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» Clarin
Fecha: 14/08/2025 06:34
“La última vez que vine acá lo vine a ver a (Horacio) Pagani, nos encontramos en la puerta y fuimos a un bar de la otra cuadra”, recuerda el Puma Carlos Morete, cuando entra al edificio de Clarín, donde fue convocado para rememorar el título del Metropolitano 1975, con el que River cortó la fatídica sequía de 18 años sin vueltas olímpicas. Campera marrón, jeans, zapatillas, y un gran porte, a los 73 años, el goleador de la década del '70 disfruta de estos recuerdos que lo tienen como protagonista. “¿Cincuenta años ya pasaron? Cómo pasa todo...”, dice mientras camina al lado del reportero para la producción fotográfica, como en los tiempos en los que rompía redes. En su mano lleva una bolsita de la que saca una reliquia. “Estaba en la casa de mi mamá y después se la llevó mi hijo”, cuenta sobre esa camiseta con la banda roja, la 9 en la espalda y olor a “placard”. Y una inscripción en lapicera como sello del día en que fue utilizada. No fue en el '75, sino en 1972 cuando el Puma hizo el cuarto y quinto gol del histórico Superclásico en la cancha de Vélez, que River le ganó a Boca por 5 a 4. Tres años después en el mismo escenario, se produciría un hecho histórico, en el que los hinchas de River quedarían exorcizados y sus gargantas se desahogarían para gritar “dale campeón”, ese alarido que esperó largos 18 años. Y entre esos fanáticos riverplatenses estaba Morete, que, al igual que sus compañeros profesionales no pudo estar en el campo de juego por la huelga de futbolistas que se había decretado horas antes y por la que tuvieron que salir a la cancha los pibes del club. El mano sagrado que conserva Morete. Foto: Guillermo Rodríguez Adami -¿Dónde estuviste esa noche y qué te acordás? -Estuve en la cancha de Vélez, en la platea techada, como mirando el campo de juego a la derecha. Fuimos con unos amigos y se dio la satisfacción. Porque no estábamos en la cancha pero me sentí campeón igual, obvio. Y terminó el partido y nos fuimos, no pasé por el vestuario porque consideré que no tenía que hacerlo. Pero me sentí orgulloso de los chicos. De (Norberto) Bruno que hizo el gol y de todos. Sin rencor, sin nada. Porque nosotros también en el año '71 habíamos jugado por los profesionales en una situación similar y después de lo del '75 yo no sé lo que pasó en River porque yo me fui. Me vendieron a mí a Las Palmas después de salir campeón. Pero me fui con toda la emoción a cuestas. De lograr algo importantísimo después de 18 años. -¿Y cómo fueron esos días previos cuando decretan la huelga? -Habíamos luchado todo el año. Era la penúltima fecha y se dio así. Sentimos bronca. Pero bueno, después se arregló y pudimos jugar la última fecha con Racing, que se jugaron 45 minutos por la invasión de la gente. Y ganamos 2 a 0 y yo hice el segundo gol, que fue el último mío en River. Y ahí se terminó. Logramos lo que tanto queríamos. Lo que nos venía costando, incluso en ese campeonato porque en las últimas fechas que nos faltó el Beto Alonso habíamos perdido tres partidos. Volvió el Beto contra San Lorenzo, ganamos y ahí nos encaminamos. Los campeonatos eran difíciles, todos los equipos del fútbol argentino eran muy buenos. Tenían equipazos. En esa época vos podías armar sin dudar de lo que digo, cinco selecciones porque había cinco cracks por puestos en general entre todos los equipos. -Algunos dijeron que la huelga fue para intentar perjudicar a River. ¿Vos qué pensás? -Mirá, hablar se hablan muchas cosas, pero después las realidades son otras. Sobre la huelga, no sé si fue para perjudicar a River porque en el '71 también hubo una huelga. Y bueno acá en la del '75 se armó de un día para otro y justo se hizo en la anteúltima fecha. Eso dio más bronca. -Y también se los acusó de “carneros” a los pibes... -Y que se los haya acusado de carneros a los chicos fue injusto, muy injusto. Pero no solamente a los de River. A los pibes de todos los equipos, si jugaron pibes en todos los clubes. -¿Por qué creés que River estuvo 18 años sin salir campeón? -Yo debuté en River en el año 70. Y perdemos el campeonato por una diferencia de un gol con Independiente, que tenía que hacer tres. Y nosotros habíamos jugado el viernes, le habíamos ganado a Unión, cuando los partidos se jugaban al mismo día y