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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/11/2025 10:36
El proyecto Abuela Maruca destaca por la integración laboral de jubilados en su equipo de trabajo. La historia de Débora Ibáñez y Diego Quinteros es un testimonio de cómo una crisis puede transformarse en una oportunidad para crear empleo y fortalecer lazos intergeneracionales. En 2016, enfrentaron el desempleo y la llegada de su hija Renata, circunstancias que los impulsaron a iniciar un emprendimiento gastronómico basado en recetas familiares y en la colaboración de jubilados. Hoy, su proyecto no solo ha crecido en número de locales, sino que también se ha consolidado como un espacio donde el trabajo, la tradición y el afecto se entrelazan. El origen de este emprendimiento se remonta a un momento de dificultad económica y personal. Débora, relató: “Surgió en un momento de crisis, yo estaba embarazada y Diego sin trabajo”. La pareja recurrió a la venta de empanadas como sustento inmediato, inspirados por el ejemplo de sus abuelos y padres, quienes les enseñaron a buscar soluciones en tiempos adversos. “La necesidad y la gran enseñanza de nuestros abuelos y padres es que siempre hay que buscarle la vuelta a los momentos difíciles”, expresó Débora, y destacó el papel fundamental de las mujeres de su familia, que supieron sacar adelante a sus seres queridos. La apertura de tres locales gastronómicos consolida el crecimiento y la expansión del negocio familiar en tiempos de incertidumbre económica. Las empanadas tucumanas cortadas a cuchillo se convirtieron en el emblema del emprendimiento y, junto con platos como el arroz con pollo, las pastas y las milanesas con papas fritas, conforman la carta que atrae a los clientes. En el corazón de La Paternal, a pocas cuadras del estadio de Argentinos Juniors, funciona un restorán que conserva el aroma a infancia, a salsa casera y a pan recién horneado. Todo arrancó con el primer local, Abuela Maruca, abrió sus puertas el 17 de noviembre de 2022. Posteriormente, el 8 de diciembre de 2023, inauguraron Las Nonas Ramona Petrona, y el 1 de diciembre de 2024, sumaron la sede La Nona Simona. Cada apertura representó una mezcla de alegría e incertidumbre, marcada por la situación económica del país, pero siempre acompañada de la convicción de que el esfuerzo diario y la fe en Argentina darían frutos. Uno de los aspectos distintivos del proyecto es la integración de la generación silver y jubilados en el equipo de trabajo. La convivencia intergeneracional en el trabajo fortalece los lazos entre jóvenes y adultos, promoviendo respeto y aprendizaje mutuo. “Tenemos un gran equipazo que son nuestros +45 adultos y jubilados que nos dan fuerza y le ponen el hombro todos los días”, destacó Débora. La experiencia con Mónica, quien comenzó cuidando a Renata, su hija, y luego se sumó al emprendimiento, fue decisiva para incorporar a personas mayores. Mónica tenía 52 años y viajaba todos los días desde González Catán. Estaba siempre puntual para trabajar, incluso cuando Renata comenzó el jardín de infantes. “Le pregunté a Moni si quería trabajar en el emprendimiento y no dudó en decir que sí. Ella nos motivó a contratar a personas mayores porque cumplen todos los días, son honestos y, sobre todo, nos brindan amor”, explicó Débora. Las empanadas tucumanas cortadas a cuchillo y platos tradicionales son el sello distintivo de la carta del emprendimiento. La convivencia intergeneracional en el trabajo ha demostrado ser enriquecedora: “Ellos van a su ritmo, pero con constancia”. El respeto, el cariño y las recetas transmitidas con dedicación son elementos que, según ella, “nos llenan el alma”. La figura de Anita, una de las integrantes más queridas del equipo, dejó una huella imborrable. Aunque falleció recientemente, su legado permanece: “El día de la madre la pasó con nosotros, trabajó como siempre y no dejó nunca de sonreír a pesar de su problema de salud. Ella tenía leucemia, pero siempre decía que mientras estés vivo tenías que brillar y sonreír porque la vida es un instante... Nos dejó la receta de sus pastas porque era Tana”. El ambiente laboral se caracteriza por la cercanía entre