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» La Capital
Fecha: 01/08/2025 00:41
Un juicio oral y público por un homicidio de 2022 dejó algo de claridad sobre lo que fue una de las disputas callejeras más violentas de los últimos tiempos en Rosario. Tres hombres fueron condenados este jueves a prisión perpetua por el crimen de Mauro Fleita , víctima ajena de una bronca entre bandas de los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial que la Fiscalía definió como "guerra narco". Fleita fue asesinado el 16 de mayo de 2022 cuando salía de una casa de Felipe Moré al 600 bis. Aquel homicidio fue el tercero ocurrido en esa cuadra en menos de un mes, todo enmarcado en un conflicto entre dos organizaciones criminales por la cual hubo al menos otros treinta asesinatos. "Estamos hablando de una guerra entre narcos que tuvo en vilo a nuestra ciudad" , explicó en su alegato de clausura de juicio la fiscal Georgina Pairola, a cargo de la investigación y la acusación. Desde fines de 2021 habían ocurrido varios ataques a balazos y homicidios con víctimas con prontuario pero también otras que eran ajenas al mundo del delito. Tal vez fue el crimen de Fleita el que comenzó a desentrañar un conflicto que para entonces era difícil de entender. Inmediatamente después del hecho la policía detuvo, tras una persecución que incluyó enfrentamiento, a los tres hombres que este jueves fueron condenados a perpetua. A partir de entonces la banda a la que pertenecían cayó en picada y a las pocas semanas fue desarticulada. El crimen de Mauro Mauro Fleita tenía 28 años, hacía changas de pintura y tocaba la guitarra en la iglesia evangelista de su padre en la zona norte. Para mayo de 2022 tenía planeado visitar a su madre en Zárate, por lo cual le había pedido a su ex novia que le devolviera un celular suyo para venderlo y así poder recaudar algo de dinero para los pasajes. Con esa intención, el 15 de mayo fue a la casa del padre de la chica, en Felipe Moré al 600 bis. En ese lugar no la encontró, pero sus familiares lo invitaron a cenar. Ya pasada la medianoche, cuando estaba por irse, fue asesinado a tiros. >> Leer más: Víctima ajena en una disputa sangrienta: piden perpetua para los asesinos de Mauro Fleita La secuencia la explicaron los testigos del hecho. La moto de Mauro tenía problemas en el encendido, por lo cual requería un empujón para arrancar. Uno de los familiares de la joven se ofreció a darle una mano. Mauro estaba arriba de la moto con su casco puesto cuando llegó un Ford Ecosport rojo. El vehículo frenó ya con las ventanillas bajas, desde donde se asomaron al menos tres sicarios armados. Todos los balazos dieron en Mauro, 19 en total, mientras que el otro hombre logró ponerse a resguardo detrás de un tapial. Policías que patrullaban cerca de ese lugar escucharon los disparos y minutos después iniciaron un operativo cerrojo con la colaboración de otros móviles. Al encontrar el Escoport en la zona de Solís y Junín iniciaron una persecución que duró varios minutos e incluyó un enfrentamiento. Al llegar a Matienzo y Mendoza los sicarios impactaron contra un cantero y quedaron varados. Ya cercados por otros móviles de la policía, fueron aprehendidos e identificados como Brian Leonel Herrera, Kevin Fabián Torres y Luis Andrés Soto, entonces de 20, 22 y 29 años. Tenían encima dos pistolas calibre 9 milímetros y un subfusil Uzi con capacidad para disparar 600 balas por minuto, pero que aquella noche no funcionó. Tres condenas a perpetua Durante el juicio oral y público iniciado la semana pasada, la fiscal Georgina Pairola expuso los roles de cada uno de los acusados. Indicó que Herrera conducía, Soto iba como acompañante delantero y Torres atrás. En los celulares que les secuestraron surgieron evidencias de que formaban parte de una banda criminal y que Mauro Fleita fue asesinado por error. Los sicarios buscaban a "Tortuga", un miembro del grupo rival que tenía parte de sus