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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/09/2025 06:31
En total once personas fueron rescatadas del lugar, algunos con signos de violencia visibles Tan solo una semana después de que las autoridades policiales y Municipales de Villa Carlos Paz, Córdoba, ordenaran la clausura de un geriátrico de la ciudad debido a varias denuncias por maltratos contra los adultos del lugar, falleció este jueves una de las mujeres que residía allí. Había sido trasladada a un sanatorio por una fractura, en donde constataron el abandono que había padecido. El establecimiento ubicado en la esquina de Monteagudo y Lisandro de la Torre, operaba sin la habilitación correspondiente y presentaba graves deficiencias sanitarias, de acuerdo con la inspección realizada el miércoles de la semana pasada y según detallaron ex trabajadores del lugar. Según el relato de la hija de la mujer a medios locales, su madre murió luego de haber sido trasladada a un nosocomio, tras pasar meses sin recibir atención médica adecuada ni la medicación requerida para su cuadro de hipertensión. El Doce TV indicó que una semana antes del cierre de la residencia geriátrica, la dueña del inmueble se comunicó con la familia de la jubilada para avisar que la mujer había sufrido una fractura de cadera, motivo por el cual debía ser internada en una clínica. Al recibirla, los profesionales de la salud constataron que la paciente se encontraba en una situación de vulnerabilidad aguda, sin controles médicos recientes ni acceso a la medicación que debían suministrarle, lo que agravó su estado general y comprometió las posibilidades de recuperación. Al respecto, había trascendido que la encargada del geriátrico era la única que tenía acceso a los medicamentos. Este cuadro llevó a que se produjera el deceso de la mujer. La mujer falleció este jueves por el estado de vulnerabilidad en que se encontraba Esta situación quedó evidenciada por los testimonios de personas que trabajan allí, quienes relataron las condiciones en que sobrevivían los residentes. “Vi que los abuelos estaban golpeados, con olor a orina, no los bañaban, no tenían oxígeno. Si se lastimaban, les ponían solo jabón blanco”, confesó una de las mujeres, cuya declaración se sumó a la denuncia de los familiares. “Vi cómo agarraban a los abuelos, los tiraban en la cama y los ataban de pies y manos con gasas o remeras”, sostuvo al respecto. Las precarias condiciones de subsistencia también se expresaban en la alimentación y la higiene. Las ex empleadas revelaron que “se cocinaba al mediodía y a la noche comían comida recalentada en pequeñas porciones”. La falta de recursos básicos para la limpieza obligaba a utilizar únicamente trapos húmedos para el aseo, y la atención médica se restringía a la aplicación de medicamentos sin supervisión profesional. “Nunca se los bañaba de cuerpo completo, solo se les pasaba un trapo húmedo”, puntualizó otra ex empleada. Además, no había habitaciones disponibles para todas las personas que alojaban. “El lugar tenía tres habitaciones con tres camas cada una y había once abuelos, así que dos dormían en el piso”, explicó una de las mujeres. Algunos residentes presentaban heridas sin cuidados específicos, sumado al hecho de que en una de las ocasiones encontraron a una de las residentes con el ojo morado, lo que evidenciaba las agresiones directas que sufrían los adultos. “Me comuniqué con la familia y la sacaron de ese lugar”, indicaron. El operativo de clausura identificó a nueve personas mayores alojadas en el geriátrico improvisado, de las cuales al menos dos presentaban lesiones visibles al momento del procedimiento. Inspectores municipales confirmaron la carencia de habilitación, la falta de condiciones mínimas de salubridad y la presencia de riesgos para la integridad física de los residentes. Durante el procedimiento, la responsable del lugar intentó obstaculizar la labor oficial y buscó encubrir la faja de clausura con una bandera.
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