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» Elterritorio
Fecha: 26/10/2025 10:01
Denunció por violencia de género a su expareja Jorge G.: golpes, intimidaciones y una orden judicial no acatada. Lamentó que, a causa de esto, perdió un embarazo de 5 meses. sábado 25 de octubre de 2025 | 23:00hs. "No me deja vivir en paz", resumió con dolor la denunciante en la comisaría de Leandro N. Alem. Una vecina de Leandro N. Alem describió haber vivido un calvario con su expareja Jorge G. (53). Denunció golpes, amenazas de muerte, violencia física y económica, que derivaron en un cuadro de nervios complejo que provocó que perdiera su embarazo de 5 meses. Esperaba gemelos y recuerda, todavía con malestar, que su concubino la amenazaba con hacerla abortar. “Él no aceptaba, no quería, y cuando me hice la primera ecografía supe que eran dos. Pero él me amenazó de muerte si tenía a sus hijos”, relató Rosalía G. (42) en una entrevista a un portal de esa localidad. Contó que los episodios se remontan a al menos seis meses atrás, y que decidió denunciarlo tras ingresar, como otras veces, al hospital de Alem en estado de epilepsia y con golpes. El 7 de septiembre, la primera denuncia la efectuó una oficial de la Comisaría de la Mujer de la ciudad -como funcionaria obligada- tras tomar conocimiento del caso después de que personal médico diera aviso. Sin embargo, y según refleja el registro de trámites referidos a esta causa al que tuvo acceso El Territorio, esa denuncia fue desestimada por el Juzgado de Familia y Violencia Familiar Uno de esa localidad. Asistida en ambulancia El 13 de septiembre, Rosalía ya se acercó personalmente a la comisaría y denunció a su ex por violencia de género: entonces el Juzgado dispuso una prohibición de acercamiento para ambos, según consta en los registros de intervención policial. “Yo lo cité porque me golpeó y me dejó con moretones azules. Hice la denuncia y la jueza dictó exclusión de hogar, que él no se podía acercar. Yo le dije que yo estaba embarazada de él: quería que él me ayudara, porque era un embarazo muy riesgoso”, reconoció la mujer. A pesar de esa orden, la violencia no cesó y “él decía que no iba a hacer caso a un papel, que hacía lo que quería”. “Él no aceptaba el embarazo y dijo que tenía que abortar el embarazo, que él no quería. (...) Le conté que en la ecografía salieron dos y él dijo que no quería y no quería. Me amenazaba de muerte si yo tenía a los hijos de él”. La decisión de la madre fue inminente y se animó a separarse, aunque, según contó, Jorge G. “no dejó de molestarme ni un día”. “Quería que él me ayudara porque era un embarazo riesgoso, la doctora me decía ‘mucho reposo mamita, no pases nervios, no dejes que tu pareja te golpee’... Yo le contaba lo que pasaba. Hasta tres veces vino la ambulancia a buscarme, las tres veces por golpes, y la Justicia no hizo nada”, reclamó. Golpes durante el embarazo El día de la noticia fatal llegó como menos lo esperaba. Rosalía reconstruyó que intentó contactarse con su expareja para que éste le colaborara en la compra de una garrafa. “Ese día me había quedado sin gas. Entonces mandé a mi hijo a que buscara la garrafa, porque él (Jorge) tenía exclusión de hogar y le dije que necesitaba una garrafa. Yo no puedo hacer nada porque no tengo familia, y mis hijos (mayores) ninguno viene”. Para la mujer, “él nunca aceptó las cosas, siempre corría a los chicos. Ese día le pedí que compre una garrafa porque yo no tenía ni un peso. Toda la plata que tenía la juntaba para mis remises para hacerme los controles, porque diariamente tenía que ir”, señaló. Sospecha que haber empleado fuerza física, sumado al cúmulo de episodios tensos y violentos, le provocaron una descompensación. “Alcé la garrafa vacía y se la di a mi nene de 12 años con mi nena de 14. Y ese día a la noche me empecé a sentir mal, me agarró fiebre y Jorge vino y empezó a agredirme, me decía que estaba mintiendo”, contó afligida. El pasado domingo Rosalía ingresó al hospital a las 8 de la mañana: “Me internaron y la doctora dijo que iba a perder a mis bebés, que ya no había solución”. Ese día, según contó, una comitiva de la Comisaría Primera de Alem acudió al hospital con presunta orden de detención para el agresor. “Un montón (de policías) fueron para detenerlo y no sé qué pasó ahí que no lo detuvieron. Me dieron el alta, me mandaron a mi casa y él se escapó, estuvo dos semanas fuera de su casa y nadie sabía nada”. No era la primera vez que su salud corría riesgo: Rosalía recordó que cuando cursaba 8 semanas de embarazo, debió ingresar al hospital, donde le diagnosticaron siete días de curaciones por lesiones en el vientre. “Fue una semana de curaciones de los golpes en mis partes íntimas. Y después de todo lo que ocurrió, me sigue molestando”, advirtió. Violencia económica A la agresión física y emocional le siguió la violencia patrimonial. De acuerdo a lo que relató la mujer en entrevista con Alem News, el denunciado “todos los días venía y durante dos meses me pidió plata prestada, 350.000 pesos cada vez. Decía que me iba a pagar y hasta el día de hoy no me dio ni un peso. Me debe como 1 millón y pico de plata, pero se escapa. Cuando le pido al menos algo de comida para mis hijos, él no me dio nada”. En la historia de Rosalía se percibe una lucha constante, en un contexto del que pareciera no tener escapatoria. “Me amenaza con que si me voy de mi casa, me la va a prender fuego; no me deja vivir en paz”, lamentó. Actualmente el caso de violencia de género lo lleva adelante la Fiscalía y se prevé que sea citada a declarar en los próximos días, aunque, tal como confesó Rosalía, sus ánimos y expectativas en la resolución judicial son pocas. “Después de que perdí el embarazo, a esa citación no voy a presentarme. Porque ya es tarde, cuando uno necesita en el momento no está la jueza Carolina (Malla). Estoy decepcionada”, cuestionó la mujer.
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