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Parana » Informe Digital
Fecha: 26/10/2025 03:44
Esta elección legislativa se convirtió en algo más que un desafío de medio término. Javier Milei decidió poner en juego el rumbo económico y una frase de Donald Trump sintetizó la tensión: “Si pierde, no seremos generosos con Argentina”. En el Congreso, la batalla será por la resistencia y la posibilidad de tener un tercio propio que le garantice un freno a la oposición. Con unos comicios dominados por la polarización, salvo algunas disputas locales y la aparición de una nueva tercera vía, Fuerza Patria busca reafirmarse como la única opción con contrapeso político. Pero el peronismo también tiene su propia pelea: la que empezará el lunes cuando se abra la disputa por el poder hacia 2027. La foto que necesita el Gobierno la noche de la elección será decisiva para un lunes en el que la atención se la llevará la reacción de los mercados, que harán su propia lectura de las urnas. La política cambiaria el día después estará en la mira con un ministro de Economía como Luis “Toto” Caputo, que acaba de ratificar la continuidad de las bandas. Sobre cómo llega la economía a la elección, un informe de la consultora 1816 evaluó que entre el 17 de septiembre y el 19 de ese mes el Banco Central “había vendido US$ 1.100 millones para mantener al spot en el techo de la banda, por lo que el esquema cambiario parecía agotado antes de los anuncios ‘a lo Draghi’ de Bessent. Considerando eso y la operatoria de las últimas semanas, salvo que haya un triunfo rotundo del oficialismo en las elecciones del domingo (que cambie sustancialmente la mirada que tiene el mercado sobre la coyuntura argentina), la política cambiaria hacia adelante estará definida por la voluntad de Estados Unidos de seguir ayudando”. La economía quedó en el centro del escenario. El JP Morgan llegó a la Argentina y marcó dos variables claves para leer los resultados: el porcentaje de votos que obtenga La Libertad Avanza a nivel nacional y la posibilidad de que el partido violeta y sus aliados del PRO superen el tercio en el Congreso. Detalla que alcanzar ese piso resulta fundamental para garantizar la gobernabilidad y disipar parte de la preocupación del mercado. La pelea por las bancas no busca ya construir una mayoría, sino garantizar un muro de contención. El Gobierno coincide con el JP Morgan: el objetivo inmediato del Presidente es lograr un Congreso con el que pueda resistir. El número dorado del tercio es de 86 diputados y 24 senadores. En la Cámara baja no tendrá problemas aun con un resultado pesimista como el 32% de los votos ya que los violetas, el PRO y los gobernadores que fueron en alianza garantizarán 90 manos alzadas. En el Senado, con ese número tocará los 20. De ahí para arriba, no alcanzará para el quórum propio pero tendrá la capacidad de bloquear las iniciativas de sus enemigos políticos. Pero lo cierto es que, para el plan de reformas estructurales que todavía está pendiente, el oficialismo necesitará algo más que resistencia. El día después de la elección, se necesitará mirar más allá de sus números y conseguir aliados que, incluso, en las elecciones provinciales fueron competidores. Este era el año de los vetos, pero los dos años que vienen el Gobierno necesita votos más que vetos. La gestión libertaria tiene además el desafío de frenar la crisis interna. Dos salidas del gabinete (en Cancillería y el Ministerio de Justicia) se adelantaron por las disputas propias y vendrán además otros cambios obligados por las postulaciones de Patricia Bullrich y Luis Petri. Pero con el resultado puesto el Presidente definirá hasta dónde abre su gobierno a los aliados sabiendo que tiene la exigencia de Estados Unidos de mostrar gobernabilidad. Paradójico: no se habla de cambios aún ante el vaticinio del peor resultado. Milei está dispuesto a sostener a Caputo y sus hombres aunque el electorado le pueda llegar a dar un golpe a su modelo. Aun así, La Libertad Avanza llega a la elección con algo más que incertidumbre económica ya que lo rodean distintos escándalos de corrupción que se convirtieron en una carga pública, como lo es “el 3% para Karina Milei” y la cara de José Luis Espert vinculada al narcotráfico. Esto empieza a correr a La libertad Avanza del lugar del cambio que venía a representar y pasó estar del mismo lado que el resto de la política. Ahora ese cambio lo quiere representar Provincias Unidas. El objetivo de esta nueva tercera vía es superar el 10 por ciento a nivel nacional para generar expectativas hacia 2027, lejos de la polarización y la grieta. La nueva alianza, que lideran los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Jujuy, Chubut y Santa Cruz, tendrá representación en 14 provincias. Sin embargo, en su debut electoral este espacio puede tener más derrotas que triunfos, incluso en algunos territorios que gobierna. El peronismo y sus aliados se presentan a la elección con su propio desafío. Seguir siendo la única y más potente opción para frenar a Milei y su propia disputa por el poder hacia 2027. Para el primero, el bloque opositor no sufrirá grandes cambios en el Congreso. Las matemáticas indican que podrá tener algunas bancas más en Diputados y algunas menos en el Senado. La parada más difícil será, sin dudas, reacomodarse para convertirse en una opción para la próxima presidencial. La unidad llegó con lo justo y la pelea interna se abrirá la misma noche de la elección. Cristina Kirchner no pretende quedar fuera de la discusión. En los últimos años su sector se fue achicando y quedó representado apenas por La Cámpora y algunos leales kirchneristas. La titular del PJ lo entendió y por ello, para seguir dando la disputa interna, buscará mostrar amplitud más allá de los fieles. En este camino ya bendice al espacio Primero la Patria, que muestra músculo político, amplitud y representación del interior. Para el 10 de diciembre este espacio puede llegar a contar con 15 diputados y tres senadores. Entre los nombres están Sergio Uñac, Juan Manuel Urtubey, Hilda Soria, Blanca Osuna y Gabriela Estévez. Cristina Kirchner parece decidida a mirar al interior cuando le aparece en la provincia de Buenos Aires su principal escollo: la figura de Axel Kicillof, que está dispuesto a dar pelea. Hasta acá, Sergio Massa se mostró garante de la unidad entre estos dos dirigentes. Pero también piensa en movimientos propios a futuro. La elección que ordenará o terminará de desordenar todo ya está en marcha.
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