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  • A 25 años del primer título de Schumacher con Ferrari: cómo forjó la “familia” que llevó a la Scuderia a su era más gloriosa en la F1

    Concordia » Hora Digital

    Fecha: 08/10/2025 08:46

    El triunfo de Michael Schumacher en Japón 2000, que le devolvió el título de Pilotos a Ferrari en la Fórmula 1 luego de 21 años El 8 de octubre de 2000, **Michael Schumacher** metió un logro que marcó un antes y un después en la historia de la **Fórmula 1** y de **Ferrari**: después de una temporada palo y palo y de mucha presión, el piloto alemán se bordó la corona mundial con la escudería italiana, cortando una racha de **21 años sin títulos de pilotos** para la Scuderia de **Maranello**. Ese triunfo, conseguido en el **Gran Premio de Japón** en el **Autódromo de Suzuka**, no solo consolidó al *Kaiser* como tricampeón, sino que también dio inicio a una era de hegemonía sin precedentes para el mítico equipo italiano. El camino hacia ese éxito arrancó mucho antes, y una pieza fundamental en esta historia fue **Niki Lauda**, que en ese momento era asesor deportivo de Ferrari. El austríaco, que ganó dos de sus tres títulos de F1 con **Ferrari** (1975 y 1977), le bajó línea a los de Maranello: si querían volver a ser campeones, tenían que ir a buscar al mejor piloto del mundo de ese entonces, **Schumacher**. El recordado tricampeón mundial en 2012 también recomendó a **Lewis Hamilton** para **Mercedes**, y el resto es historia conocida. **Schumacher** encabezó la etapa más dorada de **Ferrari** en la F1 y, para conseguirlo, impuso su condición de líder tanto adentro como afuera de la pista. Llegó a un equipo al que le costaba ganar carreras y armó un equipazo que se llevó **diez títulos mundiales entre 2000 y 2004 inclusive: cinco de Pilotos y cinco de Constructores**. Fueron los años en que la Máxima se tiñó de rojo. El alemán lideró una profunda transformación en la forma de trabajar de la escudería. Desde su llegada a Maranello a fines de 1995, cerca de cumplir 27 años (nació el 3/01/1969), no solo aportó su talento como piloto, sino que pidió garantías para conformar un equipo técnico capaz de pelear por el campeonato mundial. “**No vine acá solo para sumar podios, sino para construir algo realmente grande**”, declaró el germano esa temporada, según publicó *Autosport*. Su visión fue bancada por la dirección de **Ferrari** a cargo de su entonces presidente, **Luca Cordero di Montezemolo**, quien le puso todas las fichas a un proyecto a largo plazo y a la incorporación de figuras clave, todas por pedido del propio **Schumacher**. Primero, el alemán **metió un cambio cultural histórico en Maranello** y planteó que para pelear por triunfos y campeonatos era necesaria la presencia de ingenieros ingleses, algunos de ellos viejos conocidos suyos de la época de **Benetton**, donde se llevó sus dos primeros títulos en 1994 y 1995. La llegada de **Ross Brawn** como director técnico en 1997 fue el primer paso estratégico. **Brawn**, la cabeza detrás de los títulos de **Schumacher** en **Benetton**, fue fichado tras largas negociaciones, en una jugada que respondió a la convicción de **Schumacher** sobre la necesidad de contar con un gestor experimentado en carreras. A la par, el sudafricano **Rory Byrne** se sumó como jefe de diseño, aportando su experiencia en la creación de chasis innovadores. El propio Schumacher consideró este movimiento como “**un salto cualitativo en el desarrollo técnico**”, según reportó *BBC Sport*. La reestructuración se completó con la figura de **Jean Todt**, quien ya ejercía como jefe de equipo desde 1993. **Todt**, director deportivo francés con un historial ganador en el **Mundial de Rally**, **Rally Dakar** y en el **Mundial de Endurance**, se volvió el puente entre la fábrica y los pilotos, limando asperezas entre la disciplina germana y el entusiasmo italiano. “**Todt aportó el método y la continuidad que faltaban**”, afirmó **Brawn** en declaraciones