Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • “Pienso que todo el sistema de salud está en riesgo con este presidente”

    » Elterritorio

    Fecha: 22/10/2025 11:25

    Fabián Romaszczuk tiene una historia llena de sacrificios y logros. Con una infancia difícil y problemas renales que persisten, nunca dejó de capacitarse y aportar miércoles 22 de octubre de 2025 | 7:00hs. Resiliencia es un término que se puso de moda y grafica la capacidad de adaptación a situaciones adversas que presenta la vida. Un concepto que define la personalidad de Fabián Romaszczuk (46), exatleta, profesor de Educación Física y exitoso entrenador de corredores de fondo. Su historia de vida confirma eso de que uno construye su destino, a pesar de un entorno adverso, una familia con problemas, carencias de todo tipo y hasta problemas de salud. Nacido en la localidad de Los Helechos, desde pequeño tuvo que cuidarse a sí mismo y afrontó situaciones que ningún niño debería sufrir, como dormir en la calle. Pero nada de eso impidió que se convierta en un atleta de elite. Fue subcampeón sudamericano de cross country y poseedor de varios récords misioneros durante muchos años. Romaszczuk entrena atletas en la Escuela Municipal. Fotos: Luciano Ferreyra Todo ello a pesar de que con 15 años aparecieron los primeros síntomas de daño renal, lo que con el paso del tiempo truncó su ascendente carrera deportiva y derivó en un primer trasplante. Por un virus, el cuerpo terminó rechazando el órgano, volvió a diálisis y recibió un segundo trasplante renal. En medio del proceso para mejorar su salud, siguió trabajando y en 2019 fue designado director de Deportes de Oberá. Asimismo, nunca descuidó su faceta de entrenador, rol que asumió en la formación de varios de los mejores fondistas de la provincia, como Agustín Da Silva, Josías Ickert, Aníbal Andrade y Edgardo Franco. De todas formas, opinó que “hoy los chicos tienen más bajo el umbral de sufrimiento por la influencia de la tecnología”. ¿Cómo empezó tu vínculo con el deporte? De forma muy breve en el Grand Prix del 92, todos corríamos 5 kilómetros, eran cuatro fechas y salí tercero en mi categoría. Corrí al año siguiente y salí quinto porque no entrenaba, y ahí no corrí más. Recién a mediados del 97 fui a Mar del Plata y retomé, pero era un palito y el primer año y medio vivía lesionado. Falta de base, desde alimentación y estímulos de todo tipo. Pero persistí y en el 2000 empezó mi despegue. Es decir que no fue un inicio fácil, ¿qué hizo que sigas intentando? Tenía esa chispa que hace falta y también ayudó la contención que había ahí. El primer día me recibió Alexis Abot, reconocido entrenador de la selección de atletismo que fue mi entrenador. Casualmente caí en las manos de él y me invitó. Primero remé mucho y vivía en casa de otros atletas. Alguien que me ayudó mucho fue Jorge de la Canale, que era vicepresidente de la Confederación Argentina de Atletismo (Cada), abogado y dirigente deportivo que fue clave para la realización de la Juegos Panamericanos de 1995. También fue el abogado de Carlos Monzón. Era muy influyente y me apadrinó. Un dirigente como pocos. ¿En qué momento te diste cuenta que tenías posibilidades de destacarte? En el Provincial de Buenos Aires, en el año 2000, donde quedé segundo en cross country y me metí en la elite. El 2001 fue un año malo por el problema renal que empezó a notarse. Pero era un problema que arrastro de chico y que a los 15 años me llevó a estar internado casi tres meses en Posadas. Ya en el 2001, trabajaba para un médico que coleccionaba autos antiguos y me hizo ver en el Hospital Regional de Mar del Plata, me hicieron estudios y se pensó que era secuela de una hepatitis. En 2002 empecé muy bien, hice el récord provincial de 3000 que estuvo vigente hasta hace poco, cuando lo bajó Agustín (Da Silva). Yo tenía 22 años y marcó 8 minutos 23 segundos en 3000 y 3m52s en 1500. En 2003 gané todas las carreras de la costa y corrí una prueba de 6 kilómetros a 2m51s el promedio. Fui subcampeón sudamericano de cross, en Paraguay, y clasifiqué al Mundial, pero me