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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/10/2025 00:40
La meningitis puede originarse por bacterias, virus, hongos o parásitos, y sus síntomas más graves ponen en riesgo la vida de los pacientes (Imagen Ilustrativa Infobae) El Día Mundial de la Meningitis pone en el centro de la escena una problemática sanitaria global que afecta a miles de personas por año. Esta enfermedad puede desencadenar consecuencias graves y un alto índice de mortalidad, lo que la convierte en una emergencia que requiere atención inmediata y estrategias preventivas eficaces. Se trata de una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Puede tener diferentes causas, principalmente bacterias, virus, hongos o parásitos, y provoca síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza intenso y rigidez de cuello. Cuando su origen es bacteriano, el riesgo de secuelas graves o muerte se incrementa, por lo que el diagnóstico y el tratamiento tempranos resultan fundamentales. Cada 5 de octubre, se recuerda la importancia de estar alerta frente a esta afección, se promueve la concientización sobre los síntomas y la necesidad de la vacunación. Especialistas, organismos de salud y entidades académicas destacan que la prevención es esencial para reducir potenciales secuelas y muertes. ¿Cómo se manifiesta y cuáles son los síntomas de la meningitis? La meningitis es una inflamación de las meninges, afecta cerebro y médula espinal, y puede causar fiebre alta, dolor de cabeza intenso y rigidez de cuello (Imagen Ilustrativa Infobae) La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que “la meningitis es una enfermedad devastadora que puede ser mortal y a menudo provoca graves problemas de salud a largo plazo”. El organismo internacional clasificó los agentes responsables de la enfermedad en cuatro grandes grupos: bacterias, virus, hongos y parásitos. Aunque la meningitis viral resulta menos severa y frecuente, la bacteriana representa el mayor peligro, debido a la rapidez de su avance y el riesgo de dejar daños irreversibles o hasta causar la muerte si no se actúa con rapidez. Fernando Burgos, jefe de la sección ambulatoria de pediatría del Hospital Austral, afirmó: “La meningitis suele manifestarse de forma intempestiva y el mayor problema es que sus síntomas pueden confundirse con cuadros más leves. Cuando la consulta médica se retrasa, el pronóstico se vuelve mucho más complejo”. De acuerdo con el último informe de la OMS, una de cada seis personas con meningitis bacteriana fallece y una de cada cinco sobrevive con secuelas permanentes tales como sordera, convulsiones, trastornos neurológicos y, en algunos casos, amputaciones. También destacan que cerca de la mitad de las muertes mundiales causadas por meningitis provienen de cuatro bacterias principales: Neisseria meningitidis (meningococo), Streptococcus pneumoniae (neumococo), Haemophilus influenzae y Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo B). La fiebre alta repentina es uno de los síntomas principales de la meningitis, su aparición requiere atención médica urgente para evitar complicaciones graves (Freepik) Los síntomas principales de la meningitis, según Mayo Clinic, comprenden fiebre alta repentina, dolor de cabeza intenso, rigidez de cuello, náuseas o vómitos, confusión, convulsiones, somnolencia o dificultad para despertar, sensibilidad a la luz y falta de apetito. En bebés y niños pequeños, se pueden observar señales como fiebre alta, llanto constante, sueño excesivo o irritabilidad, problemas para despertar, escasa actividad, dificultades para alimentarse y una protuberancia en la parte blanda de la cabeza. Poblaciones vulnerables y posibles complicaciones La OMS señala que la meningitis puede afectar a cualquier persona sin distinción de edad, aunque los grupos de mayor riesgo son los recién nacidos, menores de cinco años y adolescentes. En el caso de los bebés, el estreptococo del grupo B suele ser el principal agente, mientras que niños y adolescentes son más susceptibles al meningococo y al neumococo. Las personas con el sistema inmune comprometido, como quienes viven con VIH, figuran también entre los más vulnerables. La organización advierte sobre la facilidad de transmisión en espacios cerrados y eventos multitudinarios, donde el hacinamiento potencia el riesgo de contagio y propagación de la bacteria. Uno de los principales agentes de la meningitis en bebés es el estreptococo del grupo B, mientras en adolescentes predominan el meningococo y el neumococo (Imagen Ilustrativa Infobae) Las complicaciones derivadas de la meningitis, según Mayo Clinic, pueden resultar graves y permanentes. Entre los efectos a largo plazo figuran la pérdida de audición, problemas de visión, dificultades de memoria, discapacidades en el aprendizaje, daño cerebral, alteraciones que afectan la forma de caminar, convulsiones, insuficiencia renal, shock e incluso la muerte. Cuanto más tiempo transcurre sin diagnóstico y tratamiento, mayor es el riesgo de presentar daños neurológicos o físicos. ¿Cuáles son las principales estrategias de prevención? Las vacunas constituyen la herramienta principal para evitar los casos más graves de meningitis bacteriana. La inmunización contra meningococo, neumococo y Haemophilus influenzae protege a los individuos y reduce la circulación de la bacteria en la comunidad. La prevención es clave para evitar brotes y muertes; aun así, Argentina registra niveles de vacunación por debajo de lo recomendado. Según un informe del Ministerio de Salud sobre la cobertura de vacunación del calendario nacional en el año 2023, la dosis indicada a los 11 años frente al meningococo apenas alcanza una adherencia superior al 60% y en menores de 1 año la cobertura promedio se sitúa por debajo del 80%, cuando el mínimo necesario para garantizar la protección comunitaria debe superar el 95%. Burgos argumenta: “No se puede concebir que un niño muera de meningitis cuando existen vacunas para prevenirla. La vacunación temprana y el acceso a la inmunización en adolescentes son fundamentales para reducir la transmisión y salvar vidas”. Las vacunas contra meningococo, neumococo y Haemophilus influenzae son herramientas esenciales para evitar los cuadros más graves de meningitis bacteriana (Imagen Ilustrativa Infobae) En 2020, la OMS lanzó la hoja de ruta “Derrotar la Meningitis para 2030”, que promueve tres grandes objetivos: eliminar las epidemias de meningitis bacteriana, recortar a la mitad los casos prevenibles por vacunación y reducir en un 70% la mortalidad. Para lograr esto, plantean incrementar las tasas de vacunación, fortalecer la vigilancia epidemiológica, mejorar la rapidez del diagnóstico y garantizar el acceso igualitario a los tratamientos. El diagnóstico temprano resulta determinante para definir el tratamiento más adecuado. Se debe consultar rápidamente ante síntomas como fiebre persistente, dolor de cabeza intenso y rigidez de cuello. La detección precoz y el inicio inmediato de antibióticos pueden marcar la diferencia en la evolución del cuadro. La OMS recuerda que “la meningitis sigue siendo una enfermedad muy temida en todo el mundo, con una alta tasa de letalidad y propensión a causar epidemias que representan un gran desafío para los sistemas de salud, las economías y la sociedad”. La prevención, la capacitación sanitaria y el acceso a la vacuna se mantienen como los principales desafíos para la comunidad internacional.
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