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» Santo Tome al dia
Fecha: 06/11/2025 11:01
En respuesta al aumento de la violencia vinculada a las pandillas, el gobierno de Suecia anunció en septiembre de 2025 una reforma que permitirá encarcelar a menores desde los 13 años por delitos graves, como asesinatos y atentados con bomba con agravantes. La medida fue impulsada por el primer ministro Ulf Kristersson y ha generado un amplio debate tanto dentro del país como en el resto de Europa. El argumento central del Ejecutivo es cerrar una laguna legal que las redes criminales utilizan para reclutar niños menores de 15 años, actualmente exentos de responsabilidad penal. Según la Policía sueca, estos menores son usados para llevar armas y ejecutar ataques, aprovechando su inmunidad penal. La reforma contempla la creación de unidades penitenciarias juveniles específicas para adolescentes de 13 y 14 años, que se sumarán a las ya existentes para jóvenes de entre 15 y 17 años. Según el Ministerio de Justicia, estos centros podrían comenzar a operar en el verano de 2026. Sin embargo, organismos de derechos humanos, trabajadores sociales y juristas advierten que la reducción de la edad penal no disuade el crimen y puede tener consecuencias adversas para la rehabilitación y el desarrollo de los menores. La medida, sostienen, criminaliza a niños en lugar de atacar las raíces del problema social. La decisión sueca se inscribe en una tendencia creciente en Europa, donde el debate sobre la edad de responsabilidad penal se ha endurecido. En la Unión Europea, el umbral varía: Irlanda permite el enjuiciamiento desde los 10 años en casos graves, mientras que Portugal y Luxemburgo lo fijan en los 16 años. En Alemania, donde la edad mínima es de 14 años, sectores del partido conservador CDU y de la extrema derecha proponen bajarla a 12, aunque el gobierno mantiene, por ahora, un enfoque centrado en la rehabilitación juvenil. La experiencia danesa también ofrece un antecedente relevante: en 2010, se bajó la edad penal de 15 a 14 años, pero la medida fue revertida dos años después al comprobarse que no redujo el delito y aumentó la reincidencia. Estudios recientes en Dinamarca y Estados Unidos confirman que el encarcelamiento temprano dificulta la reintegración y tiene efectos negativos de largo plazo. Mientras tanto, el caso sueco reaviva la pregunta: ¿debe Europa endurecer su respuesta penal frente a menores, o reforzar los mecanismos de protección, educación y contención social?
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