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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/08/2025 21:09
Desde el drone, la nueva imagen del Riachuelo (Jaime Olivos) El fuerte olor que alguna vez fue el lenguaje del Riachuelo ya no está. En la zona de Vuelta de Rocha, punto histórico ubicado a pocos metros de Caminito y de la postal colorida que define al barrio porteño de La Boca, el aire ya no es espeso ni obliga a apartar la cara. Lo que antes era un borde cargado de residuos, barro tóxico y abandono, empieza a ser otra cosa. De a poco, se transforma en un espacio público y verde. Durante la tarde de este jueves, en un recorrido de casi dos horas, Infobae navegó las aguas del Riachuelo para ver de cerca lo que desde hace años se trabaja de forma sostenida: la recuperación de uno de los ríos más contaminados de América Latina. La escena tuvo como protagonista el catamarán de limpieza de última generación, que ya forma parte de la flota oficial de la ciudad de Buenos Aires. Fabricado íntegramente en Argentina, representa un avance tecnológico significativo ya que puede cargar 2.000 kilos de basura, cuatro veces más que los modelos anteriores. Esta mejora permite reducir los viajes a los puntos de descarga, optimizar recursos y hacer más eficiente la operación diaria. “Hoy el Riachuelo está limpio gracias al trabajo constante que realizamos desde hace años. Con la incorporación de catamaranes más modernos seguimos proyectando la Ciudad que queremos”, aseguró previo a la navegación el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi. La promesa no es menor. Habla de inversión y de continuidad para intentar reparar uno de los puntos más sensibles del sur porteño. Además de limpiar el cauce, se realizan tareas de higiene integral en las márgenes: recolección diferenciada, desmalezado, mantenimiento de espacios públicos y control urbano (Jaime Olivos) Cómo es el trabajo La limpieza del Riachuelo no es nueva, pero sí es profundamente estructural. Comenzó en 2010, impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en coordinación con ACUMAR (la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) y la Prefectura Naval. Desde entonces, no se detuvo y hoy abarca 18 kilómetros de costa, desde La Boca hasta Puente La Noria, e incluye una franja de 35 metros paralela al cauce, tanto en el agua como en las márgenes, algunas de las cuales fueron recuperadas como espacios públicos. En estos años, recolectaron más de 5.000 toneladas de residuos, relocalizaron asentamientos ribereños e incorporaron nuevas tecnologías para profundizar el saneamiento. En total, la intervención abarca más de 730.000 metros cuadrados. En ese operativo trabajan alrededor de 20 operarios, respaldados por una flota de camionetas, camiones, palas mecánicas y embarcaciones. La limpieza se organiza con un sistema de triple recolección diferenciada —basura común, reciclables y residuos orgánicos—, lo que permite una mejor clasificación de los materiales que se extraen del cauce. En ese operativo trabajan alrededor de 20 operarios, respaldados por una flota de camionetas, camiones, palas mecánicas y embarcaciones (Jaime Olivos) La incorporación del nuevo catamarán, con propulsión a paletas (y no a hélices, para evitar trabas con los residuos flotantes), representa una mejora concreta en la operación diaria. “Este catamarán permite separar más rápido lo que se recicla de lo que va al CEAMSE”, explicó Baistrocchi. La innovación es tecnológica, ambiental, logística y económica. El nuevo sistema de recolección incluye un brazo articulado con canasta y una batea sobre cubierta que permite operaciones más continuas. En la búsqueda de que su rendimiento también sea sostenido, funciona entre 6 y 8 horas por día, de lunes a lunes, bajo el modelo de “área limpia”, lo que significa que recorre permanentemente el sector asignado. Y el cambio empieza a notarse. “El otro día vinimos y vimos sábalos nadando. Volvieron al Riachuelo. Esto antes era impensado”, destaca el ministro. Además de mejorar la estética, la limpieza también habilita la navegabilidad del Riachuelo. “El retiro de residuos sólidos flotantes —botellas, gomas, telas, plásticos, pañales— permite que los barcos no se enreden y puedan circular sin riesgo”, explicó Javier García Elorrio, responsable del operativo de limpieza del Riachuelo y el Río de la Plata. Durante años la navegación en estas aguas estuvo suspendida, pero en agosto de 2024, esa restricción se levantó parcialmente. Ahora se puede