fracturé el quinto metatarsiano y no pude ir. Imagino que ese fue un momento duro de tu carrera deportiva… Sí, y al mismo tiempo valoro muchísimo lo que hizo mi entrenador. Íbamos a la pileta tres o cuatro veces por semana y corriendo en el agua recuperé la masa muscular, la capacidad aeróbica, la fuerza. Entrené un mes y corrí mi primera carrera en pista del año en 3m53s los 1500. El 2004 empecé la pretemporada corriendo muy rápido, nunca había entrenado así. Empezaron las carreras y largaba bien, pero al kilómetro me empezaba a endurecer, y con arcadas. Eran los riñones que empezaron a fallar. Vine a correr la prueba de la Fiesta del Inmigrante y la pasé mal. Nunca recuperé el nivel. Ahí tomé la decisión de volverme a Oberá para estudiar el Profesorado de Educación Física. Ahí empezó otra etapa que también implicó mucho sacrificio… Sí, pero pude hacer la carrera en cuatro años. Los primeros tiempos tuve ayuda de parientes y por ahí corría alguna carrera y juntaba unos pesos. Después tuve la suerte que la comisión del Instituto Linneo me dio una beca y pude estudiar sin pagar la cuota, si no hubiera sido difícil. El último año empecé a decaer en la parte física. Hasta ese momento no desconfiaba de la parte renal, sino que pensaba que eran secuelas de una hepatitis. Pero en algún momento hay que levantar, pero yo no levantaba. Me costaba el día a día. Estaba siempre débil, con frío, con sueño. Todo por el tema renal. Ya en 2012 se descubrió lo que tenía y entré en diálisis. ¿Cómo confirmaste que se trataba de un problema renal? Hablé con Fabián Lovera en Posadas, que también fue atleta, quien me recomendó que vaya a ver al doctor Carlos Ferreira, que me atendió gratis. Me acuerdo que me dijo ‘te vamos a trasplantar y vas a andar bien’, y yo no entendía nada, pero él había visto mis análisis. Pero me dejé estar y seguí trabajando, hasta que pasé toda una noche con arcadas y a la mañana le pedí a mi hermana que llame una ambulancia, sentía que me moría. Para la segunda diálisis me recuperé como loco. Estuve dos años en diálisis hasta el primer trasplante. Previo a eso entré en lista y, gracias a Dios, estaba trabajando como docente y tenía obra social, si no se complicaba mucho más. Ya la diálisis es un tratamiento caro, ¿todo te cubrió el IPS? Sí, por ley te cubre el 100 por ciento. La ley también habla de los beneficios laborales, cosa que en mi caso no se respetó. Hubo mucha invasión, mucha hijaputez, digamos, de muchas personas. En mi segundo trasplante me sacaron el agua. Yo estaba en el Ian Barney II, necesitaba tomar agua especial y me sacaron el dispenser de agua. Me quejé y me cobraron políticamente. Hasta hoy me cobran muy caro, en todo sentido. Me borran de todo, no puedo hacer las actividades que sé hacer, que es organizar eventos. Ahora estoy por cumplir un año como profe de la Dirección de Deportes, no publicaron nada mío ni me llegó un alumno. Todos van con otros profes, pero a mí no me mandan ningún atleta. Pero por mi cuenta sigo trabajando con chicos y van saliendo velocistas y fondista. ¿Todo por reclamar tus derechos? Sí, por quejarme. Y también me cobraron porque cuando me nombraron director de Deportes, en el 2019, había otra persona que esperaba el cargo y no la nombraron. Esa persona hoy tiene un cargo importante y se sigue cobrando. No entiendo cómo hay gente que, desde un lugar privilegiado, puede llegar a ser tan jodida. Cómo se les sube el humo, pero además se desentienden de los problemas de los empleados, y pienso que nunca hay que meterse con los más débiles. Respecto del trasplante renal, ¿el órgano tiene una vida útil, por así decirlo? Sí, de ocho a diez años. Depende cómo se da, cómo te cuides, del factor externo. En mi primer trasplante me agarró un virus que se llama BK y que lo tiene más o menos el 80 por ciento de la población, pero se manifiesta sólo en algunos trasplantados renales y me tocó. Yo soy inmunosuprimido para mantener mis defensas bajas, porque de lo contrario el organismo puede rechazar el riñón, que es un cuerpo extraño, digamos. Entonces, para combatir el BK hubo