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» LaVozdeMisiones
Fecha: 04/10/2025 14:43
El educador y filósofo Eduardo Cazenave brindó algunas claves para comprender la debacle educativa en Misiones, un fenómeno que se agudizó en las últimas décadas y recientemente quedó plasmado en un informe realizado por la fundación Argentinos por la Educación, el cual ubicó a la tierra colorada entre las tres provincias con peores resultados del país, junto a Santiago del Estero y después de Chaco. “El factor fundamental de la decadencia de la educación es que no explica, no suma, no estamos enseñando la capacidad de razonar, por lo que no hay una verdadera ocupación en la educación y hay muchos planes así como parches”, reflexionó Cazenave al comienzo de una entrevista con La Voz de Misiones. “Hay buenas intenciones, hay buenos programas buscando mejorar tecnología y subir dispositivos a nivel secundario, pero no estamos haciendo nada. Hay que ocuparse del inicio, del primer ciclo -sobre todo- y después ver cómo mejoramos a los que ya están en el trayecto”, añadió el profesional que se desempeña como asesor de instituciones educativas para el gerenciamiento y las mejoras pedagógicas, con experiencia en colegios de la zona norte de Buenos Aires y Córdoba, entre otras provincias. También mencionó varios factores que dificultan el proceso de aprendizaje, como la falta de fomento a la lectura, el desinterés por brindar herramientas de comprensión y razonamiento, además de “un sistema que prioriza la memoria”, sobre el que cuestionó: “Se repiten contenidos para aprobar. Entonces ¿voy aprendiendo?. No, voy repitiendo para aprobar, no para saber, y el saber es conocimiento que se saborea. Saber y sabor tienen la misma raíz”. Frente a este panorama señaló posibles alternativas que permitirían revertir el actual esquema de enseñanza: “A la educación hay que darla vuelta, el protagonista tiene que ser el alumno. Hay que devolverle la palabra a los alumnos, darles actividades, proyectos interdisciplinarios, enseñanza para la comprensión. Hay un montón de experiencias comprobadas en lugares que andan bien, ¡copiemos!”. “Vayamos a los países que tienen los mejores índices. No hace falta que vayamos como país, vayamos como provincia, como municipio. Hay municipios en Brasil que tiene mejores indicadores, simplemente porque la comunidad acompañó un proceso. Yo soy de los que creen que tienen que darle más gestión al que dirige. O sea, como comunidad de padres, acompañemos a un colegio que quiere innovar, y como ministerio; dejalo innovar, dejalo que pruebe. Si funciona, copialo”, aconsejó. De esta manera incitó a “compartir experiencias” al observar que “los directores están solos, cacheteados por el presupuesto, por los profesores, pero no pueden salir a mirar qué está haciendo otro. Hagamos encuentros de directores. Lo que no se mide no se gestiona. Hay que medir cada colegio, los que mejor funcionan, juntarlos en equipos para que puedan ayudar al que funciona no tan bien. Y después dar incentivos, es decir, premios. Al de menos recursos dale más recursos para mejorar, pero dale incentivo”. “Es complejísima la mirada sobre cómo mejorar la educación y los por qué no es un por qué, es una serie de por qué, pero urge ocuparse de esto porque es sumamente preocupante, es alarmante la medida nacional, es muy alarmante la medida misionera y si no nos ponemos como comunidad a acompañar al ministro de Educación, al gobernador y a los que estén, es decir, acá hay mucho por hacer; hagámoslo juntos, con los padres”. Mediciones Según los resultados del último informe elaborado por la fundación Argentinos por la Educación, en Argentina solo 10 de cada 100 estudiantes que comenzaron la primaria en 2013 culminaron la secundaria en 2024 en tiempo y forma, es decir, sin repetir ni abandonar y con conocimientos satisfactorios de Lengua y Matemática, marcando una caída en comparación al 2022 cuando eran 13 de cada 100. En Misiones los números se ubicaron muy por debajo de la media nacional: “A nivel nacional de cada 100 estudiantes el 64% termina la escolaridad. En Misiones el 46%. Es la peor provincia en porcentaje de terminación de la escolaridad. Ahora, de ese 46% sólo el 4% lo termina en tiempo y con un nivel mínimo de Lengua y Matemáticas. 