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Parana » Informe Digital
Fecha: 26/07/2025 07:42
La Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) anunció este viernes la prohibición para la aseguradora La Nueva de emitir nuevos contratos, tal como se informó en Infobae y se publicó en el Boletín Oficial. Esta decisión ha generado inquietud entre los usuarios de la compañía, principalmente taxistas y remiseros, ya que La Nueva ha enfrentado problemas desde mayo, momento en el que se le inhibieron los bienes por falta de solvencia. La medida de hoy representa un segundo paso, al no registrarse cambios favorables en las finanzas de la empresa. La Nueva opera bajo un esquema cooperativo en el que los asegurados son también sus asociados, y cuenta con un consejo administrativo similar al de una empresa tradicional. La SSN establece que todas las compañías de seguros deben cumplir con parámetros de solvencia y liquidez, y cuando una empresa presenta desajustes entre sus activos y pasivos, la autoridad toma medidas graduales de control. Inicialmente, puede inhibir la disposición de bienes, permitiendo a la aseguradora continuar vendiendo productos. Sin embargo, si la situación se considera una amenaza para los intereses colectivos o futuros, se prohíbe la emisión de nuevas pólizas, como ocurre en este caso. El funcionamiento de la aseguradora implica que cada póliza activa representa un pasivo eventual. Si un afiliado presenta un reclamo por robo o siniestro, la compañía debe establecer una reserva específica para cubrirlo. En cuanto a los activos, las aseguradoras invierten en inmuebles, títulos, plazos fijos y otros instrumentos financieros. Mantener un equilibrio entre estas dos variables es vital. Si el total de pasivos excede el valor de los activos de respaldo, la autoridad regulatoria debe intervenir. Qué pasará con los clientes En este contexto, han surgido preguntas sobre el futuro de los afiliados. La primera aclaración es que la medida no afecta a los contratos vigentes. Los asegurados con pólizas activas pueden continuar pagando sus cuotas o rescindir el contrato para cambiarse a otra compañía. Expertos del sector señalan que, en situaciones como esta, es común que la empresa afectada comience a perder clientes, quienes evalúan el alto riesgo de permanecer con una firma insolvente y optan por cambiar de aseguradora. Este escenario puede agravar la situación de la compañía, que no solo dejará de vender nuevas pólizas, sino que también enfrentará, probablemente, una significativa pérdida de afiliados. “Lo más probable es que, bajo las actuales circunstancias, si un asegurado ha tenido un siniestro recientemente, la empresa no pueda responder”, coincidieron dos expertos en el mercado asegurador. Esta situación no es un hecho aislado en el mercado local, ya que en tiempos recientes otras compañías también han enfrentado crisis similares y han cerrado sus operaciones. El caso de Orbis Seguros ilustra este proceso, que culminó en autoliquidación debido a insuficientes reservas para cubrir sentencias y reclamos. Uno de los factores que han impactado las finanzas de La Nueva está relacionado con la alta siniestralidad en el sector en los últimos años, así como el aumento abrupto en los costos de repuestos de automóviles, que han superado el ritmo de la inflación. Este desajuste ha llevado a que, mientras los siniestros aumentan rápidamente, las inversiones de las aseguradoras crecen a un ritmo mucho más lento. La brecha se amplió aún más debido al creciente peso de la litigiosidad. No solo han aumentado los robos y siniestros denunciados, sino que también numerosas sentencias judiciales por montos significativos han recaído sobre la compañía, afectando seriamente sus reservas. Esto ha tenido un impacto directo tanto en la capacidad de La Nueva para cumplir con sus pagos como en el interés de la autoridad supervisora. “Lo que más les afectó fue una sentencia de un juicio que tenían, que obligó a la empresa a pagar una suma exorbitante. Esto fue el detonante que hizo que las reservas que tenían no cubrieran de inmediato los pasivos”, aseguró una fuente bien informada sobre el caso. En este panorama, surge otro aspecto fundamental: el papel de la Superintendencia en todo el proceso. Este organismo exige balances