que bajar la inmunosupresión, lo que a su vez hizo rechazar el riñón. Después me volvieron a trasplantar y ahora estoy otra vez con el BK. ¿Y cómo lo asimilás? Trato de no pensar. Es como que me olvido. Pero si en el próximo laboratorio no hubo efecto, hay que bajar aún más la inmunosupresión y cada vez voy a estar más cerca del rechazo. En última instancia, si no se elimina del BK, hay que dejar que rechace el riñón para salvar la vida del paciente y volver a diálisis. Lo decís con mucha fortaleza, ¿te analizás? Estuve yendo al psicólogo y me ayudó. Le hablé mucho de estar censurado en la parte laboral, y también la hablaba de filtro. Luego él asoció eso a la parte renal: censurar tiene que ver con el riñón, que está censurado y hay que hacer que empiece a funcionar, que filtre. Palabras clave que tenían que ver con mi función renal, y así empecé a mejorar en muchas cosas. Yo no me reía, y a partir de eso empecé a reírme. ¿Hoy cómo estás de salud? Se cumplieron tres años del segundo trasplante, pero en el medio tuve dos rechazos. Me hicieron la plasmaféresis, un tratamiento que hoy vale como 20 millones de pesos. Te van sacando el plasma y a su vez te van poniendo plasma nuevo. Con el viejo van saliendo los anticuerpos del rechazo. Son seis sesiones de tres horas y pico cada una, día por medio. Con esos costos, de no ser por la cobertura del Estado sería muy privativo. ¿Qué pensás de los recortes en salud que pretende el presidente Milei? Yo por suerte tengo la cobertura del IPS. Pero, por otro lado, pienso que todo el sistema de salud está en riesgo con este presidente. Cuánta gente se moriría si se queda sin la cobertura, como los trasplantados, pacientes oncológicos y otras patologías. Yo estaba con mucho miedo porque la salud no puede estar regulada por el mercado. Los recortes también se dieron en el ámbito deportivo y se notan… Argentina está muy mal por recortes de fondos. Se congeló el aporte del Estado. Imaginate qué son 200 mil pesos para un medallista mundial, no paga ni la mitad del alquiler con eso. Además, que no se regula bien. Por ejemplo, al último Mundial de Atletismo de Tokio fueron un montón de dirigentes y cinco atletas. A nivel sudamericano lo mismo. ¿Cómo ves el auge del running y las carreras de trail? A partir de la pandemia hubo una explosión. En un momento había como 80 trails en el año en Misiones. Está muy bueno que la gente corra; pero también, por ese auge, surgieron entrenadores que hicieron un curso de un fin de semana. Cuando se habla de entrenador, hay que sumar todo lo que estudió, más su experiencia deportiva. Pero de repente hay gente que improvisa y toma cosas aisladas, sin respetar el proceso. Por eso vemos gente que quiere correr una cierta distancia sin estar bien entrenada y empieza a suplementarse. Hay que dejar en claro que si entrenás una vez por día y te alimentás bien, ya alcanza. Pero muchos consumen por las dudas. ¿Cómo se trabaja con los chicos en tiempos cuando la tecnología manda? Hoy los chicos tienen más bajo el umbral de sufrimiento. Es por la influencia de la tecnología, hay muchas distracciones. Hoy tenés todo el entretenimiento en tu pieza. El atletismo es un proceso, con una escala de mejoramiento que lleva tiempo. Pero hoy es todo rápido, inmediato, con exceso de información. Perfil Andrés Fabián Romaszczuk Exdeportista y profesor de Educación Física 46 años. Nacido en Los Helechos. Subcampeón sudamericano de cross country en mayores. Durante varios años tuvo los récords provinciales de 800, 1000, 1500, 2000 y 3000 metros. Es profesor nacional de Educación Física, entrenador de atletismo Nivel I y juez internacional de Atletismo de la World Athetics. Posee cursos varios de gestión y administración deportiva. Cursos de fisiología del ejercicio y el deporte, biomecánica, nutrición deportiva, prevención de lesiones, mediciones para detección de talentos y mediciones del rendimiento deportivo. Fue director de Deportes de la Municipalidad de Oberá y continúa entrenando atletas en la Escuela Municipal.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por