a *Motorsport Magazine*. Además, la escudería sumó talentos en áreas como suspensiones, electrónica, telemetría y simuladores, modernizando su estructura **a la par de las escuderías británicas**, como planteó *Schumi*. El año cero de la “nueva Ferrari” fue de pura adaptación. El equipo debutó con el modelo F310, que sufrió con la fiabilidad y el rendimiento frente a los **Williams-Renault** y **McLaren-Mercedes**. A pesar de las dificultades, **Schumacher** logró **tres victorias** y la escudería terminó subcampeona, un resultado que la prensa italiana, como *Corriere dello Sport*, consideró “**la base del futuro campeón**”. El vínculo entre **Schumacher** y sus ingenieros de pista, como **Luca Baldisserri**, fue clave en la construcción del equipo. El piloto se metió de lleno en las sesiones de pruebas privadas en Fiorano, el circuito de **Ferrari**, donde propuso ajustes en la ergonomía de la cabina, la configuración electrónica y cómo adaptar los frenos a su estilo de manejo, según informó *La Stampa*. El dúo **Brawn-Byrne** trajo una filosofía de desarrollo progresivo inspirada en la metodología de los equipos ingleses. En 1997 fue el primer año en que **Ferrari** peleó por un título de la mano de **Schumacher** con el modelo F310B. Todo se definió en la última fecha en **Jerez de la Frontera**, España, sede del **Gran Premio de Europa**. Allí el alemán no pudo manejar la presión y jugó sucio: su choque con Jacques Villeneuve (Williams) lo dejó afuera, le costó el título y, de yapa, **le sacaron todos los puntos de esa temporada**. En 1998, la F300 debutó como un modelo mucho más competitivo e incluso el *Kaiser* fue el **último ganador en Argentina** el 12 de abril de ese año en el **Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez**. Aunque después fue superado por **McLaren**, que se consagró con **Mika Hakkinen**. Ese año, **Schumacher** peleó el título hasta la última fecha y consolidó su liderazgo dentro del equipo, como señaló *Auto Hebdo*. La capacidad de **Ferrari** para adaptarse a los cambios reglamentarios se vio reflejada en la llegada del motor V10 y la optimización del sistema de cambio semiautomático, lo que mejoró la fiabilidad del monoplaza. En 1999, la F399 le permitió a **Ferrari** conquistar el **Campeonato Mundial de Constructores**, un trofeo que no ganaba desde hacía dieciséis temporadas. A pesar de un accidente en Silverstone que dejó a Schumacher afuera durante **seis carreras**, el piloto siguió metiendo mano en la evolución técnica del equipo, según recordó *The Guardian*. Uno de los elementos clave del método impulsado por **Schumacher** y su entorno fue la gestión “transversal” de la información. El alemán logró unir a todas las partes en **Ferrari** para crear un flujo constante entre los departamentos. Su método aceleró la resolución de problemas mecánicos y optimizó las estrategias de carrera. “**El secreto fue crear una familia**”, sintetizó **Brawn**. La consagración definitiva llegó en la temporada 2000. **Ferrari** presentó la F1-2000, el primer monoplaza de la era moderna diseñado enterito bajo la supervisión de **Byrne** y **Brawn**, incorporando soluciones como un sistema de suspensión trasera revisado y mejoras aerodinámicas. **Schumacher** impuso un ritmo dominante al ganar **las tres primeras competencias del campeonato**. El laburo en boxes, coordinado por **Nigel Stepney** (otro inglés), permitió reducir los tiempos de reabastecimiento a **menos de seis segundos**, una marca inédita en la categoría en esa época. La estructura de trabajo, con base en Maranello y ramificaciones técnicas en el Reino Unido, consolidó un modelo mixto que aportó flexibilidad y rapidez en el desarrollo de innovaciones. El aporte italiano se mantuvo en las áreas de motor, lideradas por **Paolo Martinelli**, mientras el conocimiento británico se impuso en diseño y aerodinámica. En 2000 la competencia fue durísima contra **McLaren** y el bicampeón de ese momento, **Hakkinen**. **Ferrari** y la