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» Diario Cordoba
Fecha: 06/10/2025 09:38
Existen cientos de variedades de olivos en todo el mundo, cada una con sus características propias. Las hay de origen silvestre como el acebuche, que da unas aceitunas muy pequeñas y con poco rendimiento que hacen a esta especie inviable para su comercialización, aunque el escaso AOVE de acebuchina que hay en el mercado se paga a precio de oro. La mayoría de variedades, sin embargo, proceden de la manipulación humana, que a lo largo de los siglos ha ido moldeando el árbol a gusto de agricultor, ahora de forma acelerada gracias a técnicas genéticas. Cada una de esas especies da un aceite diferente. Unos son más intensos, otros afrutados o suaves; los hay que pican y también que amargan en el paladar, o ambos a la vez. El del aceite de oliva es todo un mundo de sabores. De todas esas variedades, en Córdoba se emplean una decena, pero tan solo cuatro superan las 10.000 hectáreas plantadas. Están entre las más comunes del país, aunque la provincia presenta algunas características propias. La variedad más abundante en los olivares cordobeses es la picual, que también es la más extendida en toda Andalucía. En la región hay más de 900.000 hectáreas de esta especie de olivo y casi todas están en Jaén, una provincia especializada en el monocultivo de una variedad que ofrece un aceite intenso, amargo y picante a la vez. Es además una variedad de elevado rendimiento, idónea para los productores tradicionales. En Córdoba predominan la picual, hojiblanca, arbequina y picuda; cada una de ellas da un aceite diferente. Distribución en Córdoba En Córdoba hay casi 200.000 hectáreas de picual, según los datos de la Junta para el año 2023. Están muy repartidas, pero se concentran en la zona oriental de la provincia, limítrofe con Jaén. Es casi un monocultivo en Los Pedroches y en la Campiña Este. Variedades en la provincia de Córdoba. / CÓRDOBA Una característica propia de la provincia cordobesa es la abundancia de olivo hojiblanco: de las 320.000 hectáreas plantadas en Andalucía, más de 100.000 están aquí. Se trata de una variedad más resistente que la picual, pero con una producción más tardía y que ofrece a los agricultores la ventaja de su doble condición, ya que vale tanto para almazara como para entamadora, si bien lo habitual es destinarla a la producción de aceite. Pero ahí está la opción para quien la necesite. La hojiblanca ocupa todo el centro de Andalucía y está muy extendida en la Campiña Sur y muy especialmente en el área de Lucena. Los aceites de esta variedad han ganado multitud de premios y se encuentran entre los mejores del mundo. La picuda es endémica de Córdoba y predomina en Baena y sobre todo en la Subbética La arbequina, de moda Una de las variedades de moda en los últimos años es la arbequina (de origen catalán), que ofrece un aceite suave. Sin embargo, lo que los agricultores valoran de esta variedad es su capacidad para adaptarse a distintos métodos de cultivo: vale lo mismo para secano que para plantaciones en seto o en intensivo. Eso hace que esté muy repartida por toda Andalucía con más de 100.000 hectáreas, de las que 22.000 están en Córdoba. La variedad picuda no se debe confundir con la picual, aunque sus respectivos nombres aluden a la forma del fruto terminado en punta. Es endémica de Córdoba y predomina en el área de Baena y sobre todo en la Subbética. Sus aceites son delicados y con un sabor afrutado, muy del gusto de los consumidores. Casi todas las plantaciones andaluzas están en Córdoba, que atesora más de 15.000 de las 22.000 hectáreas que hay en la región.
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