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  • ¿Hay un nuevo teatro en Misiones?

    » Elterritorio

    Fecha: 26/10/2025 05:33

    Para el informe dominical de El Territorio sobre la escena actual del teatro en la provincia entrevistamos a Claudia Luque, actriz y docente de teatro misionera ex Representante Provincial del INT. domingo 26 de octubre de 2025 | 5:00hs. Claudia Luque, actriz y docente de teatro, ex Representante Provincial del Instituto Nacional del Teatro (INT). En Misiones, el teatro crece con nuevas poéticas y narrativas y siempre convocado a pensarse en comunidad, porque el teatro es presencia. Para hilar la trama del teatro misionero, El Territorio, consultó a Claudia Luque, actriz y docente de teatro misionera ex Representante Provincial del Instituto Nacional del Teatro (INT). En ese rol que ejerció durante nueve años y que dejó en julio pasado por cuestiones personales recorrió elencos y salas de toda la provincia. “La verdad es que este cargo te permite conocer el trabajo de todxs y es muy difícil condensar en un texto breve tanto trabajo de los teatristas”, expresó. Actualmente la provincia está a cargo de la Representación Regional del INT y el cargo de Representante Provincial está a la espera de apertura de concurso. ¿Hay un nuevo teatro en Misiones? Sin dudas hay un nuevo teatro en Misiones. Nuestro teatro busca perfeccionarse. Nuevos artistas se integran a la escena, algunos vuelven a donde nacieron. Susy Armella integró a Inés Genesini a sus proyectos cuando egresó de la carrera de Dirección. Una situación similar vivió Guille Echenique con la directora artística Sara Motta en la Murga de la Estación. Y hoy Tania Rosa dirige en Mandové, donde por tanto tiempo dirigió Buki Rosa, su padre. En Eldorado y Alem hoy dirigen Diana Garay, Rosario Nasser de Cara y Seca y Gabriela Román con las Plagas, Lili Rizzo en Eldorado y Montecarlo continúa formando nuevas generaciones y Marilin Melo Fajardo es parte importante de esa red de No Sabemos todavía, La B Teatro y Al lado del Sol vivo. Colectivos con proyección de continuidad, o concertados, como se define a quienes se asocian para un proyecto puntual, hoy, lxs teatristas se ocupan fuertemente de la gestión. Festivales: Teatro Rural, Itinerante, Títeres en las Tekoá, Ta que Arde, Se Picó, Mujeres en Red, Luis Andrada y otros, se suman a los tradicionales Tatá Verá y Tatá Pirirí, de la Idea a la Puesta, Gurises al Teatro, etc. Los colectivos generan eventos para dar continuidad a las puestas. Es un teatro que busca y gestiona su público y construye su identidad y su poética considerando al destinatario y expresando nuestro territorio. Además de la diversidad de estéticas la actividad teatral misionera ha consolidado redes de apoyo y circulación de espectáculos que cooperan con las carteleras de las salas. Algunxs apuestan a tener su propio espacio para producir, Sala Mbopí de Capotó Tiaster, Sala del Río, de Pies de Caña, Espacio Base, Nirvana y Río Mío, entre otras. ¿Cuáles son esas nuevas temáticas que están contando los artistas? Creo que aquellas que les interpelan en lo personal. Y, como bien sabemos, todo lo personal es político. Voy a dar algunos ejemplos pero sé que es un recorte. Uno interesante es la maternidad y las formas del cuidado que se expresan en las producciones de Agua de Río y Vuelo Azul con sus espectáculos de teatro para bebés. Otro para destacar es Takuareté, de Tire y Afloje y Circolorá, que combina teatro físico, circo y la investigación acerca de materiales orgánicos misioneros. Clowndestinos de Raga, Vildoza y Caballero, con el arte como resistencia, Más Costanera de Carolina Gularte y La ciudad junto al río de Silvia González que expresan a quienes fueron afectados por la represa, lo perdido y sus consecuencias. Archivo Elena, de Daniela López Giménez, una auto ficción que, a partir de la biografía