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Parana » Informe Digital
Fecha: 02/08/2025 01:26
La persistencia del cepo cambiario para empresas y entidades financieras, junto con la expectativa de que estas restricciones se eliminarán en el futuro, ha generado un clima de incertidumbre que desalienta la entrada de capitales y presiona al alza las tasas de interés. Así lo expone el ex ministro de Economía Domingo Cavallo en un documento publicado en su blog personal. El economista destacó que, aunque la eliminación de algunas restricciones permitió un primer salto cambiario que no se trasladó de inmediato a los precios, la consolidación de la estabilidad monetaria y el crecimiento económico aún no se han logrado. “Mantener transitoriamente la inconvertibilidad del peso para empresas y entidades financieras, a la vez que se anuncia que en algún momento se eliminarán esas restricciones, alimenta la expectativa de un salto devaluatorio adicional al ya experimentado. Esta expectativa desalienta la entrada de capitales que no sean del tipo carry trade y provoca un aumento en las tasas de interés en pesos”, señaló. En diciembre del año pasado, Cavallo argumentó que la salida del cepo no debía ser necesariamente inflacionaria. Anticipó que, aunque habría un ajuste en el tipo de cambio, esto no implicaría un traslado significativo a los precios. De hecho, el salto cambiario ocurrió, pero la inflación mensual se mantuvo en torno al 2%, sin aceleraciones notables. Sin embargo, el optimismo respecto a la consolidación de la estabilidad y el crecimiento no se confirmó, ya que la economía no mostró señales claras de “recuperación sostenida”. El ex funcionario fundamentó su expectativa positiva en la posibilidad de que la eliminación del cepo redujera el riesgo país, facilitando el acceso a financiamiento externo y permitiendo al Tesoro adquirir dólares con el superávit fiscal primario para hacer frente a los pagos de intereses de la deuda. No obstante, como detalló en su blog, estos efectos no se concretaron. El riesgo país no disminuyó lo suficiente y las tasas de interés que el Tesoro debe abonar para renovar la deuda en pesos han aumentado en términos reales. Además, el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos sigue siendo negativo y la entrada neta de capitales no compensa ese déficit. Cavallo atribuye parte de este estancamiento a la permanencia de las restricciones cambiarias, especialmente para empresas y entidades financieras, actores clave en la movilización de grandes volúmenes de capital. “Mantener las restricciones que impiden o limitan severamente la intermediación financiera en dólares y la convertibilidad del peso, mientras se facilita el atesoramiento de dólares por parte de las personas y el turismo en el extranjero, tampoco contribuye al clima de estabilidad”, explicó el ex ministro de Economía. Otro factor que, según su análisis, contribuye a la reciente volatilidad es la falta de reglas claras en la política monetaria y cambiaria. Retoma una idea central de Milton Friedman y la escuela de Chicago: la preferencia por reglas predecibles frente a la discrecionalidad en el manejo de los instrumentos económicos. En este sentido, menciona que la introducción de conceptos como “base monetaria ampliada” y “dolarización endógena”, junto con la eliminación de los pases y el reemplazo de las LELICs por las LEFIs, ha generado confusión. “Esta falta de claridad sobre los instrumentos y plazos se percibe como discrecionalidad en el manejo monetario y ha contribuido a la volatilidad monetaria y cambiaria”, indicó. El gobierno, según Cavallo, promueve la competencia entre el peso y el dólar, pero mantiene restricciones que dificultan la intermediación financiera en dólares y la convertibilidad del peso. Al mismo tiempo, facilita el atesoramiento de dólares por parte de las personas y el turismo en el extranjero. Esta combinación de medidas no favorece la creación de un entorno estable, ya que la economía opera bajo señales contradictorias. Para revertir este panorama, Cavallo recomienda que el gobierno establezca reglas claras en materia monetaria y cambiaria, “tal como sugeriría Friedman”. La eliminación total de las restricciones permitiría que el tipo de cambio se estabilice sin intervención del Banco Central en la venta de reservas, siempre que el tipo de cambio resultante incentive la entrada de capitales. Si la llegada de capitales es robusta, el Banco Central podría comprar reservas y permitir una apreciación del peso, lo que ayudaría a mitigar cualquier aumento transitorio de la inflación tras el salto cambiario inicial. Este mecanismo, según el ex ministro, es característico de los planes de estabilización con libre movimiento de capitales. En su análisis, Cavallo enfatiza la importancia de un sistema sin restricciones para la compraventa de monedas extranjeras, un requisito esencial para que la economía funcione bajo un esquema de competencia de monedas similar al modelo peruano. Este sistema, que el presidente Javier Milei ha mencionado como alternativa a la dolarización completa y la eliminación del Banco Central, permitiría una mayor flexibilidad que un régimen de convertibilidad estricta o una dolarización total. El funcionamiento de este sistema, según Cavallo, implicaría que los bancos reciban depósitos tanto en pesos como en dólares, y que el Banco Central regule la expansión del crédito en ambas monedas a través de encajes legales y operaciones de mercado abierto con bonos denominados en cada moneda. La estabilidad de precios requeriría que el peso no se deprecie de manera sostenida, aunque pueda experimentar fluctuaciones transitorias. Frente a choques externos que demanden una depreciación, el Banco Central podría limitarla ajustando los encajes legales y las tasas de interés en cada moneda, además de realizar operaciones de mercado abierto.
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