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» Diario Cordoba
Fecha: 09/08/2025 02:35
Entre la enorme cantidad de creencias falsas sobre la lactancia materna, muchas de ellas multiplicadas en la actualidad por internet, la doctora Párraga señala una sorprendentemente amplia relación. Son falsedades que siempre perjudican al sembrar dudas y poder llevar a la madre al abandono precoz del amamantamiento. La ciencia las desmiente una a una. Sobre la calidad de la leche «No tengo suficiente leche» o «mi leche es aguada y no alimenta al bebé». Son extremadamente infrecuentes las situaciones de hipogalactia (baja producción de leche). La composición de la leche va cambiando a lo largo de las diferentes etapas de la lactancia, adaptándose a las necesidades que precisa el bebé en cada momento de su desarrollo. «El calostro no alimenta y debe desecharse». Todo lo contrario, es la primera leche que produce la glándula mamaria, de consistencia más densa y muy rica es sustancias bioactivas y anticuerpos que protegen al pequeño frente a infecciones. «Los pechos pequeños producen poca leche». El tamaño del pecho no influye en la producción de leche, que se realiza en el tejido glandular, similar en todas las mamas. «Para producir más leche debo comer más y beber más líquidos, sobre todo leche o cerveza». No hay alimentos ni bebidas que aumenten la producción de leche materna. «La madre sólo tiene que seguir una dieta completa y equilibrada y beber según su percepción de sed. El principal estímulo para la producción de leche es la succión del bebé o la extracción de leche por parte de la madre», explica María José Párraga Tópicos sobre el proceso «Dar el pecho duele. Es normal». No es cierto. Dar el pecho no debe doler. El dolor suele indicar un mal agarre del bebé que si no se soluciona puede conducir a la aparición de grietas, las cuales sí son dolorosas con la succión del bebé. Hay técnicas y posturas que consiguen que el amamantamiento sea una experiencia placentera. «Las tomas deben ser cada 3 horas y durar 10 minutos por cada pecho». La lactancia materna debe ser a demanda, cuando el niño quiera y durante el tiempo que quiera. Cada lactante tiene sus necesidades y su ritmo. No hay dos niños iguales. «Debo lavarme los pezones antes y después de cada toma». No es necesario. La higiene diaria habitual es suficiente. «El estrés o los disgustos pueden cortar la leche». Aunque el estrés puede inhibir temporalmente el reflejo necesario para la bajada de la leche, no impide la producción de la misma, que se mantendrá mientras que haya succión por parte del bebé. Mitos sobre el estilo de vida materno «La lactancia deforma el pecho». Son otros factores los que influyen en la forma del pecho: el propio embarazo (independientemente de si se amamanta o no cuando haya nacido el pequeño) la genética, la edad, los cambios de peso… «Si amamanto, no puedo hacer dieta, teñirme el pelo, hacer ejercicio...». No es cierto. Una mujer que amamanta puede llevar una vida normal. Hacer ejercicio, teñirse el pelo, seguir una dieta equilibrada para perder el peso, aunque en este caso preferentemente de forma gradual y evitando dietas restrictivas. «Si el bebé tiene diarrea o la madre toma medicación, debe suspenderse la lactancia». Al contrario. En la mayoría de los casos de diarrea la leche materna es el mejor alimento al hidratar al bebé y aportarle anticuerpos que van a facilitar su recuperación. Si se medica la madre, la mayoría de fármacos son compatibles con la lactancia materna. No obstante, debe consultarse con un profesional sobre la cuestión. Respecto al comportamiento del bebé «Dar el pecho por mucho tiempo ‘malcría’ al niño». Totalmente al contrario: amamantar fomenta el vínculo y el apego seguro. «Si la madre y el niño lo desean, no debería haber límite de tiempo», explica la doctora María José Párraga. «Mi bebé llora mucho. Seguro que mi leche no le está alimentando lo suficiente». Los bebés pueden llorar por múltiples motivos (sueño, incomodidad, demanda de contacto físico...) Si realmente un bebé no se sacia con la leche materna podría deberse a un agarre ineficaz o una rara baja producción (que como ya se ha dicho resulta muy poco frecuente) que requeriría evaluación médica. n Suscríbete para seguir leyendo
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