escudería inglesa de Woking se mantuvieron firmes, y entre ambos equipos se repartieron todas las victorias del año. Mientras **Rubens Barrichello** solo logró imponerse en Alemania —en una carrera en la que **Schumacher** abandonó en la primera vuelta—, **David Coulthard** se mostró combativo y llegó a arrebatarle tres posibles triunfos a su compañero **Hakkinen**. Pero **Schumacher** edificó una cosecha que le permitió liquidar el campeonato en la penúltima fecha. Consiguió **siete triunfos en las primeras 15 carreras**, lo que le permitió llegar a **Suzuka** con una ventaja estratégica: acumulaba **88 puntos**, ocho más que **Hakkinen**, en una época en la que el ganador obtenía **10 puntos** y el segundo, seis. El panorama en Japón era clarito: **Schumacher** necesitaba sumar dos puntos más que **Hakkinen** para asegurarse el campeonato, lo que podía lograrse con una victoria o siendo segundo si el finlandés terminaba tercero o peor, o bien quedando tercero si **Hakkinen** llegaba quinto o más atrás. El sábado, **Schumacher** se quedó con la **pole position por apenas 0,009 segundos** sobre el finlandés, con **Coulthard** y **Barrichello** completando la segunda fila. La carrera empezó con **Hakkinen** tomando la delantera, lo que ponía en jaque la coronación del alemán. Sin embargo, la estrategia diseñada por el equipo liderado por **Brawn** fue un golpe de ajedrez decisivo: tras la segunda ronda de paradas en boxes, **Schumacher** recuperó la punta y de ahí no la soltó hasta la bandera a cuadros. Así, el piloto de **Ferrari** concretó el sueño que venía persiguiendo desde su llegada al equipo en 1996, después de años de frustraciones y tres temporadas en las que el título se le escapó por un pelito. Con este triunfo, **Schumacher** se unió al selecto grupo de tricampeones mundiales de F1, junto al propio **Niki Lauda**, **Ayrton Senna**, **Jack Brabham**, **Jackie Stewart** y **Nelson Piquet**. El título de 2000 fue el primero de una serie de **cinco campeonatos consecutivos** que el alemán lograría con **Ferrari**, una gesta que ni los tifosi más optimistas se hubieran imaginado en ese momento. Al finalizar la carrera, **Schumacher** compartió sus sensaciones con la prensa: “**Es difícil encontrar las palabras para describir lo que se siente. Es parecido a lo que viví en Monza, pero no esperen que llore**”, evocando el Gran Premio de Italia de ese año, cuando igualó el número de victorias del recordado **Ayrton Senna** y se emocionó a morir. “**Sentí un estallido de emoción cuando crucé la meta. Las condiciones fueron difíciles hoy y la temporada tuvo sus altibajos. Fue genial terminar con una victoria tras una lucha hasta la última curva**”, agregó y en joda le tiró a **Hakkinen**: “gracias, Mika, aunque podrías habérmela hecho más fácil”. **Schumacher** también recalcó el significado especial de este logro: “**Estuvimos trabajando para esto durante cinco años y tres veces nos quedamos cerca. Esto es simplemente espectacular y especial porque es con Ferrari y vale mucho más para mí que mis otros títulos. Imagínense lo que está pasando ahora mismo en Italia. ¡Debe ser una locura!**”. El campeonato de 2000 no solo devolvió la gloria a **Ferrari** después de más de dos décadas de espera, sino que también marcó el inicio de la etapa más exitosa en la historia de la Scudería: **Schumacher**, con *La Rossa*, además de sus cinco coronas, logró **72 triunfos y 116 podios** entre 1996 y 2006. Además de su talento irrefutable y sus números que lo ponen entre los más grandes pilotos en los 75 años de la F1, **Michael Schumacher** demostró su liderazgo natural para encolumnar al equipo más exitoso y famoso en la historia del automovilismo, como lo es **Ferrari**, detrás suyo. Para los tifosi del *Cavallino Rampante*, el recuerdo de aquel 8 de octubre sigue siendo un mojón de esperanza y orgullo, especialmente ahora que el equipo vive una de sus peores rachas en la **Fórmula 1**.

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