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» Diario Cordoba
Fecha: 25/07/2025 09:20
Gabriela Salazar es mexicana, de Valle de Bravo, estudió Arquitectura de Interiores en Londres, donde empezó su curiosidad por las plantas. Este año, la Musa de las Flores (así se la conoce en el mundillo) será una de las artistas invitadas a participar en el Festival Flora, que tendrá lugar en Córdoba del 13 al 23 de octubre. Trabajará en el patio del reloj de la Diputación de Córdoba, un espacio que visitó el pasado mes de mayo cuando compartió algunas impresiones sobre esta cita , las flores y sobre la ciudad. -¿De dónde le viene su pasión por las flores? -Ya llevo doce años trabajando con ellas. Mi pasión empezó cuando descubrí el poder que tienen las flores para transformar no solo el espacio en el que vivimos sino la sensación que tenemos del espacio, lo que sentimos en ese espacio. Me daba mucha curiosidad comprobar que podemos poner muebles, mesas, sillones..., pero una estancia se transforma realmente cuando incorporamos una planta, es ahí cuando se siente con vida, es ahí cuando la gente dice yo vivo aquí, ya estoy en este lugar. Un día fui al mercado de las flores de Londres y tuve la sensación de que yo estaba destinada a trabajar con flores, no me quedó la menor duda. Fui al mercado y supe que ese sería mi camino, que eso era lo que quería hacer, lo sentí con tanta claridad que dejé todo lo que estaba haciendo para dedicarme a las flores. Ahora trabajo con flores en eventos, en bodas dentro y fuera de México, hago jardines y tengo mi jardín donde cultivo mis propias flores para hacer mis diseños. Esa conexión con el jardín, con ver crecer las flores ha hecho que cambie mi manera de ver el diseño, algo que está muy conectado al proceso de cultivarlas, porque me genera una conexión muy íntima con ellas. -¿Qué importancia tienen las flores en la cultura mexicana? -Increíble, es un país en el que el mercado de las flores abre los 365 días del año. Creo que es el único del mundo que lo hace. En México, hay un puesto de flores en cada esquina, es un poco como en Córdoba, eso es lo que me ha encantado de la ciudad, esta cosa de ver los patios y cómo la gente los cuida y los mima. En México, ocurre algo parecido, las flores acompañan la vida, son una parte de la vida cotidiana, sin ninguna pretensión, es como el pan de todos los días, están ahí acompañando, en eso siento que se parece a Córdoba porque en México, las flores son todo. La artista floral mexicana Gabriela Salazar. / Manuel Murillo -¿Es su primera vez en Córdoba? -Sí, es la primera vez que vengo. Conocía Andalucía, pero no había venido a Córdoba y me encanta esta ciudad que parece un pueblo porque tiene esa cosa como muy cálida, de callecita, de ir caminando y ver el patiecito y las personas sentadas en él, todas esas macetas colgando, los geranios... Me encantan los naranjos que están por todos lados y los cítricos, los jazmines. Se ve que es una ciudad en la que la Naturaleza es una parte fundamental de su estética. -¿Había oído hablar de Flora? -Sí, lo he seguido y creo que el año pasado fue mi año favorito, estuve muy pendiente de lo que se hacía porque vinieron artistas florales que yo admiro mucho, como Emily Thompson, The Humid House, y Coyote. Había muchas instalaciones que me llamaban la atención, quería ver cómo las hacían. Flora es un proyecto que me gusta mucho, por esa idea de promover la cultura y la tradición a partir del diseño y el arte floral. -¿Le ha gustado el patio que le ha tocado? -Me encanta el patio del reloj de la Diputación, me inspiró mucho desde que recibí las fotos. Vi lo que hicieron el año pasado en él, donde estuvo la instalación ganadora. Es un espacio que tiene su cosa íntima, es más pequeño que otros y eso me gusta porque mi trabajo tiene mucho que ver con el detalle, la escala es correcta para mí. Trabajar con flor local y de temporada no es sólo más sostenible sino también más bello -¿Cómo definiría su estilo floral? ¿Qué vamos a encontrar en su instalación? -Yo creo que mi estilo se define por la gran admiración que siento por la naturaleza. Siempre tengo un deseo muy profundo de conectar con cada una de las flores con las que trabajo y espero poder hacer que la gente admire el mundo vegetal que nos rodea y tener un poquito más de pasión y de respeto por el mundo natural que se nos ha dado. -¿Tiene una flor fetiche? -No, todas las flores son divinas. Aunque hay una flor que siembro mucho en mi jardín, la dahlia, que es la flor nacional en México. Colecciono variedades de dahlias de todas partes del mundo porque las amo, me fascinan. -¿Sabe ya qué flores utilizará en su instalación? -No, aún no lo tengo claro. -El tema de este año es el futuro. ¿Qué le sugiere? -Creo que el mensaje que tenemos que dar los artistas florales o los paisajistas es que debemos respetar profundamente la Naturaleza y dejar de destruirla. Tenemos que agradecer todos los días el aire que respiramos, el poder estar en contacto con los árboles que nos rodean, allá donde vivas, ese respeto es necesario, sin eso la vida será mucho más difícil en el futuro. -Uno de los pilares de Flora es la sostenibilidad. ¿Es un elemento que tenga en cuenta cuando crea sus instalaciones? -Los floristas tratamos de tenerlo en cuenta en lo posible, pero todo el mundo sabe que la industria de los eventos tiene unas exigencias que no van siempre de la mano, al 100%, con la sostenibilidad. Aunque por supuesto, uno de los mensajes que intento transmitir siempre que puedo es que hay que trabajar con flor local y de temporada porque eso es algo que no solo es más sostenible, sino también lo más bello. Y es que cada planta, cada flor responde mucho más óptimamente en el espacio del que es. Por eso, trato de encontrar proveedores o granjas locales cuando voy a otro lugar, para incorporar las flores y las plantas locales. -¿Qué mensaje le gustaría lanzar a las generaciones del futuro a través de su obra? -Me gustaría que la gente joven tenga una conexión cada vez más íntima con las flores y con las plantas. Porque a todo el mundo le gustan las flores, sea joven, mayor, niño, mujer u hombre, tienen esa cosa de que te hablan directo, te conectan, son bellas, sin más y ese es un lenguaje universal y fácil. Suscríbete para seguir leyendo
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