Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Indagan al ex compañero del adolescente cuyos restos aparecieron tras 41 años en una casa

    » El Ciudadano

    Fecha: 22/10/2025 06:53

    El titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56, Alejandro Litvack, recibió esta mañana la declaración indagatoria del excompañero de Diego Fernández Lima, el adolescente que era buscado desde el 26 de julio de 1984, y cuyos restos óseos aparecieron el 20 de mayo pasado, en el jardín de la vivienda familiar del sospechoso, en el barrio porteño de Coghlan. La declaración, por los delitos de “encubrimiento agravado” y “supresión de evidencia”, se dio en el marco del segundo pedido formulado, en septiembre pasado, por el responsable de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, Martín López Perrando. El representante del Ministerio Público Fiscal había considerado que el sospechoso “llevó a cabo una serie de maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente”, luego del hallazgo de los restos del joven, el 20 de mayo pasado. Entre los actos cuestionados, el fiscal había señalado la generación de explicaciones inverosímiles como la existencia de una iglesia o un establo o que los huesos habían llegado en un camión con tierra cuando hicieron la pileta; la conducta contradictoria y evasiva frente a testigos y autoridades para desviar la investigación; la pasividad ante el hallazgo y la incipiente investigación. También sostuvo que el hombre comenzó a interesarse en el hallazgo cuando se identificaron los restos de quien, en 1983, fue su compañero en el segundo año de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 “Almirante Brown”, y lo que explicaría que Fernández Lima “pudiera haber llegado al inmueble de avenida Congreso 3742 por propia voluntad, sea para visitar al imputado o a su familia o cualquier otra contingencia”. De acuerdo con López Perrando, las manifestaciones que hiciera el sospechoso “resultan no solo absolutamente inverosímiles y pueriles, sino que denotan y remiten a un claro conocimiento previo de la existencia de los restos óseos en el lugar, así como una intención deliberada de desviar la atención generando hipótesis falsas que relativizaran o confundieran su hallazgo”. Agregó “el delito encubierto es el homicidio de Diego Fernández” y que, si bien aún “no es posible atribuir autoría determinada, sí resulta claro que el homicidio ocurrió en el interior de la finca donde se encontraron los restos” y que, a su entender, no pudo ser “ajeno a la existencia de la sepultura en el jardín de la vivienda en que habitaba al momento del homicidio de Diego Fernández Lima y que habita aún hoy”. Tras recibir la declaración del hombre de 58 años, se estima que, en los próximos días, el juez Litvack resuelva su situación procesal. El delito de encubrimiento agravado, previsto en el artículo 277 incisos 1° y 3°, apartados “a” y “c”, del Código Penal (CP), contempla una pena de prisión entre 1 y 6 años, mientras que la supresión de evidencia (artículo 255 del CP), establece prisión de entre 1 mes y 4 años. El caso Diego “el Gaita” Fernández Lima tenía 16 años cuando desapareció en la tarde del 26 de julio de 1984. Aquel día volvió del colegio, almorzó con su madre y le pidió dinero para tomarse el colectivo para ir a visitar a un amigo. Un conocido lo cruzó en la esquina de Rómulo Naón y Monroe, en Villa Urquiza y lo saludo. Fue la última vez que alguien lo vio. Nunca llegó a la clase de la tarde en el ENET N°36, entonces ubicado en las calles Ballivián y la actual Combatientes de Malvinas (ex Donato Álvarez). Alrededor de las 20.30, como el joven no volvía, sus padres Juan Benigno Fernández e Irma Lima, fueron a la entonces comisaría 39 de la Policía Federal para reportar su desaparición, donde asentaron el caso como una presunta “fuga de hogar”. Así, comenzó una búsqueda con panfletos pegados en el barrio, al tiempo que trataron de visibilizar su desaparición en los medios de comunicación. Su padre, dio una entrevista por el caso, en 1986, y murió sin saber el destino de su hijo. Por su parte, la madre del joven y sus hermanos, aún lo buscaban. Los restos óseos aún sin identificar de Fernández Lima aparecieron el 20 de mayo pasado, cuando un grupo de obreros levantaba una pared medianera en la casa de avenida Congreso 3748 que había sido propiedad de la artista Marina Olmi -hermana del actor Boy Olmi-, y que había alquilado el músico Gustavo Cerati, entre 2002 y 2003 y se produjo un desmoronamiento de tierra desde el jardín del chalet lindero de Congreso 3742, donde vivía, desde los años ’70, el excompañero de escuela de la víctima con su familia. Los obreros le avisaron del hallazgo a una de las dueñas de la vivienda lindera -hermana del ahora imputado-, al tiempo que un vecino dio aviso a la policía. Así, la investigación recayó en la fiscalía a cargo de López Perrando, quien dio intervención al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Al analizar los 151 fragmentos de huesos hallados, los especialistas determinaron que el adolescente fue asesinado de una puñalada en el tórax que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. También que, tras el crimen, intentaron desmembrarlo, aunque no pudieron. Tras ello, lo enterraron en una improvisada fosa a 60 centímetros de profundidad en el jardín de la casa. Junto a los restos óseos, había una moneda japonesa, un reloj con calculadora Casio -fabricado en Japón en 1982-, un llavero flotante naranja con una llave, una ficha de casino, la hebilla de un cinturón, la suela de un mocasín talle 41 y una corbata tejida de uniforme colegial. Estos elementos brindaron indicios sobre la edad de la víctima y permitieron fijar la década del ’80 como la época en la que se habría cometido el crimen. La difusión mediática que fue surgiendo del caso llamó la atención de un sobrino de la víctima que sospechó que el NN enterrado en Coghlan podía ser su tío desaparecido hace 41 años. Así, sus familiares se presentaron ante la fiscalía y se obtuvo una muestra genética de la madre de Diego -que hoy tiene 87 años- y que, al ser cotejada con sus restos, dio positivo y permitió su certera identificación.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por