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Federal » El Federaense
Fecha: 06/10/2025 09:25
Recomendaciones sobre el consumo de carne roja Recomendaciones sobre el consumo de carne roja La Comisión Eat-Lancet sugiere limitar el consumo de carne roja a 15 gramos diarios, promoviendo una dieta basada en vegetales. El informe destaca la relación entre el consumo de carne, la salud pública y el impacto ambiental, proponiendo cambios en hábitos alimentarios. La industria alimentaria y expertos en salud pública reaccionan de manera polarizada, reflejando tensiones culturales y económicas en torno a la alimentación. Antecedentes del informe de la Comisión Eat-Lancet El informe presentado por la Comisión Eat-Lancet en París establece que la carne roja, que incluye la de vaca, cerdo y cordero, debería ser solo un componente mínimo en la dieta diaria. Esta recomendación se basa en un estudio previo de 2019 y busca promover hábitos alimentarios más equilibrados y sostenibles. La propuesta no solo se enfoca en la salud pública, sino que también tiene como objetivo reducir el impacto ambiental de los sistemas alimentarios, que son responsables del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los expertos sugieren un modelo alimentario que prioriza fuentes vegetales y limita el consumo de azúcares, grasas saturadas y sal. En términos cuantitativos, el informe establece que el consumo de carne roja debe restringirse a 15 gramos por día, mientras que se recomienda un consumo diario de 200 gramos de verduras, 300 gramos de frutas, 210 gramos de cereales integrales, 250 gramos de lácteos y 30 gramos de pescado o aves. Estas cifras, aunque similares a las de 2019, se sustentan en según declaraciones públicas previas que asocian este modelo alimentario con una menor mortalidad y una reducción de enfermedades crónicas. Actores involucrados en el debate alimentario El debate en torno a las recomendaciones de la Comisión Eat-Lancet involucra a diversos actores, incluyendo la industria agroalimentaria, expertos en salud pública y consumidores. Desde 2019, federaciones agroalimentarias han criticado las recomendaciones, considerándolas desconectadas de los hábitos alimentarios locales y caricaturescas. La industria defiende la carne roja y los lácteos como fuentes ricas en nutrientes, asequibles y culturalmente relevantes. En contraste, expertos en salud pública respaldan las sugerencias, enfatizando la importancia de considerar no solo la cantidad de carne consumida, sino también la forma en que se produce. La copresidenta de la Comisión, Shakuntala Haracksingh Thilsted, destaca la necesidad de garantizar el derecho a la alimentación, un trabajo justo y un medio ambiente saludable. Por su parte, Ali Morpeth, cofundador de Planetary Alliance, argumenta que se requieren transformaciones audaces en las cadenas de suministro para asegurar un futuro sostenible. Datos sobre el consumo y sus consecuencias El informe revela que menos del 1% de la población mundial vive en un según declaraciones públicas previas que garantice derechos alimentarios y sostenibilidad ambiental. En contraste, el 30% de las personas más ricas genera más del 70% del impacto ambiental asociado a la alimentación. Esto pone de manifiesto un déficit común en las dietas globales, que carecen de suficientes frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, mientras que hay un exceso de carne, lácteos y alimentos ultraprocesados. La Comisión Eat-Lancet advierte que el cambio en las dietas globales podría prevenir hasta 15 millones de muertes prematuras al año y generar ingresos por 5 billones de dólares anuales a través de la restauración de ecosistemas y la resiliencia climática. Sin embargo, el informe también señala que, incluso si se abandonaran los combustibles fósiles, los sistemas alimentarios actuales podrían llevar la temperatura global más allá del umbral crítico de 1,5 °C respecto a la era preindustrial. Cronología de recomendaciones y reacciones Desde la primera publicación en 2019, las recomendaciones de la Comisión Eat-Lancet han generado reacciones polarizadas. La industria agroalimentaria ha tachado las sugerencias de peligrosas y en desacuerdo con las prácticas alimentarias locales. En Argentina, por ejemplo, el consumo promedio de carne roja fue de 937 gramos semanales, lo que contrasta drásticamente con la recomendación de 15 gramos diarios. A pesar de las críticas, la comunidad científica ha acogido favorablemente las recomendaciones desde el punto de vista de la salud, aunque algunos expertos argumentan que no se ha considerado adecuadamente la desigualdad en el acceso a una alimentación equilibrada. Las propuestas de la Comisión también incluyen medidas concretas, como subsidios a alimentos saludables y “impuestos” a la carne, para acelerar el cambio de hábitos. El debate se desarrolla en un contexto de urgencia, dado que informes recientes han indicado que sin acciones inmediatas sobre las dietas, los objetivos de reducción de emisiones para 2030 y 2050 podrían no ser alcanzables. La polarización entre salud pública y la cultura alimentaria refleja las tensiones inherentes a la transformación de los sistemas alimentarios actuales, donde las decisiones sobre el consumo de carne roja podrían tener implicaciones significativas tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
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