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  • Por el salto del dólar, el Banco Central perdió casi $500.000 millones en el mercado de futuros

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/08/2025 10:39

    Las ventas del BCRA en el mercado de dólar futuro no frenaron la suba del tipo de cambio y dejaron un saldo negativo para las cuuentas de la entidad (Reuters) Dese mayo, el Banco Central (BCRA) perdió casi $500.000 millones en el mercado de futuros de dólar como resultado de sus fuertes intervenciones para intentar frenar la escalada del dólar, tras un mes de julio que terminó con un salto de casi el 14% para la divisa estadounidense. Las dimensiones de la intervención protagonizada por la entidad que conduce Santiago Bausili muestra qué tan poco dispuesto está el Gobierno a dejar flotar al dólar oficial entre las bandas establecidas en abril pasado, como parte de su estrategia para atacar la inflación con un frente cambiario lo más estable que sea posible. A lo largo de julio, la tensión cambiaria dominó la escena. El salto en la cotización del dólar mayorista obligó a la autoridad monetaria a redoblar su intervención en el mercado de futuros, donde -junto con fuertes subas de tasas- buscó contener la expectativa de devaluación y moderar la suba del tipo de cambio, en un contexto de restricciones para operar sobre el precio al contado. El resultado de este accionar fue una pérdida que, de acuerdo con estimaciones de fuentes del mercado, llegó a $480.884 millones entre mayo y el cierre de julio. Desde la eliminación del cepo para personas físicas, el BCRA trabaja bajo el esquema de bandas de flotación cambiaria dispuesto a mediados de abril, restringiendo su capacidad de intervención directa en el mercado de cambios. Este sistema, acordado con el Fondo Monetario Internacional, limita la utilización de reservas internacionales para frenar eventuales presiones sobre el dólar spot, salvo que la divisa alcance los límites establecidos por el propio régimen de bandas o se enfrenten situaciones disruptivas. La situación de las reservas internacionales es delicada. La acumulación pactada con el organismo multilateral no se cumplió y el margen operativo para usar divisas es muy reducido. Frente a estas limitaciones, durante julio, el BCRA optó por una presencia relevante en la plaza de futuros y a fuertes subas de tasa. La entidad vendió contratos de dólar contra pesos, convirtiéndose en el principal oferente del mercado, y llegó a hacerlo en niveles de precio inferiores al tipo de cambio spot vigente, sacrificando ingresos futuros para buscar impacto sobre las expectativas actuales. El impacto de esa decisión resultó evidente: no logró impedir el avance del precio del dólar, que subió de forma marcada durante el mes, y acumuló una pérdida cuantiosa al momento de la liquidación de los contratos. El precio del dólar A3500 —referencia utilizada en la liquidación de contratos de futuros— marcó un avance relevante entre el 30 de junio y el 31 de julio. El 30 de junio, este tipo de cambio se ubicó en $1.194,0833, mientras que al cierre de julio llegó a $1.351,8333. La diferencia representa una suba absoluta de $157,75, equivalente a un aumento del 13,22% en un mes. El gráfico que acompaña esta nota muestra que la mayor parte de la pérdida se concentró en los últimos días del mes, momento en el que se registró el ajuste más importante de la referencia cambiaria. La utilización de los contratos de futuros como instrumento para moderar la suba del dólar no fue la única medida adoptada por la autoridad monetaria. En paralelo, el BCRA reforzó su política de tasas, con un fuerte incremento en las tasas de interés de corto plazo. Este mecanismo apuntó a reducir la liquidez del sistema financiero luego de la accidentada eliminación de las LEFI. El 10 de julio, el desarme de estos instrumentos liberó casi $10 billones en el mercado, muchos de los cuales no fueron absorbidos completamente. Así, la estrategia combinó tasas más altas y ventas en el mercado a término para contener la presión y achicar la brecha respecto a la banda superior del régimen de flotación. El costo de la intervención del BCRA en futuros no sólo manifestó la incapacidad para frenar el avance del dólar mediante este canal, sino que representó una nueva vía de emisión monetaria. Cada vez que la autoridad monetaria afronta una obligación como la liquidación de posiciones perdedoras en futuros, expande la cantidad de pesos en circulación. Aunque el monto involucrado en julio es relevante, no alcanza la dimensión del volumen monetario volcado al mercado durante el episodio del desarme de LEFI. En perspectiva, los casi $500.000 millones de pérdida equivalen a una expansión adicional, aunque mucho menor respecto del pico de liquidez registrado semanas atrás. La intervención en futuros, por su estructura, no compromete reservas internacionales. Sin embargo, al transferir una pérdida al balance del Banco Central, obliga a emitir pesos destinados al cumplimiento de esos contratos que, fácilmente, pueden terminar transformándose en demanda por divisas. Las consecuencias sobre la base monetaria dependen no solo del volumen en cuestión sino también de la capacidad de absorción que el propio BCRA logre mediante tasas, encajes o herramientas adicionales. Durante el mes, la actividad en el mercado de futuros alcanzó niveles máximos de la era Milei, acompañando la progresión del tipo de cambio hacia el techo de la banda cambiaria. La combinación de demanda sostenida, escasez de reservas y limitación operativa condicionó la táctica del BCRA, que acumuló posiciones vendedoras de alto riesgo y pagó el costo monetario al cierre del mes.

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