horario. Independiente jugó contra Racing el domingo y hubo un penal que se hizo patear tres veces y lo metieron en el tercero e Independiente ganó 3 a 2. Después en el 72 perdimos la final con San Lorenzo y siempre estábamos ahí, pero iban pasando los años. La ilusión se renovaba, tanto en los hinchas como en nosotros y pasaba lo que pasaba. No sé. Después fue era una cosa que se dio decantación. Se salió campeón después de 18 años y después vinieron todos los campeonatos juntos. "Trataron a los pibes de carneros por jugar en la huelga, pero fue injusto", dice Morete. -¿Ustedes sentían una presión grande? -¡Qué te parece! Presión, puteadas, sentías todo. Claro, la gente empezaba con ilusión. Pero después, cuando nos pasaba lo que pasaba nos puteaban hasta que se rompió la racha. -¿Cuánto tuvo que ver Labruna y qué significó para vos? -Mirá, él me pone en Primera en el '70. Y cuando vuelve en el '75, nos dijo 'miren, este es el año nuestro, yo soy un tipo de mucho culo'. Bueno, todo esto es la historia de Ángel. Y aparte él depositó una confianza enorme en mí. Me decía 'vos, vos sos el que más goles va a ser. Vos sos el nueve'. Bueno, así fue. El tipo me inspiró una confianza enorme. Y bueno, se dio. Salimos campeones. Me bancó ese año y yo tuve un muy buen campeonato. Al 9 goleador lo tenés que respetar siempre. -¿Y cómo era jugar con el Beto Alonso? -El Beto Alonso fue un artista del fútbol. Nos conocemos desde chicos, de los 13, 14 años en las Inferiores y yo le tengo un gran respeto a los zurdos, son diferente los zurdos. Y él tenía todo en la cabeza, era un jugador con esa magia, el tipo jugaba como un artista, jugaba para la gente. Y yo sabía que por ahí en una me miraba, me amagaba y yo picaba y no me la daba. Pero yo sabía que alguna me iba a dar. Y yo lo entendía porque lo conocía. Fue todo un maestro del fútbol, yo lo tengo entre los cinco o seis mejores jugadores con los que jugué en mi vida. -¿Cómo eran los entrenamientos y las concentraciones? ¿A veces iba Palito Ortega a entretenerlos? -Sí, Palito venía, y jugaba un rato con nosotros y cantaba en las concentraciones. También venía cantar Rimoldi Fraga. Grandes tipos. Labruna lo hacía un poco todo esto para descomprimir la presión. -¿Haber ganado en la cancha de Boca también fue importante para fortalecerse no? -Sí, siempre ganar en la cancha de Boca es clave. Ganamos 2 a 1, fue la noche que Rogel me mandó a la clínica. Me metió un codazo terrible. Pero bueno, cosas del fútbol. Después me lo encontré en un canal de televisión y le di la mano. Y en una fiesta de Clarín compartimos la mesa y me la pasé hablando con él. Me pidió disculpas y listo. A mí en general contra Boca me iba bien. Fue al rival al que más goles le hice y soy el cuarto goleador de la historia del Superclásico. -¿Y del equipo que tenían cómo lo describís? -Teníamos un equipazo, con un mediocampo de lujo. Merlo jugó toda la vida en River pero ese campeonato lo arrancó Perico Raimondo. Y Merlo tenía 20 pulmones, quitaba y se la daba o al Beto o a JJ López, otro gran jugador, un número ocho espectacular y después estaba Pedrito González, que fue el mejor wing que tuve en mi carrera, me hizo hacer un montón de goles. Y el Mono Más que no era solo wing, era goleador. Y te podía patear al arco desde el banderín del corner. Y atrás bueno, el Pato Fillol, arquerazo. Y Roberto Perfumo, qué defensor magistral. Era un equipazo. Y Passarella que no quería jugar de lateral, no quiso y esperó para jugar de “6”. Ya tenía su personalidad. Habían comprado al Gringo Ártico, que vino con Comelles. El Puma describe a los campeones del River campeón del 75. -Y a vos como el gran definidor de todo lo que se generaba... -Yo hice los goles que pude, que por suerte fueron unos cuantos. En River metí 105 goles. Pero no fue fácil. Hubo una época en el año '71, hasta casi que el partido del 5-4 a Boca que me puteaban en River. Y yo creo que si no fui el jugador más puteado de la historia estuve cerca. Nunca me voy a olvidar un día de la madre de mi vieja en la cancha. Me putearon tanto que cuando terminé el partido mi vieja me estaba esperando ahí, a 20 metros de los vestuarios, y yo salí y me seguían puteando. Lo que lloré y lloró mi vieja no me lo olvido más. Esos mismos que me puteaban después fueron los mismos que gritaban los goles y me pedían que no