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» Elterritorio
Fecha: 10/08/2025 06:53
Nataly es jardinense y vivió esa experiencia en el año 2023 que le posibilitó acercarse a otras maneras de ver la vida domingo 10 de agosto de 2025 | 6:05hs. Nataly trabajó con niños refugiados en Alemania. Un viaje a Alemania, una experiencia enriquecedora y un voluntariado que dejó vivencias inolvidables en la vida de Nataly Brugger (23), oriunda de Jardín América. La joven se trasladó al Viejo Continente en 2023 con un programa de la Iglesia del Río de La Plata. “Para mí fue un desafío y a la vez me sirvió para expandir mi pensamiento, Me permitió poder ampliar y desbloquear niveles de comprensión y empatía”, contó. Para ella, el año transcurrido en tierras germanas fue un punto de inflexión, un antes y un después, donde hizo amigas y conoció distintas culturas. A su vez especificó que trabajó con personas que se convirtieron en pilares y ejemplo de paciencia. Si bien previo al viaje no estudió tanto el idioma, su idea fue descubrir la vida cotidiana sin prejuicios. La joven residió en la localidad de Versmold, al norte de Alemania y le tocó trabajar en un jardín de infantes con alumnos de 3 a 6 años, procedentes de diversos países. Había inmigrantes de Italia, Siria, España, Turquía, Portugal, Rusia, Ucrania, entre otros, con distintas culturas, credos religiosos, pero según contó, todos jugaban juntos y las diferencias no se sentían tanto. Muchos llegaron a Alemania como refugiados junto a sus familias. “Ellos tienen otra madurez, una comprensión del mundo... había un nene que por ejemplo hablaba turco, inglés y alemán y entonces era el que traducía a su propia madres, era un intermediario entre su mamá y el jardín”, reflejó. La sumatoria de experiencia le sirvió a la jardinense para ver de manera distinta muchas cuestiones y la llevó a elegir un trabajo que permanentemente te desafíe a mejorar. En Alemania conoció a voluntarios de distintos puntos de Argentina, y también apreció sus diferencias. “Entendí los distintos contextos en las provincias, por ejemplo un discurso que se puede hacer en Buenos Aires no resuena en Misiones o bien para mí era normal escuchar música brasileña o conocer gente con ascendencia de otros lugares, mientras que para una amiga de Santa Fe eso era raro, algunas cosas que yo daba por hecho, no eran tan así como pensaba”. El voluntariado, tal como explicó no tiene que ver con una religión, y si bien ella es cristiana, en el contexto social donde trabajó entendió que no hay que limitarse a las creencias políticas, eclesiásticas, entre otras perspectivas sino intentar comprender por qué la otra persona llega a una cierta conclusión. En la actualidad coordina un grupo de jóvenes y adultos, encargándose en la organización de los campamentos de su comunidad religiosa y lo toma como una forma de conectar con otras personas y tratar de ejercitar la empatía constantemente. “Siento que la diversidad debe ser buscada y deseada, considero que enriquece el trato entre los seres humanos, pero tal vez es una forma mía ahora de ver así la vida, por eso hay que respetar cada pensamiento, sea una persona creyente o atea”, definió. Y valoró que el trabajo social, no tiene que ver con las posibilidades económicas o con hacer un retiro espiritual sino que hay que estar listos para enfrentar el desafío. De la misma manera insistió en dar lugar al otro y escucharlo, porque hay diversas maneras de conectar con Dios”. Compartí esta nota:
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