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Parana » Radio La Voz
Fecha: 06/11/2025 14:55
En una final dramática disputada en Córdoba, Independiente Rivadavia se consagró campeón de la Copa Argentina tras igualar 2-2 con Argentinos Juniors y ganar 5-3 en los penales. Logró su primer título nacional en una noche épica, con dos jugadores menos, su arquero suplente y su entrenador expulsado. La historia del fútbol argentino escribió un nuevo capítulo emocionante en el estadio Monumental Presidente Perón de Córdoba, donde Independiente Rivadavia de Mendoza se consagró campeón de la Copa Argentina por primera vez en su historia, tras vencer a Argentinos Juniors en una final apasionante que terminó 2-2 en el tiempo reglamentario y se definió 5-3 desde los doce pasos. El equipo dirigido por Alfredo Berti afrontó una noche cargada de tensión y adversidades: jugó gran parte del encuentro con dos hombres menos, perdió a su arquero titular por lesión y terminó sin su entrenador en el banco tras una expulsión. Sin embargo, el corazón, la garra y el espíritu de lucha del conjunto mendocino se impusieron sobre las dificultades para darle a su provincia una alegría histórica. “Fue una noche inolvidable para nosotros y para todo Mendoza. Este grupo demostró carácter y unión”, expresó uno de los protagonistas tras el encuentro. Desde el inicio, Independiente Rivadavia sorprendió al conjunto de La Paternal con una presión alta y un planteo directo. Apenas a los ocho minutos de juego, Alejo Osella envió un centro preciso al segundo palo que encontró mal parado al arquero Sergio Romero, y Alex Arce, atento en el área, definió de cabeza para poner el 1-0. Argentinos Juniors intentó reaccionar con la posesión del balón, pero la defensa mendocina se mantuvo firme. Las chances más claras para el “Bicho” llegaron con un cabezazo de Tomás Molina, bien controlado por Ezequiel Centurión, arquero de la Lepra. Antes del cierre del primer tiempo, una jugada cambiaría el desarrollo del partido: Maximiliano Amarfil fue expulsado por doble amarilla, dejando a Independiente Rivadavia con diez hombres y obligando a modificar su esquema. El complemento mantuvo el mismo ritmo frenético. Argentinos Juniors salió decidido a empatar, mientras que los mendocinos apostaron al contragolpe. En el minuto 16 del segundo tiempo, Sebastián Villa robó una pelota en mitad de cancha y asistió a Matías Fernández, quien definió con clase para estirar la ventaja 2-0 y desatar el delirio de los hinchas leprosos en las tribunas de Alta Córdoba. Pero el festejo duró poco. Apenas dos minutos más tarde, Alan Lezcano aprovechó un centro de Giaccone para descontar y mantener viva la esperanza del equipo de Nicolás Diez, que mandó a la cancha a Ismael Sosa y Bentancourt para buscar el empate con una propuesta totalmente ofensiva. El clima se tornó tenso cuando el entrenador Alfredo Berti fue expulsado por una discusión con Hernán López Muñoz, y poco después el arquero Ezequiel Centurión debió salir lesionado, siendo reemplazado por Guido Marinelli, el suplente que terminaría siendo figura. Como si fuera poco, Alejo Osella vio la segunda amarilla y dejó a la Lepra con nueve hombres, en un cierre de infarto. Con el tiempo cumplido, Argentinos encontró el empate gracias a un cabezazo de Erik Godoy, que llevó la definición a los penales. Desde los doce pasos, Independiente Rivadavia mostró nervios de acero. Convirtieron Luciano Gómez, Iván Villalba, Nicolás Retamar, Sheyko Studer y Sebastián Villa, quien se hizo cargo del último disparo y marcó el gol del título. Por el lado de Argentinos Juniors, anotaron Alan Lezcano, Hernán López Muñoz y Lautaro Giaccone, pero Tomás Molina erró su tiro ante la gran respuesta de Marinelli, que se transformó en héroe. El suplente, que había ingresado por la lesión de Centurión, detuvo dos remates decisivos y se convirtió en símbolo de la hazaña mendocina. “No lo puedo creer. Entré en un momento difícil y traté de disfrutar. Esto es para toda la gente de Mendoza”, expresó entre lágrimas tras el final. El triunfo marcó un antes y un después para Independiente Rivadavia, que alcanzó su primera estrella nacional desde su fundación. La Lepra escribió su nombre en la historia grande del fútbol argentino, rompiendo barreras y llevando a Mendoza al lugar más alto del podio deportivo. La consagración llega apenas un año después de su ascenso a Primera División, un logro que evidencia el crecimiento institucional y deportivo del club. “Este equipo tiene alma, y eso se notó en la cancha”, subrayó un integrante del cuerpo técnico. En las tribunas, miles de hinchas celebraron con emoción, conscientes de haber sido testigos de una gesta que quedará grabada para siempre. La victoria por penales ante Argentinos Juniors coronó una campaña impecable y reflejó la esencia de un grupo que nunca se dio por vencido.
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