me fuera. Pero lo entendí porque es parte del fútbol. Me defendí, hice lo que pude. Lo que sí, lo mejor mío siempre fue la mente. Siempre fue dura. Si no, no podés llegar a nada, en ningún rubro. Y así pude vencer la adversidad en la cancha. -Y justo antes de la definición del torneo te venden a Las Palmas, ¿cómo se dio? -Sí, un día me llaman de la presidencia y me dicen 'Aragón Cabrera quiere hablar con vos, pero quiere que vayas a la casa'. Vivía en Cerrito y Santa Fe. Voy y me presenta a Jesús García Panasco, que era el secretario general de Las Palmas. Y nos deja hablando solos porque entre los clubes ya estaba todo acordado. Don Jesús García me explica todo, me da los detalles y yo le pedí que me dé 48 horas porque era una sorpresa para mí. Y lo pensé, lo analizamos con mi señora, me gustó la idea y a los dos días nos juntamos en el hotel República, en la 9 de Julio y arreglamos lo económico. Me vendieron en 400 mil dólares... Si me pongo a pensar, ¿cuánto valdría hoy con todos los goles que hice? Pero ya está, era otro tiempo, otra plata. No soy un renegado, soy un agradecido. -¿El del '75 fue el título que más satisfacción te dio en tu carrera? -Sí, fue importantísimo. Fue un desahogo para todos. Y lo festejamos en la última fecha con el Monumental a full. Estaba repleto, la gente contenta. Había una alegría diferente. Y claro que lo gozamos. Ver a la gente de River en el festejo, el último partido fue impresionante, te lo agradecían y te lo siguen agradeciendo hoy. Esas son las cosas lindas que te deja el fútbol. Norberto Alonso, Roberto Perfumo, Héctor Ático, Reinaldo Mostaza Merlo, Ubaldo Matildo Fillol, Pedro González y Carlos Morete. -¿Qué fue River en tu vida? -Todo, todo, porque yo empecé en la Novena, empecé a los 13 años. Y a los 23 salí campeón, formando parte de ese histórico equipo del '75. Y después de salir campeón me vendieron porque así lo quise y ahí cerré una gran historia con River. Morete y el regreso menos pensado para jugar en... Boca Después de su paso por el fútbol español, en Las Palmas y Sevilla, Morete volvió al fútbol argentino en 1981 pero para jugar en... Boca. "Sí, así fue y quiero aclarar esa historia para todos los boludos que me dicen 'te pusiste la bostera'", advierte Morete. -¿Te arrepentís? -No, no, no. Yo no me arrepiento. Yo me tenía que venir. No importa por qué me tenía que venir. Pero me tenía que volver. Y yo lo llamo al presidente de River, Aragón Cabrera. ¿Y sabés cuál fue la respuesta? Trajimos a Kempes. Y no me dieron bola. Entonces yo tenía ofertas de Racing y de Boca, pero Racing no tenía plata para pagar el pase y Boca sí. Era el Boca de Maradona y Brindisi. Y me junté con Marzolini que era el técnico y fui. Jugué poco pero se ganó el campeonato. Y después del '81 fue un quilombo, porque no cobraba nadie. Debían diez meses de sueldo, una locura. -Y ahí aparece Labruna otra vez en tu vida... -Sí, Ángel me llama para ir a Talleres. Y yo le mandé a decir por (Rodolfo) Talamonti, que era su ayudante que me fue a buscar cuando estaba de vacaciones en Punta Mogotes, que no quería jugar más al fútbol. Pero Ángel me quería, yo era como un hijo para él y me insistió y a la semana volvió con los pasajes para que fuera a Córdoba. Y mi señora, con la que estuve 50 años juntos y falleció hace dos años y medio, y era mi guía, me dijo que fuera. Cuando llego a Córdoba me fue a buscar en una coupe Mitsubishi color celeste que él tenía, me dijo dos o tres cosas, fuimos a la casa del presidente y arreglé. Y al domingo siguiente ya estaba jugando. Me costó ponerme en ritmo pero cuando empecé a meterla no paré. Tuve la mejor racha de mi vida. Angelito Labruna, el padre del River campeón del ´75. Foto: Archivo Clarín. -¿Qué sentiste cuando te enteraste de su muerte? -Y, la pucha... fue duro. Falleció en el Adventista en Belgrano en el año '83. Él había armado el equipo de Argentinos Juniors, le había pasado los nombres a los dirigentes. Y me marcó a mí, yo estaba en Independiente pero me limpia Pastoriza, que había sido gremialista y me apuntó por la famosa huelga del '71. -Jugaste en River, en Boca y en Independiente, pero ganaste la Copa Libertadores con Argentinos... -Sí, igual en River y en Boca no llegué a jugar la Copa. Sí la jugué con Independiente. A Independiente fui después de haberle dado la palabra al