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Parana » El Once Digital
Fecha: 01/08/2025 03:30
Gero, el bebé trasplantado, volvió a casa y pasa unos días de alta en Chajarí. Gerónimo Marsilli, un bebé oriundo de Chajarí, fue dado de alta ambulatoria el pasado 14 de julio tras atravesar un trasplante de hígado en Buenos Aires, una intervención que le salvó la vida y que se concretó gracias a la donación de su tío, Franco Godoy. La historia de Gero, marcada por el diagnóstico temprano de atresia biliar, se convirtió en un símbolo de lucha y esperanza para toda la comunidad. Desde el alta, la familia se instaló en un hotel en la ciudad de Buenos Aires, desde donde acuden día por medio a controles médicos. No obstante, el lunes 28 de julio, Gero y sus padres regresaron por unos días a su casa en Chajarí, donde pudieron reencontrarse con sus seres queridos, publicó Chajarí al Día. La próxima semana retomarán su estadía en la capital para continuar con el tratamiento postoperatorio que exige un trasplante de hígado en bebés. “Vinimos a casa por unos días”, contó con emoción Dalma Godoy, la mamá de Gerónimo. En diálogo con Chajarí al Día, expresó su agradecimiento: “Este mensajito es para agradecer a todos los que se unieron en oración por él, para que hoy pudiera disfrutar. Las oraciones lo fortalecieron a él y a nosotros, y acá está el resultado”, señaló mientras se escuchaba al niño balbucear alegremente a su lado. El rol fundamental de su tío donante El trasplante fue posible gracias al gesto altruista de Franco Godoy, hermano de Dalma, quien decidió ofrecerse como donante tras presenciar una descompensación del pequeño en febrero. El 28 de abril, en el hospital Fernández de Buenos Aires, se le practicó la ablación y parte de su hígado fue trasladado al hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde se concretó el trasplante. Franco continúa en buen estado de salud, aunque aún se encuentra de licencia laboral. Cumple con los controles médicos cada dos meses, también en Buenos Aires. Su gesto fue determinante para que Gerónimo tuviera una segunda oportunidad de vida. Gero fue diagnosticado con atresia biliar a los 55 días de vida, una enfermedad que impide la correcta eliminación de bilis y deteriora el funcionamiento hepático. En agosto del año pasado, había sido intervenido con una cirugía de Kasai que no logró revertir el cuadro. Desde entonces, su salud se complicó con infecciones frecuentes y colangitis, lo que aceleró su inclusión en la lista de espera para un trasplante. Una historia acompañada por la comunidad La historia de Gerónimo ya había sido relatada por Elonce meses atrás, cuando el pequeño cumplió su primer año de vida internado en la Unidad 4 de Hepatología del hospital Gutiérrez. Allí permanecía bajo estricta observación tras el trasplante, con algunas complicaciones, como fiebre, pero con una evolución favorable. Rafael Marsilli, padre del niño, había señalado que cada internación dolorosa sumaba puntos en la lista de espera: “Era un proceso angustiante pero necesario para acercarnos a una solución definitiva”. Finalmente, esa solución llegó gracias a la voluntad de su tío y al equipo médico que llevó adelante el procedimiento. El caso de Gerónimo Marsilli conmovió a toda la comunidad de Chajarí, que lo acompañó con campañas solidarias y cadenas de oración. Hoy, con el regreso transitorio del niño a su ciudad natal, se renuevan las esperanzas de una recuperación plena.
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