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» Elterritorio
Fecha: 05/10/2025 11:10
Entre volcanes activos, termas naturales y la selva nubosa más famosa del mundo, Costa Rica invita a descubrir un destino diferente y lleno de adrenalina. La Fortuna y Monteverde se han convertido en los favoritos de quienes buscan aventura, buena comida y experiencias únicas para compartir con amigos domingo 05 de octubre de 2025 | 6:00hs. En un mapa turístico que muchas veces se repite entre playas de Brasil o del Caribe, Costa Rica aparece como un secreto bien guardado para los argentinos que buscan algo distinto. Ubicada en Centroamérica y con conexión aérea desde Buenos Aires vía Panamá o Bogotá, la región de La Fortuna y Monteverde combina lo mejor de dos mundos: el imponente volcán Arenal, con sus aguas termales y actividades de aventura, y la selva nubosa de Monteverde, uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta. Canopy a más de 100 metros de altura, senderos colgantes entre la neblina y comidas típicas servidas en fondas familiares hacen de este rincón costarricense un destino perfecto para disfrutar con amigos, lejos de lo masivo y cerca de la naturaleza. Sinfonía verde Costa Rica se abre ante los viajeros como una sinfonía verde, donde la selva respira y los volcanes aún parecen susurrar historias antiguas. Llegar a La Fortuna, en el norte del país, es como descubrir un escenario que combina la fuerza de la naturaleza con la calma tropical. Desde los aeropuertos de San José o Liberia, el viaje de tres horas —o un poco menos— se siente como una antesala de lo que vendrá: caminos bordeados de vegetación exuberante, pueblos tranquilos y el horizonte que deja entrever el imponente Volcán Arenal. Senderos colgantes a 100 metros de altura disponibles. En La Fortuna, todo gira en torno a ese gigante dormido. Aunque el Arenal está en reposo, su energía sigue viva en las fuentes termales que brotan del suelo y en los senderos que serpentean por el Parque Nacional Volcán Arenal, donde la lava antigua marcó su huella en la tierra. La visita a la Catarata de La Fortuna es otro ritual imperdible: una caída de agua de más de 70 metros que se esconde entre la selva. El sonido del agua golpeando las rocas y el aire húmedo en la piel son parte de la experiencia. Desde allí, los más aventureros pueden internarse en los puentes colgantes del Mistico Park, donde el bosque se contempla desde las alturas y cada paso ofrece una nueva perspectiva de la vida silvestre. La Catarata de La Fortuna invita a un chapuzón todo el año. Cuando el viaje continúa hacia Monteverde, la transición se siente: el verde tropical da paso a un paisaje más fresco, casi místico. Hay varias formas de llegar: en shuttle, van, o incluso en una combinación mágica conocida como van-barco-van, donde se cruza el lago Arenal en bote, rodeado de montañas que parecen flotar entre las nubes. Son entre tres y cinco horas de viaje que se vuelven parte de la aventura. Monteverde recibe con su propia personalidad: aire puro, caminos de montaña y una neblina que parece abrazar los árboles. Es hogar del famoso Bosque Nuboso de Monteverde, una reserva biológica donde la biodiversidad se despliega en su máxima expresión. Helechos gigantes, orquídeas, colibríes diminutos y senderos que se pierden en la niebla conforman una de las experiencias más intensas del ecoturismo. Aquí, el clima cambia —las mañanas pueden ser frías y las tardes más templadas—, y la lluvia es casi una compañera constante, especialmente entre mayo y noviembre, cuando el paisaje alcanza su esplendor verde. Las caminatas nocturnas, las tirolesas entre los árboles y los puentes colgantes completan la lista de imperdibles. En cuanto al descanso, La Fortuna ofrece desde cabañas sencillas hasta resorts con spa y piscinas termales, perfectos para cerrar el día con un baño bajo las estrellas. En Monteverde, la propuesta es más íntima: lodges ecológicos, hostales acogedores y posadas que se integran al bosque, donde el canto de los insectos sustituye cualquier alarma. Entre el fuego del Arenal y la neblina de Monteverde, el viaje se convierte en un equilibrio perfecto entre aventura y contemplación. Dos mundos que se tocan, dos formas de entender la naturaleza en su estado más puro. Y cuando llega el momento de volver, uno se da cuenta de que Costa Rica no se recorre sólo con los pies, también se siente con el alma. Consejos prácticos Llevar ropa en capas, especialmente para Monteverde: algo fresco para la mañana, algo abrigado para la noche o la neblina. Zapatos cómodos, resistentes al agua si es temporada de lluvias. Protegerse contra insectos, especialmente en senderos y zonas selváticas. Llevar repelente, linterna, mochila para excursiones. Reservar con antelación alojamiento y excursiones (puentes colgantes, tours por el parque nacional), especialmente si vas en temporada alta. Verificar transporte: algunos caminos pueden estar en mal estado si hay lluvias fuertes, especialmente hacia Monteverde. Vehículos con buena condición recomendados o transporte organizado.
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