presidente. Y después llega lo de Argentinos, donde estuve en el '84 y '85 y se armó un gran equipo que fue campeón de América. -¿Y cómo fue compartir entrenamientos y cancha con Maradona? -Lo que hacía Diego los fines de semana yo lo veía todos los días cuando entrenábamos en La Candela de San Justo. Y yo siempre lo comparaba con el Beto Alonso de los 20 años. Las cosas que les vi hacer a los dos fueron impresionantes. Diego, Messi, el Beto, Miguel Brindisi, que para mí está en los 15 mejores jugadores del mundo de la historia, están allá arriba para mí. Pero el mejor jugador que yo he visto fue Johan Cruyff. -¿Lo ponés arriba de Diego? -Yo jugué tres años en contra de él en España, él en Barcelona y yo en Las Palmas. Jugamos la final de la Copa del Rey en el Bernabéu y perdimos 3-1. Pero no ganó el Barcelona, no, ganó Cruyff. Y después del partido tuve el honor de intercambiar camisetas con él. Para mí fue lo más. Jugaba en el aire, y era un jugador de toda la cancha. Frenaba, arrancaba en velocidad. Tenía una habilidad, una categoría, una pegada. Cabeceaba. Yo nunca vi una cosa igual. No me importa a mí que no haya sido campeón del mundo. Como acá los boludos que decían que a Messi le faltaba ganar la Copa del mundo. ¿Y ahora qué dicen? -¿Y de Messi vos qué decís? -Messi es impresionante. Tiene más de 800 goles, como cuarenta títulos. Hizo una carrera de otra dimensión. El Puma banca a Cavani y no habla de Riquelme. Foto: Guillermo Rodríguez Adami -¿Y de los 9 quiénes fueron los mejores? -Van Basten, el gordo Ronaldo. Fue algo terrible. -¿Y de la actualidad? -Yo soy admirador de Cavani. Soy admirador del tipo que tiene más de 400 goles. Pero, pobre Cavani, está en un equipo que no genera nada. Y ahora está todo el mundo en su contra porque erra goles. Pero es difícil en un equipo como Boca, que tiene que crear ocho, nueve, diez situaciones de gol y no te las genera, y por ahí te genera solo dos y las errás. ¿Por qué genera tan poco? Porque no hay jugadores que abastezcan, que hagan jugar al equipo como cuando Riquelme jugaba el fútbol. Hoy no los hay. -¿Y el Riquelme presidente qué te parece? -No, yo no opino. ¿Qué voy a opinar? La gente ve las cosas. Pero a mí no me gusta hablar de los jugadores que son dirigentes. -¿Cómo ves a River hoy? -Muy bien. El club creció muchísimo. Es maravilloso que todos los partidos vayan 86 mil personas. Juegue con Boca o con un equipo de encargados de edificios, mete 86 mil personas todos los partidos. -¿Y a Marcelo Gallardo como lo ves en esta etapa? -Gallardo es un crack, un crack como jugador y como entrenador. Después leo que se lo critica por algunas compras, pero vos comprás con la mejor idea. Y el jugador después se pone la camiseta de River y no es chiste. Pesa. -Como experto en la materia, ¿que le sugerís con respecto a Borja? -Borja a mí me gusta. Porque el tipo está ahí y es un goleador. Pero bueno, me parece que Gallardo no comulga mucho con él, le gusta otro tipo de “9”. -Del estilo Julián Álvarez... -Sí, pero a Julián no se lo puede comparar con nadie. Es un jugador excelente. Es un tipo que estorba, que presiona a los defensores, que define, que tiene características especiales, es un jugador único. Es un fenómeno del fútbol. Algo parecido al gordo Ronaldo. -¿Con qué Selección Argentina campeona del mundo te quedás? -Con la última. -¿Por qué? -Porque es un equipo muy regular. No dependía solamente de un jugador como dependió de Maradona en el '86. La del '78 también fue muy buena selección. Pero yo creo que la última fue la más completa en todo sentido. Con un genio como Messi, pero al que los demás se le acoplaron y que el equipo que empezó jugando no fue el que terminó porque se sumaron Enzo Fernández, Mac Allister, Julián Álvarez, que estaban de suplentes y después se hicieron importantísimos. -¿Te quedó a vos un poquito la espina de haber tenido más chances de selección en tu época? -Yo pude haber participado en el '78. Si yo estaba en España, eh. Pero en ese momento no llamaban mucho a los de afuera, era al revés de lo que pasa hoy. Pero era otra época, en todo sentido. Si hasta fumábamos antes de los partidos y hasta en los entretiempos. Yo hacía al revés. Cuando era jugador fumaba cinco o seis puchos por día. -¿Qué le dirías al Puma Morete del '75?
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