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» Diario Cordoba
Fecha: 04/10/2025 03:48
Francisco Javier Álvarez Beret y Juan Gómez Canca El Kanka nacieron con más de diez años de diferencia, pero los dos han seguido caminos parecidos en el mundo de la música. Andaluces ambos, el primero de Sevilla y el segundo de Málaga, llevan la marca de los cantautores de raza, que en pleno siglo XXI han sabido labrarse una carrera con sello propio. Beret empezó subiendo él mismo sus canciones a las plataformas digitales mientras daba forma a un sonido personal, mezcla de pop urbano y latino, rap, reggae y baladas. El Kanka lo dejó todo para entregarse a su pasión y forjó a fuego lento una fusión ecléctica que toma lo mejor de cada género, ya sea blues, folk, rumba o rock para crear algo nuevo. Uno y otro son autores de canciones frescas que hablan de la vida, del amor y de muchas cosas más, y ambos cuentan con una legión de fieles que no solo disfruta de su música en el Spotify sino que gusta de verlos en directo. El Califas Fest, que inicialmente programó a uno y otro en conciertos separados, los reunió ayer en la plaza de toros de Córdoba en un concierto bicéfalo, sin teloneros, que congregó a 4.000 personas en torno a más de tres horas de música en directo de la buena. El primero en subirse al escenario fue El Kanka, un torbellino con piernas que ya dio muestras de su talento arrollador el año pasado en el Teatro de la Axerquía, dentro del Festival de la Guitarra. Con menos calor que entonces, guitarra en ristre, con bermudas y camisa azul, el malagueño hizo un recorrido por muchos de los temas que le han valido el favor del público empezando por A dieta de dietas. «Qué alegría siempre venir a Córdoba», dijo arropado por su banda, una manita perfectamente engrasada que tuvo momentos muy grandes. El Kanka y su banda, en el Califas Fest de Córdoba. / Manuel Murillo Con El Kanka, el buen rollo está garantizado haya cien o veinte mil personas. Con el tercer tema, Querría, el público se dispuso a beber y corear las 19 canciones prometidas por el autor que, tras lanzar un recuerdo a Gaza, pidió a los presentes aparcar por un rato penas, genocidios y guerras para cargar las pilas. A partir de ahí, empezó a desgranar su repertorio a paso lento, sin prisas. Así sonó lo de "Dejadme, por favor que yo prefiera cuidarme más por dentro que por fuera" y "Estoy contigo por tu olor, no por tu perfume"... Como quien no quiere la cosa, hizo a todos Volar y Bailar y cuando se despidió, con homenaje a Raphael incluido, no quedaba nadie sin una sonrisa en la boca. Tal y como estaba previsto, a eso de las diez y media, saltó a la arena Beret para llevar al público a otro registro, desde todo lo alto. Emocionado y entregado al espectáculo, el cantante se subió a las tablas desde muy arriba y con Si por mi fuera, el público se puso a saltar directamente. A partir de ese momento, ya no hubo tregua. El sevillano sacudió a los presentes con su voz envolvente y los temas de amor y desamor que le han convertido en un fenómeno de masas. Te echo de menos, la primera de sus canciones que el cantante oyó en la radio, según dijo, inició el camino que fue desarmando a los presentes, entregados a una noche mágica con ración doble de arte. A punto de lanzar su próximo álbum, Lo bello y lo roto, Beret tiró de fondo de armario para meterse en el bolsillo al respetable, que coreó, se emocionó y aplaudió cada uno de sus temas. Canela en rama multiplicada por dos.
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