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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/08/2025 20:50
Emilia Mernes adelantó su nueva canción: "Servidora" A lo largo de seis capítulos, Emilia Mernes fue abriendo poco a poco las puertas de su mundo. De afuera, todo parecía brillante, glamoroso y soñado, sin embargo, canción a canción, ella demostró que no todo es color de rosa. Cansada de los mandatos sociales y las imposiciones de belleza y perfección que reciben las mujeres, la joven de Entre Ríos alzó la voz para contar su verdad. Fue así como apuntó contra los estereotipos con los que lidian las mujeres y elaboró una respuesta a puro ritmo, pop y originalidad, la cual terminó de revelarse este jueves con el lanzamiento de su última canción “Perfectas”. ¿Qué es la perfección? ¿Por qué existe como parámetro para la validación?¿Qué nos provocan estas exigencia? ¿Qué pasa si no las cumplimos? Todas estas preguntas, y más, pasaron por la mente de Emilia al momento de construir su EP Perfectas. Emilia Mernes, Tini Stoessel y Nicki Nicole estrenaron su esperada colaboración Como si faltaran pistas para entender por completo el mensaje que Emilia ponía en el cielo -con temas como “Bunda”, “Blackout”, “Pasarella”, “Beautiful” y “Servidora”- la cantante lanzó una balada cargada de sentimientos. Lejos de la ironía y la exageración de las últimas canciones, esta vez la artista se entregó por completo y cantó, en detalle de las situaciones que enfrentan miles de mujeres. “Viendo chicas perfectas, sé que en el fondo no quiero ser esto, todas sonriendo y ninguna contenta, cuidando la pose por si hay alguien cerca, solo me tengo que convencer. Quiero sentirme bien”, expresa Emilia. Como si fuera poco, días atrás, Emilia se pronunció en redes sociales y compartió una carta dirigida a sus seguidores: una profunda reflexión sobre su nuevo trabajo discográfico y un grito abierto contra la perfección impuesta. “No hay forma de ser perfectas. La perfección no existe, es algo inalcanzable que nos hicieron creer que teníamos que ser, en especial a nosotras, las mujeres”, escribió, al destacar en voz alta lo que tantas prefieren callar. ¿Cuántas veces la presión ajena se impone como una mochila imposible de soltar? Con cada frase, la cantante desmontó las exigencias imposibles que la rodean en la industria de la música: “Me dijeron que soy un producto, que solo sirvo para ser linda, que tengo que estar siempre hot, pero no tanto…” Las críticas se multiplican en sus mensajes privados, en los comentarios de sus fotos, en las miradas fugaces o en las sentencias anónimas de las redes. “Que tengo que tener los mejores números, que no escribo mis canciones, que tengo que hacer otra música, que tengo que decir tal cosa, tal otra, pero no así. Que me tengo que vestir de cierta manera, mostrar menos, mostrar más, no tener errores, no enojarme, no ponerme triste, no sentirme mal”, enumeró. ¿En qué momento alguien se creyó capaz de decidir tanto sobre una persona? A lo largo del texto, Emilia confesó una de las inquietudes que la llevó a elaborar este EP: “Me dijeron mil veces lo que tenía que ser y hacer... y a veces, hasta me lo creí. Con este EP hice lo que quise, lo que sentí. Exageré todo. Me burlé, me fui a lo más irónico, y aun así, las exigencias continuaron”. Así, la joven dejó caer las etiquetas sin nostalgia: “No soy un robot, ni un maquillaje perfecto ni un maniquí de pasarela. Sí, me encanta ese juego de diva pop y no voy a dejar de hacer la música que me gusta con la estética que me gusta, pero todo eso no me define”. Tomó así distancia de los espejismos de la industria y se acercó, una vez más, a su versión más genuina. “Me cansé de leer críticas vacías, me cansé de que me digan lo que tengo que hacer. La perfección que dicen que yo vendo, en realidad, es la que ellos pretenden, y no existe. Porque no voy a dejar de equivocarme, no voy a dejar de cambiar, no voy a dejar de crecer”. Emilia Mernes presentó la portada de su EP Perfectas Por último, la cantante se refirió al sufrimiento que atravesó en esta etapa y dejó un mensaje de amor propio hacia sus fans: “Me costó un montón, pero aprendí a decirme cosas lindas y a seguir haciendo lo que me gusta, más allá de las expectativas de los demás. Sigan intentando ser felices siempre y hagan lo que les gusta, aunque quieran convencerlas de que no son suficientes o ‘perfectas’ para eso, se los digo y me lo digo: no busquemos afuera lo que hay dentro nuestro”. La primera etapa del camino, que sentó las bases de esta reflexión fue “Bunda”, la colaboración entre la joven de Nogoyá y la brasilera Luisa Sonza. En el clip, ambas popstars aparecían en un escenario de playa, luciendo bikinis ajustadas y haciendo twerking. La canción alentaba a los fans a dejar de lado las inhibiciones y enorgullecerse de su individualidad. En un giro inesperado durante el video, Emilia y Luísa se transforman, luciendo rasgos mejorados para adoptar la visión irónica del video sobre los estándares de belleza y la autoexpresión. El sentido mensaje de Emilia Mernes contra la exigencia por la perfección: “Me dijeron que solo sirvo para ser linda” Luego de esta primera canción llegó “Blackout”, su colaboración junto a Tini Stoessel y Nicki Nicole. El temo evocó al goce y al coqueteo atrevido, desafiando el concepto de “ser hot” en una declaración de independencia, autoconfianza y sensualidad. El tema invitaba a los fans a despojarse de las inhibiciones y abrazar su ser auténtico y sin filtros. La siguiente en causar todo tipo de sensaciones fue “Pasarella”, su tema junto a Six Sex. La canción fue más allá de la apariencia glamorosa con la que se presenta la cantante. Emilia utilizó tanto la letra como la puesta en escena para realizar una observación irónica sobre el consumismo contemporáneo y la búsqueda por pertenecer a ciertos círculos sociales. A través de un tono sarcástico, la cantante expuso las actitudes que muchas personas asumen en la vida moderna, condicionadas por la necesidad de actualizarse constantemente y mantenerse alineadas con las tendencias impuestas por la moda y el mercado. Estos conceptos continuaron tanto en “Beautiful” como en “Servidora”, temas en los que Mernes realzó la presión que sufre por alcanzar estándares de belleza cada vez más elevados y cómo estos repercuten en redes sociales, donde la tiranía de la viralidad marca las tendencias y la forma en la que cada quien se muestra en su perfil. La ansiedad de verse icónica, perfecta y brillante en cada situación solo por miles de likes.
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