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» El litoral Corrientes
Fecha: 04/10/2025 22:57
En un comunicado, el Arzobispado de Corrientes, junto con los obispos de las diócesis de la provincia, manifestó su postura frente a la reciente sanción de la Ley de Narcomenudeo en el territorio correntino. Bajo el título “La droga es una herida”, los prelados expresaron su preocupación por el impacto de las adicciones y llamaron a la sociedad a una respuesta integral. Un dolor que compartimos “La droga es una herida en nuestra sociedad que atrapa a muchos y hiere a familias enteras”, recordaron citando palabras del Papa Francisco. Según señalaron, los obispos son testigos del sufrimiento de numerosas familias golpeadas por las adicciones, especialmente de jóvenes que en su vulnerabilidad quedan atrapados en el consumo. Si bien celebraron la promulgación de la norma, advirtieron que su implementación no debe limitarse a lo judicial o policial. “La comercialización de la droga no se trata sólo de un tema judicial o policial. Es un problema social que nos involucra a todos”, remarcaron. En ese sentido, reclamaron recursos y estructuras suficientes para atender de manera integral a quienes padecen problemas de consumo, cuestionando si la justicia podrá responder con “celeridad y transparencia, evitando cualquier tipo de manejo espurio, de corrupción o de miedo”. Una ley que interpela El comunicado también destacó la importancia de la prevención desde edades tempranas y de la inclusión social. Propusieron un abordaje integral que abarque educación, deporte, cultura, proyectos de vida, centros de tratamiento accesibles, oportunidades laborales y acompañamiento cercano a las familias afectadas. En su mensaje, los obispos hicieron un fuerte llamado a la conciencia social: "El tráfico no es sólo un problema de ‘los otros’: hiere el corazón mismo de nuestro pueblo, genera violencia, destruye nuestras instituciones y vulnera gravemente la paz social”. Finalmente, apelaron a la esperanza puesta en la fe: “Seguimos creyendo en la fuerza de la vida, de la fe y de la esperanza. Sabemos que la vida de cada joven vale mucho y que nadie está perdido para siempre”, expresaron, confiando en la protección de la Virgen de Itatí y convocando a gobernantes, legisladores, jueces, fuerzas de seguridad, educadores y familias a “un gran pacto por la vida y por la dignidad de nuestra gente”. El comunicado fue firmado por Mons. José A. Larregain, arzobispo de Corrientes; Mons. Adolfo Canecín, obispo de Goya; y Mons. Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé, en el marco de la fiesta litúrgica de San Francisco de Asís.
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