trimestrales y controla que las compañías mantengan márgenes de solvencia adecuados. Cuando detecta una desviación, solicita la presentación de un plan de adecuación que requiere el aporte de capital o correcciones contables. Si la entidad no logra sostener dicho plan, las restricciones se intensifican, como está sucediendo ahora. “La Superintendencia está para controlar que el mercado asegurador sea solvente y para garantizar que los asegurados sepan que pueden contar con una compañía operativa frente a un siniestro”, destacó a este medio el director ejecutivo de la Asociación de Aseguradores Argentinos (AAA), Daniel Salazar. Apelación de la medida Cuando la Superintendencia prohíbe la emisión de nuevos seguros, el flujo de caja de la empresa se ve considerablemente reducido. Sin nuevas ventas, la firma depende de sus fondos propios y de los ingresos generados por las pólizas activas. Esta restricción no implica de inmediato la liquidación, ya que existe la posibilidad de apelar la medida y presentar nuevas propuestas para normalizar la operativa. Sin embargo, este proceso suele ser prolongado y genera incertidumbre tanto para quienes gestionan la firma como para los asegurados. Los asegurados han realizado consultas sobre la posibilidad de presentar reclamos ante un siniestro y los pasos a seguir para preservar sus derechos. La recomendación inicial de las fuentes del sector es cumplir con la denuncia del siniestro según las condiciones contractuales, aportando la documentación requerida y notificando a las compañías que intervengan en un evento multiactor. Es fundamental presentar los reclamos ante la empresa, incluso cuando la situación de los pagos sea incierta, ya que la obligación de denunciar persiste. ¿Podrán cobrar los clientes un siniestro reciente? Otra inquietud latente es si los clientes podrán cobrar un siniestro reciente. Actualmente, la compañía enfrenta dificultades para cumplir con los pagos, pero las obligaciones contractuales continúan vigentes mientras la empresa conserve su matrícula y no ingrese formalmente en un proceso de liquidación. Las demoras pueden aumentar debido al embargo de cuentas y la falta de liquidez, especialmente ante la acumulación de sentencias judiciales desfavorables y la imposibilidad de acceder a mercados para reforzar su capital. El riesgo para los clientes radica en que la aseguradora no logre cumplir con sus compromisos. Si la situación se deteriora y la Superintendencia avanza con nuevas medidas, como una intervención directa o la liquidación, los asegurados pueden perder la protección o enfrentar restricciones en el cobro de sus indemnizaciones. Ante esta eventualidad, las fuentes del mercado aconsejan buscar una alternativa y transferir la cobertura a otra compañía, previo aviso y rescisión formal del contrato con La Nueva. “Es importante aclarar que el responsable de un hecho sigue siendo el causante. La aseguradora participa y paga en función del contrato. Y si la compañía —en este caso La Nueva— llegara a la liquidación (lo cual aún no ha ocurrido), sólo quedará el deudor original”, enfatizó Salazar. La persona afectada podría iniciar un juicio contra el causante del siniestro, aunque esto no es lo habitual. El sector asegurador argentino opera en un contexto de intensa competencia, con cerca de 170 empresas y casi 100 compañías activas en el segmento automotriz. Esta estructura dificulta un control gubernamental directo sobre los precios, aunque tanto el mercado como la supervisión estatal establecen ciertos márgenes y marcos de acción. Los asegurados deben evaluar opciones verificando la situación financiera y el historial de cumplimiento de cualquier nueva empresa antes de formalizar un traspaso. Los expertos destacan que, cuanto más caro es un seguro, mayor es la confiabilidad en términos de futura respuesta indemnizatoria. Es crucial que quienes decidan cambiar a otra compañía de seguros mantengan todos los comprobantes de pago de la póliza actual, la documentación respaldatoria de denuncias y reclamos, y notifiquen a la nueva empresa sobre cualquier siniestro anterior o situación pendiente. Esto facilita la continuidad de la cobertura y permite gestionar mejor cualquier evento que surja durante la transición.
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