4 de cada 100. Creo que solo Chaco tiene el 3% y Santiago del Estero 4%. Estamos entre las tres peores provincias del país”, recordó Cazenave. El año pasado Argentinos por la Educación presentó una propuesta de diez prioridades centrales para el sistema educativo argentino, lo que luego fue firmado a modo de acuerdo en septiembre de 2024 por todos los gobernadores, entre ellos Hugo Passalacqua, y en cuyos puntos destaca: ampliar la cobertura con calidad en el nivel inicial, priorizar la alfabetización inicial en el nivel primario y acompañar las trayectorias en el nivel secundario para lograr terminalidad con calidad. El experto en educación también recordó las pruebas Aprender, el dispositivo de evaluación nacional de calidad educativa, implementado por el Ministerio de Educación para obtener información sobre logros y desafíos del sistema en los niveles primario y secundario, en asignaturas troncales como Lengua y Matemática, y cuestionó su dinámica: “Hoy se mide cada dos años las pruebas Aprender, pero lo que se mide no se publica, y después, lo que se publica, se publica genérico, no sabés cómo le fue a la escuela de tus hijos. El director que gestiona tampoco tiene muy claro cómo le fue. Y creo que uno de los problemas serios que tiene la provincia de Misiones es que la toma de decisiones está lejos del director. Hay que devolverle el poder de decisión, darle presupuesto para que maneje, que elija a los docentes, que mida la calidad pedagógica y los docentes para mejorar”, enfatizó. El aprendizaje como potencial Con el inicio de la primavera, el paso del Día del Estudiante y el comienzo de la Estudiantina, este histórico ritual que marcó a los colegios secundarios de toda la ciudad de Posadas desde 1954, no pasó desapercibido ante los ojos del educador que la observó como otra instancia propicia para el desarrollo del aprendizaje. “La estudiantina es un evento de un potencial de aprendizaje enorme, pero no se aprovecha. Pasan, bailan con las plumas y terminó, en vez tener un eje temático que atraviese a todo el secundario”, sostuvo Cazenave. Luego, añadió: “Que la estudiantina o el desfile sea parte de eso, pero que el cierre después sea con un proyecto pedagógico fuerte, que eso se premie y no la competencia solo por quién tiene la reina y el rey más lindo y la mejor comparsa. Que sea un proceso, ya tenés a los chicos involucrados, los tenés motivados, con sentido de pertenencia de su colegio, de su provincia, de su cultura. Hay cosas para hacer, pero creo que hay que tener un poco más de coraje y desfachatez… El sistema educativo necesita descontracturarse”. En ese sentido, invitó a los docentes a “enseñar con causa y consecuencias, enseñar con criterio”. Y recordó: “Las revoluciones se repiten a lo largo de la historia por parecidas causas, entonces, entender esa lógica es mucho más importante que la memoria sola. Y además podés vincularlo con vos. El aprendizaje es verdadero cuando de alguna manera te atraviesa y lo otro es que yo no puedo obligarte a aprender”. A lo que agregó: “Aprender es un acto de la voluntad, yo tengo que invitarte a aprender. Es una acción que vos haces hacia el aprendizaje. Yo tengo que hacer de eso algo atractivo y explicarte para qué aprender. Cuando aprender es obligatorio y no sale por voluntad lo que se genera es -esto te lo devuelvo en la prueba- mañana ya no me lo acuerdo”. Para finalizar, reconoció estar convencido de que “la educación es el camino para mejorar el país y es una vocación fascinante para transformar personas” e invitó a leer a Guillermo Jaim Etcheverry en su libro “La tragedia educativa”, para comprender las dinámicas de la escolaridad y la importancia del compromiso ciudadano y comunitario con la educación.
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