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» Diariopinion
Fecha: 08/08/2025 00:50
Desde su experiencia y conocimiento profundo del proceso constituyente, Aranda aseguró que lo que hoy se desarrolla bajo el disfraz de institucionalidad ya era previsible: una puesta en escena diseñada para imponer, censurar y silenciar, bajo un reglamento hecho a la medida del régimen. "No se puede hablar de una reforma constitucional desde el punto de vista institucional o democrático cuando el Modelo Formoseño es pura arbitrariedad, autoritarismo, intolerancia y censura", afirmó. Es una vergüenza que la oposición ete convalidando, bailando al ritmo que les marca el bastonero Gildo. Están legitimando la trampa Para el ex convencional, la falta de respeto a la oposición, la inexistencia de diálogo y el disciplinamiento de los convencionales oficialistas que solo "van a levantar la mano" para convalidar las órdenes del poder ejecutivo, son señales de un totalitarismo en estado puro. "No puede haber república donde no hay justicia independiente, ni garantías democráticas. Este modelo quiere consagrar su esencia autoritaria en la Constitución", denunció. En ese sentido, Aranda criticó con dureza que se esté utilizando la Constitución como panfleto de campaña, y alertó que con esta reforma, el oficialismo buscará resetear los mandatos para habilitar una nueva reelección de Gildo Insfrán. "Van a meter una cláusula transitoria para que los mandatos anteriores no cuenten. Es el viejo truco de siempre", advirtió. Y fue más allá: "Sabemos que el Tribunal Electoral hace lo que le manda el quinto piso. Y toda impugnación será rechazada, a menos que la Corte Suprema diga lo contrario". El reglamento interno es una copia de las prácticas dictatoriales más oscuras, diseñado para coartar la libertad de expresión y marcarle a los legisladores qué pueden y qué no pueden decir Pero no sólo cargó contra el oficialismo. La oposición también fue blanco de sus críticas. "Es una vergüenza. Están convalidando esta convención nula, bailando al ritmo que les marca Gildo. Están legitimando la trampa", disparó, cuestionando la decisión de participar en una elección "amañada y a la medida del gobernador". No hay legalidad, no hay democracia, no hay república. Y mientras la oposición acepte esas reglas del juego, la derrota ya está escrita Aranda no ahorró en ejemplos. Dijo que el reglamento es una copia de las prácticas dictatoriales más oscuras, diseñado para coartar la libertad de expresión y marcarle a los legisladores qué pueden y qué no pueden decir. Recordó que incluso se llegó a plantear que criticar al Modelo Formoseño o pedir la intervención federal sería traición a la patria, algo que calificó como "el colmo del disparate". Para cerrar, lanzó una advertencia que resume el hartazgo de vastos sectores ciudadanos: "Ya no se trata de una reforma constitucional, sino de una maquinaria institucional para consagrar el culto a una persona. No hay legalidad, no hay democracia, no hay república. Y mientras la oposición acepte esas reglas del juego, la derrota ya está escrita".
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