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» Elterritorio
Fecha: 08/10/2025 09:01
El padre del albañil, fallecido el 6 de octubre, reclamó falta del informe final de la autopsia y exigió condena para los agentes que lo habrían golpeado en una celda. miércoles 08 de octubre de 2025 | 4:00hs. Tras su muerte, A 3-2 fue escenario de una multitudinaria marcha. Foto: Natalia Guerrero Hace un año, a la familia de Fernando Ramírez (30) le llegaba la trágica noticia de que el joven futbolista y albañil había muerto en la Comisaría Décima de Posadas, en el barrio A 3-2, presuntamente por muerte súbita. Salía de un partido de fin de semana en una cancha en Miguel Lanús el 5 de octubre del 2024 cuando, en la calle, a él y a un colega lo interceptó personal de la División Motorizada de la Policía. Lo que le siguió a esa detención, motivada por supuesta averiguación de antecedentes, todavía se investiga en el fuero penal. Mientras que la familia de Fernando clama justicia, respuestas y una condena ejemplar para los agentes que, según aseguran, provocaron la muerte del hombre tras golpearlo en la dependencia policial hasta convulsionar. Su fallecimiento marcó la madrugada del domingo 6, momento desde el que Ramón, su padre, encabeza una lucha judicial para esclarecer las circunstancias de lo sucedido. Relató al diario El Territorio que, en ese camino, habrían sucedido varias irregularidades, partiendo de la falta de acceso completo al expediente. “Todavía no sabemos el hecho de muerte, porque no coincide la hora de muerte con el relato que dice la policía y la Justicia respecto a la hora que Fernando entró al hospital (Madariaga)”, recordó Ramón. También observó que los datos del documento judicial no coincidirían con lo que les aportaron testigos y pacientes del hospital, quienes habrían visto a Ramírez ingresar en mal estado al centro de salud. Por este episodio hay cuatro policías investigados: todavía no hay imputados formales, pero permanecen supeditados a las diligencias que disponga la Fiscalía de Instrucción Seis de Posadas, a cargo de la causa. “Hasta ahora, la información que tenemos y algo del resultado de la autopsia preliminar que hicieron a Fernando, es que policías de la Décima y de la Motorizada de Fátima lo reventaron a palos y llevaron a la Comisaría Tercera (por avenida Uruguay), que no sé para qué lo llevaron. Desde ahí lo llevaron a la Décima, donde lo mataron ahí y llevaron al hospital”, acusó Ramón. “Tu hijo entró muerto” El familiar detalló que, según el expediente al que tuvo acceso, “la muerte de Fernando figura que fue entre las 1 o 1.15 de la mañana de ese domingo”. Pero para él “eso es mentira, porque Fernando cayó a las 2.15 de la mañana en el hospital”: aunque la querella solicitó que se llame a declarar a una testigo, “no lo quieren llamar, porque ahí se va a descubrir la verdad que todo el tiempo la policía mintió”, arremetió Ramón. Al ser consultado sobre la posible testigo en la causa, relató que sería una persona que acompañaba a un familiar que debía internarse en el Madariaga, en la madrugada del 6 de octubre, cuando Ramírez presuntamente arribó tras convulsionar en una celda de la Comisaría Décima. “Vio cuando Fernando ingresó, cuando los cuatro policías de la Motorizada lo bajaron del móvil, lo pusieron en una silla de ruedas y lo llevaron para dentro”, contó. Después de indagaciones y de dar con su contacto, “me llamó y me dijo, ‘Ramón, tu hijo ingresó muerto porque era una bolsa de carbón, sin movilidad, sin ningún gesto de nada’”, continuó. Denuncian maltrato policial En este año de instrucción, quizás la voz más relevante haya sido la del compañero de Ramírez, que fue detenido junto a él en la noche del 5 de octubre del año pasado. Sobre lo que pudo aportar, Ramón hizo énfasis en las circunstancias en las que habría prestado declaración judicial. “Le hicieron declarar el domingo a la madrugada, después que mataron a Fernando, para que él diga bajo presión que sí, que Fernando murió por una sobredosis. Pero cuando pongo al abogado le digo que llamen a este chico y que diga la verdad. Ahí él me llama y dice que declaró bajo presión policial. Dijo: ‘Si yo no decía lo que ellos querían, yo iba a terminar como Fernando. Pero Fernando era mi amigo’”, citó Ramón. Según pudo saber El Territorio mediante acceso al expediente, en su segunda cita el muchacho testificó que tres agentes de la Motorizada sometieron físicamente a la víctima, propinándole golpes dentro de la comisaría y arrojándolo con violencia a la celda. Esto, contó, le provocó un golpe en la cabeza, lo que le pudo haber causado las convulsiones y el consecuente desenlace fatal. “Está en el expediente que ellos recibieron mucho palo, tremenda golpiza, desde el momento que fueron interceptados por la Motorizada hasta llegar a la Comisaría Décima y de la Décima a la Tercera. Todo el tiempo los castigaron y golpearon mucho. A Fernando más que él todavía”, denunció convencido su padre. Sospechas y certezas El accionar de la Policía en aquel operativo en Miguel Lanús sigue bajo la lupa. Es por ello que, en abril de este año, la Fiscalía a cargo de René Casals solicitó una reconstrucción del traslado de Ramírez. El operativo incluyó el recorrido desde la Comisaría Décima hasta el área de Sanidad Policial en la Tercera, donde el hombre fue revisado por un galeno que habría advertido que la víctima “ingirió algo” -supuestamente, una bolsa de estupefacientes-. Fuentes con acceso al expediente aclararon que se investigan posibles responsabilidades de los policías en cuanto al cumplimiento, o no, de sus funciones. Algo que, desde el inicio de la investigación, la familia Ramírez discutió con firmeza: “En el primer informe de la Policía mintieron, porque decían que detuvieron a Fernando por averiguación de antecedentes y que no tenía su documento, y mintieron. Porque cuando yo fui el domingo a retirar el cuerpo, en la Décima me entregaron la billetera de Fernando, 5.000 pesos, su documento, su teléfono y sus crocs”, enumeró. “Es falso que él no tenía documento. Yo sólo pido que se haga justicia, que los policías que lo mataron vayan presos y sean condenados. Todo lo que los policías hicieron fue fuera de la ley, porque si vos detenés a alguien por averiguación de antecedentes, no le reventás a trompadas”, acusó Ramón con la tristeza colada en la voz. “Yo tengo fotos de Fernando, vi cómo estaba: tenía parte del cráneo hundido del lado izquierdo, costillas rotas, los genitales… De tantos golpes que recibió”, describió. Además, deslizó la posibilidad de que los agentes investigados habrían obligado o sometido a Ramírez a ingerir alguna sustancia que le habría causado la convulsión que, horas después, terminó en tragedia. “Yo no dudo que los policías, cuando vieron que Fernando se estaba muriendo por los golpes que recibió, le hayan hecho ingerir algo para poder inculparlo de que murió por una sobredosis. Pero Fernando no era drogadicto: era un deportista y un trabajador”, recordó. La advertencia de un padre en duelo está latente en el relato de Ramón. “Voy a ir hasta las últimas consecuencias, así cueste mi vida. Tarde un año, diez, quince o veinte, voy a ir hasta el final y estos policías de una u otra manera tienen que pagar por lo que hicieron”.
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