ingresar desde la boca del Riachuelo hasta el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, y se espera que en pocos meses el recorrido se amplíe aún más. Durante este recorrido se vieron catamaranes turísticos. La nueva embarcación, fabricada en Argentina, cuadruplica la capacidad de carga y permite operar sin descargas constantes, optimizando tiempo y recursos (Jaime Olivos) El trabajo cotidiano La recuperación del Riachuelo no se limita al agua. También se realiza el mantenimiento del espacio público ribereño, con tareas como corte de césped, desmalezado, desinfección, fumigación, mantenimiento de juegos y zonas recreativas, y control urbano. Los operarios además detectan incidencias y las reportan a otras áreas del Gobierno para su resolución rápida, como parte de una lógica de intervención integral. Uno de los protagonistas de ese trabajo diario es Sergio Martín, operario suplente de la flota desde hace cuatro años. Antes trabajaba en construcción, hoy integra un equipo clave para sostener limpio el cauce. “Mi trabajo es maestranza, hago mantenimiento, limpieza, y a veces reemplazo a compañeros en este catamarán”, le cuenta a Infobae durante el recorrido sobre la parte externa del catamarán. Su día laboral arranca a las 7 de la mañana y termina a las 15. “Me gusta lo que hago porque estamos trabajando para que el Riachuelo esté limpio y, la verdad, se nota el cambio. Antes estaba todo sucio, ahora ves el agua distinta. Impresiona cómo va quedando”, dice con orgullo. Pero ese trabajo también tiene su cara más cruda. “En el agua aparece de todo. ¡De todo!“, asegura abriendo grandes los ojos. “Sacamos perros, gatos y caballos muertos, que vienen arrastrados por el agua. ¡Es impresionante! Cuando vemos algo raro en la red, si es un animal lo subimos al barco. Te da impresión, pero ya estamos acostumbrados”, dice Sergio con la naturalidad de quien ya aprendió a convivir con lo inesperado. Estas embarcaciones barren los residuos flotantes mediante un brazo móvil con canasta articulada y tienen una capacidad de carga de hasta 500 kilos Los residuos que se recolectan en el Riachuelo llegan, en su mayoría, desde el río Matanza y de arroyos sin contención en la provincia de Buenos Aires, arrastrados por la corriente, aseguran desde el Gobierno de la Ciudad (Jaime Olivos) Pese a más de una década de trabajo, desde el Gobierno porteño reconocen que, a pesar de los avances, el desafío continúa. Aunque el agua está más limpia, la contaminación persiste y buena parte del cauce es compartido con la provincia de Buenos Aires, donde no se realiza el mismo tipo de intervención, aseguran desde la Ciudad. “Nosotros podemos trabajar solo sobre la margen de la Ciudad. Compartimos el cauce con la Provincia y ahí no hay el mismo nivel de acción. Por eso hacemos campañas de concientización y educación ambiental. Pero el problema es estructural”, remarcó Baistrocchi. La Ciudad también promueve el reencuentro de los vecinos con el Riachuelo. Durante el año se realizan visitas educativas con ONG, universidades y embajadores verdes, y eventos masivos como el Día del Riachuelo, en un intento por reconectar a la comunidad con un curso de agua que durante décadas fue símbolo de deterioro. El servicio de limpieza de la Ciudad sobre el borde costero del Riachuelo comenzó en 2010 y abarca 18 kilómetros de costa, desde La Boca hasta Puente La Noria (Jaime Olivos) Este catamarán es parte de una renovación más amplia: se prevé reflotar embarcaciones anteriores y sumar una nueva unidad, además de un nuevo módulo de transporte para los operarios, más grande y eficiente. Todo apunta a mantener y mejorar una política de saneamiento que, aunque no siempre es visible, marca una diferencia tangible en el día a día de miles de vecinos. “Cuando empezamos, en 2010, había siete asentamientos sobre el borde del río. Hoy muchos de esos espacios se transformaron en plazas y parques. Esto es una vidriera de la Ciudad. Nos propusimos limpiarlo y lo estamos cumpliendo”, aseguró el ministro. El objetivo final, aseguran, es devolverle el Riachuelo a los vecinos. Aunque ya se recolectaron más de 5 mil toneladas de residuos del cauce, el trabajo no termina ahí. “Esto va a seguir, lamentablemente —admiten los responsables del operativo—. Porque mientras se siga tirando basura, nosotros vamos a tener que seguir limpiando. Pero lo importante es que el río está cambiando, y cada vez más personas lo vuelven a mirar”, cerró Baistrocchi.
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