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» Diario Opinion
Fecha: 27/08/2025 22:44
El muerto que se asusta del degollado La escena rozó lo grotesco: Brígnole se disfrazó para parodiar al senador, al tiempo que gastaba fondos públicos en una caravana innecesaria, mientras cargaba con su propio prontuario de atropellos a la democracia local. Vale recordar que fue el mismo Brígnole quien, con complicidad del Concejo Deliberante dominado por familiares suyos, impidió durante dos años que el concejal electo Pablo López Pereira asumiera su banca, pese a haber sido votado por el pueblo de El Colorado. Fue necesaria una tardia resolución del Superior Tribunal de Justicia, dos años despúes para que el atropello cesara y se restituyera la representación popular que había sido cercenada. Hoy, el mismo dirigente que negó un escaño a un electo por la voluntad popular se presenta como custodio de la democracia y acusa a Paoltroni de traicionar al pueblo. Una paradoja que desnuda la doble vara con la que el Gildismo administra la política provincial. Una denuncia teatralizada Frente a la prensa oficial del Gobierno provincial, Brígnole afirmó: "Hemos hecho este pedido a la fiscalía número 4 para que investigue la conducta del ciudadano Paoltroni, porque desconoció la Constitución provincial, menoscabó a las autoridades de la Convención y traicionó la voluntad popular". En un tono solemne, el intendente justificó la cabalgata con una frase que buscó dotar de épica a su montaje: "Vinimos a hacer la denuncia encabezada por una cabalgata, porque la patria se hizo a caballo y porque el gaucho jamás renuncia, jamás traiciona a su pueblo. El gaucho argentino es uno de los hombres más leales que tiene nuestra patria". El telón de fondo La denuncia contra Paoltroni se produce en medio del escándalo por su expulsión de la Convención Constituyente y las renuncias opositoras que denunciaron la redacción de una "Constitución chavista" bajo control absoluto del oficialismo. El show montado por Brígnole buscó reposicionarlo mediáticamente, pero terminó dejando al descubierto las contradicciones de un dirigente que habla de lealtad y respeto a las instituciones, mientras acumula en su historial político uno de los atropellos más burdos contra la representación popular en El Colorado. Una puesta en escena grotesca Entre disfraces, caballos y móviles oficiales, el intendente colorado transformó la presentación judicial en un acto político disfrazado de folclore. Una caricatura de institucionalidad que, lejos de fortalecer a la democracia, volvió a mostrar cómo el poder local manipula símbolos y recursos en beneficio propio, mientras los verdaderos problemas de la comunidad siguen sin resolverse.
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