Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Con esfuerzo y trabajo en equipo, estudiantes funden aluminio para reutilizarlo en clase

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 30/10/2025 10:30

    Alumnos de la Escuela Técnica Nº 5 “Malvinas Argentinas” dedicaron meses a reunir latas y objetos de aluminio para luego fundirlos y reutilizarlos en sus prácticas. “Es un gran trabajo”, dijo el rector en diálogo con Elonce. En la Escuela de Educación Técnica Nº 5 “Malvinas Argentinas”, el sonido del horno encendido marcó el cierre de un proceso que llevó meses de dedicación. Los estudiantes realizaron su tradicional jornada anual de fundición de aluminio, una experiencia que no solo pone a prueba sus conocimientos técnicos, sino también su compromiso con el reciclaje y el trabajo colectivo.   Durante todo el año, los alumnos recolectaron latas, ollas rotas y restos de aluminio que los vecinos acercaron a la institución. Con ese material, preparado y clasificado, pudieron encender el horno y fundir el metal para reutilizarlo en las prácticas de los talleres. Alumnos transforman latas en aluminio reutilizable para sus proyectos escolares El rector, Jorge Sanabria, destacó a Elonce el esfuerzo que hay detrás de esta actividad: “Estamos haciendo el fundido o reciclado de aluminio porque usamos latitas o pedacitos que andan tirados en la calle. Lo fundimos y lo volvemos a reutilizar en los trozos que después se mecanizan en los tornos. Es un trabajo que se hace con mucha dedicación, desde la recolección hasta el molde final”. Con esfuerzo y trabajo en equipo, estudiantes funden aluminio para reutilizarlo en clase De la recolección al horno: un aprendizaje completo Sanabria explicó que la preparación comienza meses antes. “Este trabajo lo hacemos una vez por año porque hay que juntar bastante aluminio para poder encender el horno y hacer la colada. Juntamos muchas latas y después las picamos en una máquina que hicimos en la escuela para que las piezas sean más chicas y el fundido sea más rápido”, relató.   El proceso requiere temperaturas superiores a los 900 grados, por lo que la jornada demanda paciencia y precisión. “El horno se enciende temprano, tiene que tomar temperatura y luego se van incorporando los pedacitos de aluminio hasta que se funden completamente y se vuelven líquidos”, detalló el rector.   Una vez alcanzado ese punto, el metal se pasa a moldes de madera, donde toma forma y se deja enfriar. “Después de eso, los chicos pueden mecanizar las piezas en los tornos y usarlas para distintos proyectos”, añadió. Estudiantes aprenden fundiendo aluminio y reutilizan el material en sus proyectos Un ejemplo de compromiso estudiantil Para los jóvenes, la experiencia es más que una práctica técnica: es el resultado del esfuerzo compartido. Juan Simón, uno de los alumnos participantes, explicó que el proceso requiere constancia. “Primero empezamos a calentar el horno hasta llegar al crisol, que es similar a una olla donde ingresamos las latas. Cuando el horno alcanza un color naranja pálido, empezamos a fundir y llegamos a los 1000 grados para que el aluminio sea más fluido”, describió.   Con orgullo, contó que esperan esta jornada durante todo el año. “La verdad que es increíble y lo hacemos con muchas ganas, porque juntar las latas lleva tiempo. Esta fundición la usamos en distintos proyectos del ciclo superior y es muy satisfactorio ver cómo algo que parecía basura se transforma en material útil”, expresó. Estudiantes funden aluminio reciclado para fabricar piezas en la escuela técnica Reutilizar para crear El rector Sanabria subrayó que de los moldes surgen placas, medallas, cilindros y piezas mecánicas. “Hacemos placas que entregamos a los chicos que egresan, medallas o incluso placas conmemorativas. También fabricamos cilindros para los tornos. Todo sale del esfuerzo de los alumnos y de la colaboración de los vecinos”, destacó. No todos los materiales sirven, aclaró. “Algunas latas, como las de desodorante, no son completamente de aluminio. Se les deben quitar los componentes metálicos que no se funden. Pero todo el proceso es formativo, porque enseña a distinguir materiales, clasificar y reciclar”, agregó. Vecinos que acompañan y una escuela que enseña valores El proyecto también tiene un fuerte vínculo con la comunidad. “Los vecinos traen ollas viejas o rotas, y nosotros las vamos juntando y almacenando. Ese acompañamiento es fundamental para poder realizar la fundición cada año”, reconoció Sanabria.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por