miembros en esa cuadra de Felipe Moré al 600 bis. >> Leer más: En las calles y en la Justicia continúa la guerra en Ludueña y Empalme "Se habla de que se dedican a esto, que cobran por ser asesinos a sueldo y defienden su trabajo aún ante sus propias parejas o familiares como si fueran actividades moralmente aceptadas", definió Pairola en su alegato de clausura de juicio. En la previa del ataque los involucrados conversaron por WhatsApp y decidieron qué vehículo utilizar y qué armas llevar. "El accionar de los acusados fue brutal, despiadado y cobarde. Dispararon desde un vehículo, de madrugada, contra una persona indefensa", continuó la fiscal. En ese contexto fue que solicitó la pena de prisión perpetua para los tres acusados. El tribunal compuesto por los jueces Alejandro Negroni, Carlos Leiva y Gonzalo Fernández Bussy aceptaron la condena solicitada por los delitos de homicidio calificado y agravado por el uso de arma de fuego entre otros delitos relacionados a la portación de arma y la circulación en un auto robado. Una guerra con protección de "la taquería" El día después del crimen de Mauro Fleita un testigo fue tajante al describir el trasfondo del ataque. "Nombren a Mauro Gerez. Es el que manda a tirar tiros, el que manda a todos los gatilleros", pidió a La Capital. "Esto es así, allá a dos cuadras hay un búnker, ponen a gente ahí a vender para los Riquelme. La guerra viene a ser Alvarado contra Cantero, eso es lo que se escucha acá", agregó. Durante el juicio, la fiscal Pairola expuso que los testigos que declararon aseguraron que "pasaban autos y motos disparando al azar a cualquier hora del día". En ese marco, pocos días antes del crimen de Fleita, en la misma cuadra había sido asesinado David Paredes, un hombre de 40 años que estaba en la puerta de una casa esperando a que su hija saliera de un cumpleaños. >> Leer más: Narcomenudeo y extorsiones: condenaron a los jefes de una banda que copó el barrio Ludueña Con el avance de esta investigación y la de otros homicidios en la zona comenzó a entenderse el conflicto que por entonces atravesaba a los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial. Dos bandas organizadas desde la cárcel de Piñero habían comenzado a fines de 2021 a disputarse el territorio mientras cada una había consolidado un esquema de extorsiones y venta de drogas en los dos barrios. Una era liderada por los hermanos Francisco y Jonatan Riquelme, para la Justicia ligados al narco Esteban Alvarado. La otra tenía como jefes a los reclusos Matías César y sus compañeros de pabellón Andy Benítez y Julián Aguirre y los investigadores consideraron que era una subestructura de Los Monos. En la calle este último grupo era coordinado por Mauro Gerez, nacido y criado en Ludueña y con capacidad de influir en jóvenes y adolescentes del barrio que funcionaban como el brazo armado de la organización. Además contaban con protección policial, puntualmente de la comisaría 12ª. En 2024 se supo que la noche en que mataron a Mauro Fleita, en el mismo auto que los sicarios iba Mauro Gerez, que esa noche estuvo en la seccional y luego fue liberado. Una maniobra de encubrimiento que quedó al descubierto en conversaciones que Gerez tuvo por WhatsApp: "Arreglé en la taquería. No llegué a la audiencia". >> Leer más: "Arreglé en la taquería": miembro de una banda criminal confesó protección de la comisaría 12º Finalmente Gerez, aunque mucho tiempo después que los otros involucrados, fue imputado como coautor del asesinato de Mauro Fleita. Como parte del grupo en otra causa fueron imputados agentes policiales que son familiares de otros miembros de la organización, pero hasta ahora no fueron identificados los funcionarios de la comisaría 12ª sospechados de encubrir a la organización que estuvo detrás de la "guerra narco" que dejó al menos 30 muertos en los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial.
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