

    Fecha: 17/11/2025 10:17

    Cuando la Justicia toca la frontera de la palabra Por Jorge Bernabé Como abogado en pleno ejercicio, como ciudadano y como alguien que dedicó su vida entera al Poder Judicial - desde mis años de empleado y secretario de la Corte, hasta mis funciones de fiscal y juez - escribo estas líneas con la serenidad que exige la prudencia y con la firmeza que impone la conciencia. No conozco en detalle la presentación del señor Ministro Fiscal ni corresponde emitir juicios sobre los aspectos internos del expediente, pero sí conozco la resolución judicial que ha generado preocupación en organismos de derechos humanos, en la prensa local y nacional, y ahora incluso ante organismos internacionales. Y frente a ello, guardar silencio sería, en mi caso, una forma de claudicación ética. Lo hago con el mayor respeto institucional. Lo hago porque creo en la República. Lo hago porque juré, varias veces en mi vida, defender la Constitución. Una línea que la Constitución no permite cruzar. La libertad de expresión, con sus luces, excesos, bemoles y responsabilidades, no admite restricciones previas. Esto no lo digo yo: lo dicen la Constitución Nacional, los tratados internacionales con jerarquía constitucional y la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema. La reciente decisión que ordena impedir la difusión de contenidos que puedan “injuriar, desacreditar o distorsionar” la actuación de magistrados o fiscales, aun dictada con las mejores intenciones, cruza peligrosamente esa línea. No se trata de proteger honras individuales que por supuesto deben tutelarse, sino de establecer un umbral que puede convertirse en precedente de censura previa, algo expresamente prohibido en nuestro sistema constitucional. No es un tema político: es un tema institucional Cuando organismos como Andhes y la Asociación de Prensa de Tucumán acuden a la Relatoría Especial de Naciones Unidas para advertir sobre un posible caso de censura judicial, no están haciendo militancia: están encendiendo una alarma institucional que no podemos ignorar. Una República saludable se construye tolerando la crítica, incluso la más áspera. Los jueces no debemos ni cuando estuve en funciones, ni ahora, temer a la mirada pública. La crítica fortalece; la mordaza debilita. Habla alguien que conoce esos pasillos Durante décadas caminé los pasillos del Poder Judicial. Fui testigo, protagonista y servidor en tiempos de valentía y también en tiempos de sombras. Luché contra mafias que me amenazaron de muerte. Firmé sentencias con custodia policial. Sufrí, y también ejercí, el peso de la responsabilidad institucional. Por eso sé que cuando una decisión judicial es percibida por la sociedad como una restricción al debate público, la confianza se erosiona. La justicia no solo debe ser imparcial: debe parecer imparcial. El Colegio de Abogados debe intervenir. No para confrontar con el Poder Judicial, sino para abrir el debate jurídico que este momento merece. El derecho a criticar a los funcionarios públicos, incluidos jueces y fiscales, es una garantía democrática. En toda mi vida judicial aprendí que la palabra crítica nunca destruye la justicia; lo que la destruye es el silencio cómplice. La democracia se defiende hablando No escribo desde la partidización ni desde el enojo. Escribo desde la responsabilidad. Hoy se restringen palabras; mañana serán preguntas; luego, tal vez, silencios obligados. Y un pueblo sin palabra es un pueblo arrodillado. Por eso, con respeto hacia todos los poderes del Estado, pero con absoluta franqueza republicana, afirmo: La libertad de expresión no puede ser condicionada, restringida ni amenazada. Defenderla es defender el alma misma de la Nación. Jorge Bernabé Lobo Aragón jorgeloboaragon@gmail.com

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