generaciones. Los jóvenes ven a los adultos como tíos o abuelos y valoran su trabajo. “Es una relación donde los jóvenes adoptan a los adultos como tíos o abuelos y tienen respeto por el gran trabajo que hacen”, afirmó Débora. La gestión de tres locales implica un desafío constante, pero la familia sigue siendo el motor del proyecto. “Siempre queremos dar lo mejor en cada local, pero también tenemos en cuenta que tenemos nuestra propia vida y familia de la cual cuidamos todos los días porque es el motor de todo este gran proyecto”, dijo. La resiliencia aprendida de sus abuelos es un pilar fundamental: “La gran enseñanza que le incorporamos de nuestros abuelos fue que nunca hay que bajar los brazos y que nunca hay que rendirse, que en los momentos más difíciles es donde salen los mejores proyectos de vida.” La resiliencia y las enseñanzas de los abuelos inspiran la filosofía de superación y esfuerzo constante del emprendimiento. La llegada de Renata fue un punto de inflexión: “Renata fue quien nos dio el gran valor y las fuerzas para salir adelante. Vino con el pan bajo el brazo porque cuando nació el trabajo crecía al mismo ritmo que ella. Es una hija muy noble y dulce, adora a cada uno de los abuelos y adultos que trabajan con nosotros”. El concepto de familia trasciende los lazos de sangre en este emprendimiento: “La palabra familia significa amor. La sangre no te hace familia, pero el respeto y la honestidad lo logran y nosotros tenemos eso en las Nonas.” La calidad y el carácter artesanal de los platos son una prioridad: “Tratamos de mantener el equilibrio siempre respetando lo casero y las recetas. Ese es el motivo por el cual nuestros clientes vienen, por la calidad y el amor con el que hacemos cada plato”. La preparación de las empanadas tucumanas cortadas a cuchillo, el arroz con pollo, los canelones, los ñoquis y la lasaña sigue recetas inalterables. “Si las empanadas no se pueden modificar de ninguna manera, es una receta mágica”, aseguró. Transforman una crisis en un exitoso emprendimiento gastronómico familiar en Buenos Aires. El trabajo de los adultos es valorado por su dedicación y afecto. “Todo lo que cocinan está hecho con amor y todo es artesanal, desde cortar la carne para las empanadas hasta pelar un tomate para el tuco.” La mudanza forzada por la venta del edificio donde vivían y comenzaron el emprendimiento fue un momento doloroso. La pandemia también representó un golpe duro: “Nos robó en un momento la esperanza de tener nuestro propio negocio a la calle. Teníamos ya todo para empezar y nos dejó en la nada. El primer mes sentíamos con Diego que todo había sido en vano. Yo me había contagiado de covid, Diego también, y teníamos a Renata de tres años que nos cuidaba cuando estábamos con fiebre. Y no podíamos decir nada porque, ¿a dónde dejábamos a nuestra hija sola? Nuestros padres están en Tucumán. Pero cuando nos curamos le dimos la vuelta reinventándonos como siempre”. La frase “buscarle la vuelta” es un legado familiar que ha guiado cada etapa del proyecto. “Yo siempre la escuché de mi abuelo Roque, después se repetía en la boca de mi papá Beto y un día la escuché en boca de mi suegro Talo. Grandes seres queridos que con esa frase nos enseñaron y enseñan que hay que ir siempre al frente y no mirar para atrás”, recordó Débora. Actualmente, el emprendimiento cuenta con tres locales: Abuela Maruca rotisería, Las Nonas Ramona Petrona restaurante y La Nona Simona rotisería. Próximamente abrirán El Papi Talo, nombre elegido por Renata en honor a su abuelo paterno, y Don Roque parrilla, en homenaje al abuelo de Débora: “Todos los locales dan sus frutos y es por eso que nos estamos ampliando cada vez más. Tenemos gente responsable que hace que eso suceda también.” Las Nonas Ramona Petrona participaron en ferias locales y gastronómicas, donde dieron a conocer sus productos elaborados por mujeres mayores del barrio. El mensaje que transmiten a quienes atraviesan dificultades es claro: “Que no bajen los brazos porque lo mejor está por venir y que hay que buscarle la vuelta porque en los momentos difíciles es cuando se dan las mejores oportunidades y proyectos”.
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