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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/09/2025 06:36
Juan Pablo Aristizábal, director de la Fundación Aprender a Quererte La Fundación Aprender a Quererte nació hace apenas tres años, pero ya alcanzó a trabajar con más de 35.000 niños y niñas en distintos departamentos de Colombia. Su director, Juan Pablo Aristizábal, conversó con Ticmas sobre una experiencia que combina innovación pedagógica, trabajo con los docentes y alianzas con organizaciones públicas y privadas para mejorar los aprendizajes fundamentales en lectura y matemáticas. “Somos una organización sin ánimo de lucro dedicada a implementar proyectos de educación, especialmente en educación básica”, explicó. La fundación tiene un origen particular: fue creada por la banda de música Morat, que además sostiene su funcionamiento año a año. “Trabajamos con estudiantes de primaria de colegios públicos y sobre todo con los profesores de esas instituciones.” El modelo parte de la premisa de que no es necesario reinventar la rueda. “Tenemos esta idea de que en el Sur Global hay una biblioteca de experiencias que se pueden compartir. Hay problemas comunes en muchos países y en otros lugares ya se han encontrado soluciones. Entonces basta con traerlas, adaptarlas y aplicarlas.” La fundación Aprender a Quererte cuenta con el sostén de la banda colombiana Morat (crédito: cortesía Paola España Comunicaciones) Incentivar las políticas públicas Un ejemplo es el programa Teaching at the Right Level, nacido en India y expandido en África. “Somos la primera organización en América Latina con licencia oficial para implementarlo. Es uno de los programas más reconocidos en el mundo para acelerar aprendizajes básicos en lectura y matemáticas, con más de 30 millones de estudiantes y múltiples evaluaciones de impacto”, señaló. La formación docente incluye varios días de capacitación teórica y un acompañamiento que puede extenderse entre seis meses y un año, con la intención de dejar capacidad instalada en los colegios. El seguimiento es parte de la metodología. “Siempre trazamos una línea de base antes de empezar y una línea final al terminar, con una evaluación estandarizada internacional que nos permita comparar y entender si lo que estamos haciendo funciona. Y son los mismos profesores quienes ven si su trabajo está teniendo impacto.” La fundación está presente en Risaralda, Valle del Cauca, Antioquia y Bogotá, donde trabaja con la Secretaría de Educación. “Queremos generar capacidad instalada en los gobiernos para que los programas puedan convertirse en proyectos públicos y en políticas públicas. Sostener algo más allá de cada cuatro años es difícil, pero es parte de nuestro propósito.” En esa estrategia, las alianzas son clave: “Estamos convencidos de que para amplificar el impacto necesitamos aliados locales que nos permitan llegar más lejos. En Bogotá trabajamos con Enseña por Colombia, en el Valle con la Fundación Corazón de Caña y los ingenios azucareros, en Medellín con Cosmo Schools. Así en cada territorio buscamos sumar actores que compartan el propósito.” La entrevista se hizo en el stand de Ticmas en la feria Edutechnia 2025 Resultados significativos En Risaralda, el año pasado redujeron el rezago educativo en un 40% en matemáticas y un 60% en lectura. En Bogotá, en un proyecto de apenas seis meses, lograron mejoras de 20 puntos en matemáticas y 19 en lectura. “Las utilidades de una organización como la nuestra no se miden en millones de pesos, sino en cuántos niños y niñas aprendieron más.” Aristizábal recordó el caso de un estudiante de Santa Rosa de Cabal. “Estaba en quinto de primaria y no sabía leer. Era muy tímido, no participaba, se sentaba siempre en una esquina. Después de algunos meses había tenido una transformación completa: aprendió a leer, empezó a interactuar con sus compañeros, mejoró en otras materias. Aprender a leer le cambió la vida.” Al cierre de la charla, compartió su visión sobre el futuro de la educación. “Estamos en un momento en el que tenemos más preguntas que respuestas. La educación cada vez va a estar más centrada en hacerse las preguntas correctas, en cuestionar lo que pasa alrededor y en construir significados colectivos. Ya hay máquinas capaces de responder preguntas complejas, pero pocas capaces de formularlas. Ese seguirá siendo el lugar de la educación. Y estoy convencido de que uno de los valores más importantes en el futuro será la creatividad, porque es lo que realmente puede trazar un camino educativo exitoso.”
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