de su abuela, rescata un mundo anterior. Agregaría a esta lista improvisada al teatro comunitario Murga del Tomate, Murga del Monte y Murga de la Estación, colectivos con amplias trayectorias cuyas producciones tensionan problemáticas vigentes. Los proyectos nombrados comparten que ponen en escena dramaturgias propias. Los eventos y festivales con temáticas de género que ponen a reflexionar acerca de los derechos adquiridos y su legítima vigencia. Esos hechos, que los hábitos tienden a ocultar, y sesgar, pero permanecen tensionando por no estar resueltos. El teatro ilumina esos dobleces y zonas borrosas en una otra visión de la sociedad y nos deja enfocarlas por un ratito para que no las olvidemos. ¿Hay acompañamiento del Estado? Hoy menos. Es muy importante la presencia del Estado para sostener la actividad y que siga creciendo. Hasta el momento que dejé la Representación del INT teníamos más del 50 % de las solicitudes de subsidio de la región NEA. Estuvimos muy preocupados porque la Ley 24.800 se había modificado por decreto, habían eliminado los artículos que garantizaban la representación federal y sobre todo la distribución federal de los recursos. El corazón de la Ley. Luego, gracias a la oposición de las mayorías de ambas cámaras, la recuperamos. Hoy, en una nueva normalidad que agradecemos, esperamos que todo se ordene. Para el NEA y Misiones es esencial el apoyo del estado para que cada territorio acceda al teatro y describa con sus poéticas los temas que lo conmueven. Acá también tenemos vigente la ley 180 que crea el IPTI, muy valioso y que demuestra la importancia del teatro independiente para la Secretaría de Estado de Cultura, con cuyo apoyo conté en toda mi gestión. Creo que tenemos que ser pacientes en estos momentos complejos y cuidar estas instituciones que nos protegen. En Misiones, y creo en gran parte del país, el hábito del teatro ha llegado a muchos sectores de la población gracias a las políticas públicas. Además, en estos momentos en los que para muchos comer puede ser un lujo consumir teatro se sale del menú. Aunque acuerdos internacionales reconocen a la cultura como el cuarto pilar del desarrollo, ya que solo garantizando la transformación cultural se lograría llegar a una sociedad sin desigualdades, inclusiva y sostenible, aún ella no es prioridad y de hecho hay sectores políticos que ven a la actividad cultural y artística como un hobby de lujo o prescindible, lamentablemente. ¿Cómo podemos entender al teatro en un mundo que transcurre entre pantallas y virtualidad? ¿Cuál es su valor? En estos tiempos en los que podemos caer en el espejismo de que lo real está en las pantallas de celulares y el hastío, la ansiedad, y la insatisfacción de las expectativas de ideas son el único estado posible, compartir, reírnos y vernos en escena a través de los actores, tomar distancia de los hechos y pensarlos en compañía, es un modo de rescatar aspectos esenciales del ser y existir como humanos. Incluso la práctica del arte teatral debería estar en las escuelas para la prevención de violencias y como forma de conocernos como sociedad. En los espacios de taller siempre se expresan nuestros anhelos, pesares y hábitos y se favorece transformarlos y muchas veces resolverlos entre pares. Esto lo digo como mae de teatro de muchos años. El arte teatral es una forma hermosa de comunicación, en su cocina, ahí, donde se arman las historias y después, en el convivio, donde el público es el principal actor de la puesta, sin su mirada y su interpretación el teatro no existe. Si pensamos en qué aspectos están ausentes hoy cabe preguntarse. ¿Qué sociedad queremos para convivir? ¿Qué falta? Creo que compartir en presencia y reconocer las verdaderas necesidades desde la empatía puede ser una de las respuestas y el arte teatral abre una puerta para eso.

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