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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 22/10/2025 13:59
La mujer, vecina de Crespo, contó que la decisión de acudir a la Justicia no fue inmediata. “No me animaba a hacer la denuncia porque recibía amenazas por parte de mi expareja”, relató en Puro Cuento (Radio Plaza). Según explicó, el vínculo se había deteriorado luego de episodios de violencia física y psicológica, y tras la separación comenzaron los acosos y hostigamientos a través de redes sociales. Inicialmente, la denuncia fue presentada en el Juzgado de Paz y Familia de Crespo y caratulada como “compensación económica y daños y perjuicios”. Sin embargo, la víctima advirtió que lo que estaba viviendo “tenía una característica penal”, por lo que un año más tarde acudió a la Fiscalía de Violencia de Género en Paraná. Allí, el caso fue recaratulado bajo la figura de “promoción y facilitación de la prostitución”, delito previsto en el Código Penal. La denunciante explicó que la jueza interviniente en Crespo “nunca entendió que debía darle intervención al Ministerio Público Fiscal” y que el expediente fue derivado a Paraná, donde más tarde descubrió que había quedado archivado. “Durante un año se pasaban la causa de un lado a otro, hasta que me enteré de que estaba archivada”, afirmó. El hallazgo de los perfiles falsos El caso tomó forma una noche de verano, cuando el hijo de la mujer, jugando con el celular de su padre, ingresó accidentalmente a una cuenta de Instagram donde figuraban fotos de su madre con otro nombre. “Vi mi foto y un usuario que decía ‘La blonda’. Hice capturas de pantalla y lo enfrenté. Me dijo que sí, que en algún momento me lo iba a confesar”, contó. La situación se agravó al descubrir que no era una sola cuenta. Su expareja había creado distintos perfiles, en los cuales la ofrecía para encuentros sexuales. “Me confesó que lo hizo para encontrar otras parejas y convencerme de que tuviéramos una relación abierta. Yo siempre le decía que no quería saber nada de eso”, señaló. Con el tiempo, la mujer notó que amigas y conocidos comenzaron a alejarse. “Una amiga me dijo que una chica se distanció porque yo le escribía al hermano ofreciéndome, con fotos mías. Era él, el que se hacía pasar por mí”, relató. Ese fue el punto de quiebre que la llevó a formalizar la denuncia. Violencia psicológica y manipulación Durante la relación, la víctima atravesó un proceso de violencia psicológica sostenida. “Yo estaba en depresión posparto y él todo el tiempo quería acosarme sexualmente. No respetaba mis tiempos”, contó. Incluso relató que su pareja intentó convencerla de asistir a fiestas sexuales a cambio de dinero. “Me ofrecía plata para cambiar el celular, pero yo no fui a la fiesta. Ahí se enojó y hubo violencia física”, recordó. Tras separarse, la mujer debió convivir con restricciones de acercamiento que no siempre se respetaron. “Pasaba por mi casa igual, mandaba mensajes a través de otras personas. Era una situación desesperante”, explicó. A pesar de las medidas judiciales, el hostigamiento continuó de distintas formas. Desde el Área de Niñez, Adolescencia y Familia (ANAF) del municipio le indicaron que tenía “expectativas muy altas” al pedir que se sancione el uso de perfiles falsos, algo que ella vivió como una falta de acompañamiento. “Me decían que no se podía hacer mucho porque era algo nuevo, todo lo de las redes sociales”, señaló. “Me quedé sola, pero seguí adelante” El impacto social y emocional fue profundo. La mujer contó que se sintió expuesta y estigmatizada en una comunidad pequeña como Crespo. “Trabajo en una oficina pública, con atención al público, y todos me veían. Nadie me ofreció resguardo”, relató. Con el tiempo desarrolló crisis de ansiedad y ataques de pánico. “Pensaba que tenía un problema cardíaco. Después entendí que eran ataques de pánico”, confió. Asegura que su entorno se desintegró casi por completo. “Mi familia se alejó porque él hablaba mal de mí, decía cosas horribles. Quedé sola, solo me acompañaron una amiga y un amigo que me animaron a seguir adelante”, expresó. Esa contención, junto con el acompañamiento psicológico, le permitió avanzar en la vía penal. “Estoy confiada en que esto va a avanzar y que aparezcan testigos. Ojalá que las personas que recibieron mensajes de esos perfiles se animen a declarar”, dijo la mujer, que actualmente vive con su hijo y continúa con asistencia profesional.
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