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» Diariopinion
Fecha: 02/10/2025 13:23
La familia de Ocampo sostiene que su padre fue asesinado como consecuencia de las millonarias deudas que mantenía con él el presidente de la Legislatura provincial y eterno diputado justicialista, Armando Felipe Cabrera, por obras públicas realizadas y no pagadas. Desde un primer momento, los hijos del contratista desmintieron categóricamente la versión policial que habla de suicidio, asegurando que se trató de un crimen con motivaciones económicas y políticas. "Mi papá no se suicidó, lo mandaron a matar porque le debían millones en obras. Quieren ensuciarlo para proteger al poder político, pero no lo vamos a permitir", sostuvieron públicamente los hijos de Ocampo. Contradicciones y sospechas Los familiares de "Agüita" enumeraron una larga serie de inconsistencias que ponen en jaque la versión oficial: El lugar del hecho: aseguran que la discusión ocurrió dentro de una empresa vinculada a Cabrera, no en la ladrillería donde apareció el cuerpo. denuncian que nunca hubo rastrillaje, que la policía no encontró el cuerpo y que fueron ellos mismos quienes lo hallaron con lesiones en los brazos y moretones en el cuerpo. El vehículo: sostienen que el auto de Ocampo tenía un disparo en la puerta del conductor, un dato omitido por la investigación. Los vecinos: afirman que ningún testigo escuchó detonaciones en el lugar. Limpiaron y removieron la escena del crimen El acta de defunción: denuncian que es trucha, ya que certifica que Ocampo murió siete horas después de que la propia familia lo encontrara sin vida. Un caso que salpica al poder El trasfondo de este caso pone en evidencia lo que la familia describe como una protección político-judicial vergonzosa, destinada a garantizar impunidad a sectores del poder provincial. El nombre de Armando Felipe Cabrera aparece en el centro de las acusaciones: no solo como político de peso en la Legislatura, sino también como empresario de la obra pública que mantenía deudas millonarias con la víctima. La marcha de este jueves promete convertirse en un grito colectivo que rompa el cerco de silencio que se intenta imponer desde los resortes judiciales y policiales del "modelo formoseño". La consigna de los hijos de "Agüita" es contundente: "No fue suicidio. Fue asesinato. Queremos verdad y justicia."
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