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Parana » NSA
Fecha: 30/10/2025 21:40
 
                            Murió sola en una isla luego de que el crucero en el que viajaba zarpara sin ella Suzanne Rees, una pasajera australiana de 80 años del barco Coral Adventurer, murió en la exclusiva isla Lagarto, en Queensland, después de que la embarcación zarpó sin advertir su ausencia. El crucero formaba parte de un viaje de lujo de 60 días alrededor de Australia, por el que los pasajeros pagan AUD 80.000 (unos USD 50.000). El Coral Adventurer, con capacidad para 120 pasajeros y 46 tripulantes, había partido desde Cairns el viernes por la tarde y Lizard Island era su primera escala. Hasta allí fueron trasladados los viajeros en lanchas auxiliares para realizar actividades como senderismo o snorkel en un entorno paradisíaco. Rees eligió unirse a una excursión organizada al punto más alto de la isla, Cook’s Look, conocido por sus vistas a la Gran Barrera de Coral. Durante la caminata, la mujer comenzó a sentirse mal debido al intenso calor. Según la versión que la familia recibió de la policía, le indicaron que regresara por su cuenta al punto de partida para descansar. No tuvo escolta ni compañía en el camino de vuelta. La búsqueda: 5 horas después Horas después, el crucero levantó anclas rumbo a su siguiente destino. Fue recién cerca de las 21:00, cuando la mujer no se presentó a cenar, que la tripulación reportó su desaparición a la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (Amsa). Para entonces, el barco ya estaba lejos de la isla. Un equipo de búsqueda regresó a la isla esa misma noche, pero el operativo se suspendió de madrugada. Al día siguiente, un helicóptero retomó el rastrillaje y encontró el cuerpo de la mujer a unos 50 metros del sendero hacia la cima. Estaba sola. Había muerto a pocas horas del inicio del viaje. Lizard Island, Queensland. Foto: Sarah Motherwell/AP El comunicado de la compañía Coral Expeditions, la compañía operadora del crucero, expresó su pesar por el fallecimiento y aseguró estar colaborando con las autoridades en la investigación. El director ejecutivo, Mark Fifield, dijo que no harían comentarios adicionales mientras el proceso estuviera en curso. Especialistas de la industria aseguran que casos como este son extremadamente inusuales. Los cruceros cuentan con sistemas estrictos para registrar qué pasajeros embarcan o desembarcan. “Escabullirse a tierra o volver a bordo simplemente no es una opción”, sostuvo Harriet Mallinson, editora del sitio Sailawaze, quien definió el episodio como un hecho “aislado, impactante y trágico”. El reclamo de la familia: ¿pudo haberse evitado? Pese a las explicaciones de la compañía, la hija de la víctima, Katherine Rees, responsabiliza a la empresa por lo ocurrido. En declaraciones a The Australian, dijo estar “conmocionada y entristecida” porque, asegura, el barco partió sin su madre y sin un recuento adecuado de pasajeros. La imagen de Suzanne Rees se dio a conocer cuatro días después de su muerte. Foto: The Guardian Australia A su juicio, la tragedia fue la consecuencia directa de una “falta de atención y sentido común” de la tripulación. “En algún momento de esa secuencia, o poco después, mamá murió, sola”, lamentó. Katherine describió a Suzanne como una mujer sana, activa, amante del senderismo y la jardinería. La familia espera que la investigación forense establezca responsabilidades y determine qué medidas podrían haber salvado la vida de Suzanne.
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