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Parana » Informe Digital
Fecha: 14/08/2025 03:00
El Gobierno finalizará la semana con una operación de deuda del Tesoro que resultó en una masa de pesos “liberada”, lo que llevó al equipo económico a acelerar una nueva licitación de letras para el próximo lunes. Esto busca reforzar la “aspiradora” de pesos y evitar así un impacto negativo en las tasas de interés y en el dólar. La renovación del 60% de los vencimientos de Lecaps y otros instrumentos en moneda local significó que aproximadamente 5,7 billones de pesos quedaran fuera de esta operación. Esta situación era esperada por los analistas, dado que los bancos, que poseen una gran parte de los títulos del Ministerio de Economía, necesitaban hacerse de más pesos urgentemente. Esta urgencia se debe a una de las últimas medidas del Banco Central, que elevó el umbral de fondos mínimos que las entidades deben mantener en reserva —los encajes—, lo que obligó a los bancos a salir a buscar pesos en un contexto de escasez. Como resultado, las tasas del sistema comenzaron a aumentar; la baja oferta y la creciente demanda impactaron en los costos. Por lo tanto, para los expertos del mercado no resultó sorprendente que el porcentaje de renovación fuera inferior al 100% en la licitación de deuda del miércoles. Sin embargo, algunos cuestionan lo que consideran un manejo desorganizado de la política monetaria, es decir, de la cantidad de pesos o de la tasa de interés, la cual el Gobierno establece de forma endógena debido a la dinámica del mercado. Subrayan como un momento crucial el desarme de las Lefi del mes pasado, que liberó 10 billones de pesos; la onda expansiva de esta considerable inyección de pesos aún se siente en el sistema financiero. Cerca de las 21 del miércoles, el director del BCRA y asesor de Luis Caputo, Federico Furiase, informó a través de su cuenta en X que el lunes habrá una nueva licitación de letras y bonos en pesos fuera de calendario. También insinuó, aunque no se ha confirmado desde el Poder Ejecutivo, que podría haber modificaciones al esquema de encajes para que los bancos puedan computar parte de sus reservas con títulos del Tesoro. “Los pesos excedentes de la licitación de hoy serán absorbidos de inmediato. En este caso, serán mayoritariamente absorbidos a través del aumento de encajes remunerados con nuevos títulos públicos que se suscribirán el lunes (día de la liquidación de la licitación de hoy), mediante una nueva licitación del Tesoro”, mencionó Furiase en su publicación. Las condiciones de esta nueva licitación deben conocerse este jueves. Qué dejó la mega licitación El economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional, Federico Machado, consideró que “el resultado de la licitación es malo” y criticó una administración “bastante caótica” de la política monetaria desde fines de junio. Explicó que en esta ocasión coincidieron tres factores: el aumento de los encajes, que obligó a los bancos a demandar más pesos en la licitación; el intento oficial de extender los plazos de las letras para evitar grandes vencimientos antes de las elecciones de septiembre y octubre; y la convalidación de tasas por encima de las de mercado para retener liquidez. “El saldo de estos movimientos contrapuestos fue pagar tasas muy altas logrando apenas una renovación del 61%”, afirmó ante Infobae. En la misma línea, Federico Filippini, economista jefe de Adcap Grupo Financiero, señaló que el escenario de baja refinanciación estaba dentro de lo esperado, en un contexto donde “los bancos están buscando recrear un colchón de liquidez propio” para no exponerse ni al riesgo del Tesoro en las Lecaps ni al riesgo de tasa a corto plazo. Filippini subrayó que los bancos tampoco mostraron interés por extender plazos, incluso ante la apertura de la nueva ventanilla de pases activos del BCRA. Para Gabriel Caamaño, economista de Outlier, el nivel de renovación fue “dentro de lo esperado”, aunque le sorprendió el comportamiento de las tasas. Recordó que existía expectativa de baja por los topes en las letras más cortas, pero en cambio, estas subieron 50 puntos básicos. Explicó que el Gobierno no busca reducir tasas porque “les sirve para bajar el dólar”, en un contexto donde la demanda de divisas es más sensible al precio que a la tasa. “Es más fácil desincentivarlo encareciendo el dólar que subiendo la tasa de interés”, afirmó. Desde el equipo de investigación de Puente destacaron que el resultado reflejó “el faltante de liquidez del mercado”. El rollover del 61% se alcanzó incluso aceptando el 91% de las posturas a tasas superiores a las del mercado secundario. Llamó la atención “la escasa demanda por las emisiones más cortas”, que no alcanzaron el límite máximo previsto, mientras que las de mayor plazo, tanto a tasa fija como ajustadas por la tasa mayorista de plazos fijos, tuvieron una demanda comparable. Esto podría estar vinculado a la nueva ventanilla del BCRA, que permite hacer pases con títulos de más de 60 días, indicaron. En contraste, no hubo interés ni por el Boncer ni por los títulos dólar linked, lo que sugiere que los inversores prefirieron fijar “tasa a estos niveles altos a la espera de una eventual compresión”. En cuanto a la operativa, Auxtin Maquieyra, gerente comercial de Sailing Inversiones, destacó que el Tesoro convalidó tasas elevadas en términos reales, dejando fuera de la licitación alrededor de $6 billones, lo que podría ayudar a aliviar la liquidez. Además, advirtió que esta estrategia de absorción selectiva “podría mantener la tensión en las tasas a muy corto plazo” en un escenario de volatilidad en la caución y altos rendimientos reales. El diagnóstico de EcoGo señala que el aumento de los encajes provocó un déficit equivalente al 4,1% de los depósitos en pesos de las entidades, obligando a los bancos a buscar $6 billones adicionales para cumplir con el efectivo mínimo en el BCRA. Según la consultora, esta medida tiene un objetivo político-electoral —contener el dólar— más que monetario, y ayudó a barrer pesos del mercado, aumentar tasas y reactivar el carry trade con un dólar a la baja. Sin embargo, la contracara es el encarecimiento del crédito, un impacto negativo sobre la actividad —que permanece estancada desde febrero— y un menor traspaso del salto cambiario a la inflación. Los datos de la consultora 1816 proporcionan contexto adicional. Estiman que el 49% de los títulos del Tesoro en pesos está en manos del BCRA o del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), un 26% en bancos y el 25% restante en fondos comunes de inversión, seguros y otros privados. La deuda en pesos cotizante a valor de mercado asciende a $229 billones (unos USD 173.000 millones), pero baja a $117 billones (USD 88.000 millones) si se descuentan las tenencias oficiales. En julio, los encajes promediaron $14 billones, pero la necesidad de efectivo mínimo para agosto se ubicará por encima de $19 billones. En los primeros días de agosto, los encajes promediaron $18,6 billones, lo cual anticipaba que “probablemente los bancos no renueven todos sus vencimientos”.
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