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» Misionesopina
Fecha: 24/09/2025 05:05
El anuncio del presidente Javier Milei sobre la reducción de retenciones a las exportaciones de granos fue presentado por el Gobierno nacional como una señal de alivio para el campo argentino y como un gesto hacia los mercados internacionales. Sin embargo, en provincias como Misiones, donde la estructura productiva está lejos de depender de la soja, el maíz o el trigo, la medida tiene un impacto prácticamente nulo y desnuda el sesgo centralista de la política económica. La eliminación o reducción de los derechos de exportación beneficia de manera directa al núcleo sojero-pampeano, es decir, a las provincias de la Pampa Húmeda que concentran más del 80% de las exportaciones de granos del país. En cambio, Misiones, cuya economía está basada en productos como la yerba mate, el té, el tabaco, la forestoindustria y las economías regionales, queda nuevamente fuera de la ecuación. Ninguno de estos sectores está alcanzado por la medida, y por lo tanto no existe derrame ni incentivo productivo para los productores locales. Según datos oficiales, en 2024 las exportaciones de granos (soja, maíz, trigo y girasol) representaron el 45% del total nacional, pero Misiones aportó menos del 0,1% en ese rubro. Por el contrario, la provincia se posicionó como primera exportadora de té (90% del total nacional) y principal proveedora de yerba mate al mercado interno, sectores que no recibieron ningún beneficio en el esquema de retenciones. Esta asimetría muestra con claridad que la medida no fue pensada para fortalecer a las economías regionales, sino para apuntalar al corazón agroexportador en un momento de crisis fiscal y caída de la recaudación. El trasfondo es evidente: Milei necesita dólares para sostener la apertura importadora y oxigenar la relación con el campo, uno de los pocos sectores con los que mantiene afinidad política. Sin embargo, el alivio fiscal para los grandes exportadores implica también una merma en la recaudación nacional por retenciones, que en los hechos se traduce en menor coparticipación para las provincias. Es decir, mientras Misiones no recibe un solo beneficio productivo, puede sufrir la contracara de la medida: menos recursos en su caja. La política económica del Gobierno nacional vuelve a dejar en evidencia la histórica desigualdad entre las regiones. Mientras la Pampa Húmeda recibe una transferencia directa a sus productores, provincias como Misiones siguen esperando una agenda federal que contemple las particularidades de sus cadenas de valor, con costos logísticos altísimos, distancia de los puertos y falta de infraestructura. La baja de retenciones a los granos no es más que una medida oportunista y sectorial, que no resuelve la crisis de fondo de las economías regionales ni mucho menos mejora la situación de los productores misioneros.
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