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» Diario Cordoba
Fecha: 22/10/2025 13:14
Han pasado los suficientes días tras el 'robo del siglo' en el Louvre como para empezar a pedir explicaciones y a depurar responsabilidades. Ahora, todas las miradas se dirigen hacia una persona: la directora del museo, Laurence des Cars. Algunos la señalan como responsable de la degradación del museo; sin embargo, en los cuatro años que lleva en el cargo, la directora ha encargado varios informes y ha denunciado públicamente la decadente situación del museo. El robo ha supuesto una carta blanca para desacreditar la profesionalidad de Des Cars y rescatar la coletilla de "la primera mujer en ocupar este puesto". No obstante, cuenta con una vasta experiencia dirigiendo colecciones. Antes de llegar a la cúpula del museo más visitado del mundo, dirigió L’Orangerie y luego el museo d’Orsay. Su pasión por el arte le viene desde muy joven. Su padre, el periodista y escritor Jean des Cars, gran especialista en el siglo XIX, fue el causante de la fascinación de Laurence por esa época. Graduada en el prestigioso Instituto Nacional del Patrimonio Hubert Robert, es una de esas conservadoras que, inspiradas por Londres y Nueva York, se han empeñado en reinventar los museos, con el objetivo de atraer nuevos públicos y obtener una mejor conexión financiera con el Estado. Expectativas frustradas Durante su paso por el d’Orsay, donde trabajó cuatro años, tuvo un gran éxito con su plan 'Orsay Grand Ouvert', aunque los trabajadores no recuerdan lo mismo: "Solo permaneció allí cuatro años, marcados por el covid 19. Así que los equipos la vieron poco", afirma una exempleada. Al llegar al Louvre, designada por Emmanuel Macron, intentó reproducir el mismo plan 'Grand Ouvert', pero no alcanzó la popularidad obtenida en la etapa anterior y pronto legaron las decepciones. "Laurence des Cars no se dio cuenta de que no podía hacer lo mismo en el d'Orsay y en el Louvre. Orsay es un museo a escala humana, bastante flexible, centrado en el siglo XIX, que ella conoce muy bien", afirma un comisario para Telerama. Aunque su currículum es indiscutible, no todos creen que haya cumplido con las expectativas marcadas. A pesar de que Des Cars denunció el año pasado, a través de una carta abierta dirigida a la ministra de Cultura, Rachida Dati, la situación crítica del museo, los trabajadores consideran que la directora no ha sido lo suficientemente contundente a la hora de defender los problemas del museo, como la falta de personal de seguridad, o para frenar los recortes que arrastra la institución desde hace 10 años. Un día después del robo, la directora se reunió con los empleados, quienes se habían negado a trabajar ese día si no se garantizaban las medidas de seguridad necesarias. "Quería ser tranquilizadora, detallando las inversiones que se harían en el futuro en materia de seguridad", explicó un trabajador presente en la reunión. Conexión directa con el Elíseo En los últimos días, Laurence des Cars ha sentido el dedo de la crítica apuntándole en la nuca como si de una pistola se tratase. Este martes, decidió presentar su dimisión al presidente Macron, quien la rechazó. Sus explicaciones de este miércoles ante la Comisión de Cultura de la Cámara Alta representan un momento clave para la primera mujer en dirigir el Louvre, museo que recibe cerca de nueve millones de visitantes al año, de los cuales el 80% son extranjeros. La ministra de cultura, Rachida Dati, quiso defender el trabajo de la directora el pasado martes, y ante las acusaciones de los diputados de la Asamblea Nacional, descartó cualquier "fallo de seguridad en el interior" del museo, puesto que los dispositivos "funcionaron", señalando la falta de seguridad en la propia vía pública. Sin embargo, las declaraciones de Dati contrastan con las del propio Macron, quien ha pedido acelerar el refuerzo de las "medidas de seguridad del museo", apoyándose en el informe preliminar del Tribunal de Cuentas, donde se señala el "persistente retraso" de la implementación de las mejoras. En concreto, se refiere a las cámaras de vigilancia para proteger las obras; en cinco años, solo se han instalado 138 cámaras adicionales, y apenas más de un tercio de las salas cuenta con una cámara.
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