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  • Dos dilemas nacionales:los cipayos y la trampa de la deuda perpetua

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 18/07/2025 07:02

    Por Luis Esterlizi (*) Los cipayos ¿Que es un cipayo en política? La noción de su significado comenzó a emplearse para identificar al individuo que, por razones ideológicas o a cambio de dinero, defiende intereses foráneos o ajenos. En ese sentido, un cipayo es una especie de mercenario o “secuaz a sueldo. En Argentina se popularizó a través de figuras como Arturo Jaureche, quien lo utilizó para denunciar a los que consideraba colaboradores de intereses foráneos. En resumen, “cipayo” se usa en Argentina para acusar a quien traiciona los intereses nacionales y favorece a potencias extranjeras, ya sea por convicción ideológica o por motivos económicos o por ambos (Wikipedia). La trampa de la deuda perpetua Según el licenciado Héctor Giuliano -especializado en deuda externa-, en el mundo hay un exceso de dinero que se utiliza para asistir a aquellos gobiernos o Estados que sólo están respaldados por grandes reservas de materias primas, commodities, combustibles fósiles, etcétera pero corrompidos económicamente, por lo cual los organismos financieros internacionales -de los cuales muchos son fondos especulativos- utilizan lo que se llama “la trampa de la deuda perpetua”. Giuliano lo señala como un verdadero sistema compuesto por varios elementos que les facilita prestar dinero a los países que no tienen capacidad de pago, consolidando un sistema usurario, en el cual los intereses que generan las cuotas impagas se convierten en más deuda. Si se tiene en cuenta que Milei -como agente adelantado de sus mandantes, entre los cuales se incluyen los fondos buitres- generó este modelo económico artificioso para destruir al Estado, realizar el ajuste consecuente y, de esa manera, cumplir con el pago de los vencimientos de deudas. Por eso obtuvo un salvataje similar al que le dieron a Macri, de 50.000 millones de dólares, continuando con la trampa de la deuda perpetua. Lo que muchos jóvenes desconocen “En el caso de Argentina, la trampa de deuda perpetua comenzó a partir del período 1976-1983, cuando el Estado argentino, en manos de la Dictadura militar, impuso claramente las nuevas reglas de juego. Dicho gobierno contó entonces con una situación de pleno poder político, con los partidos disueltos, los sindicatos intervenidos y un clima de temor generalizado. Actuó entonces en el plano económico, en ejercicio de esa potestad absoluta, para fijar dos de los precios básicos de la economía, que son los salarios y el tipo de cambio; implantar un nuevo sistema financiero que tuvo como eje la elevada tasa de interés activo y la garantía estatal a los depósitos; promover un endeudamiento externo, sobre todo a través de créditos tomados por empresas públicas; estimular las importaciones mediante la política de apertura comercial indiscriminada y la subvención implícita que significó el retraso cambiario; etcétera. El modelo económico aplicado en ese período no surge -como en el mito liberal- de la actuación de las fuerzas y reglas del mercado sino de la aplicación de una enérgica política gubernamental, en un Estado con un grado máximo de autoritarismo” (extracto del libro La perversa deuda, de Alfredo Eric Calcagno, pág. 31). De este extracto del análisis de Calcagno sobre la economía del período 1976-1983 surge la coincidencia y similitud con el modelo económico que hoy aplica Milei en su gobierno -con el agravante de haber avanzado maquiavélicamente con la destrucción del Estado y las instituciones creadas libremente por los argentinos-. Esto es posible por la crisis montada sobre el endeudamiento perpetuo de Argentina y la decadencia de una dirigencia que orilla los conceptos del cipayismo. Cuarenta años de gobiernos “democráticos” (1983 – 2023) En los años 70, Perón en su tercera Presidencia y después de su fallecimiento el 01 de julio de 1974 y el consecuente golpe de Estado a Isabel Martinez el 24 de marzo de 1976, la dictadura militar -la más sangrienta de la historia- toma el gobierno con una deuda externa de aproximadamente 9.000 millones de dólares y le entrega al presidente Raúl Alfonsín una deuda que superaba 45.000 millones de dólares. De allí en adelante, sea por negligencia de distintos gobernantes, crisis económicas con situaciones extremas como la del 2001/02, o sucesión de varios gobiernos con sus más y sus menos, llegamos al mandato de Alberto Fernandez el 10 de diciembre de 2019, recibiendo una deuda neta de la administración de Mauricio Macri de US$333.545 millones. Finalmente, por estos motivos que derivan en muchos casos por corrupción, latrocinio y toma de deudas que son investigadas en la Justicia, el endeudamiento que recibió Milei finalmente fue de US$425.556 millones. Al cabo de un año de gestión libertaria, la deuda aumentó en US$41.000 millones y alcanzó la cifra de US$466.688 millones. Por lo tanto, la deuda actual, con Milei presidente, sin contar deudas provinciales, municipales y de algunos otros organismos, está orillando 500.000 millones de dólares. En ese sentido, debemos entender que la demanda de la jueza Prezka, por 51% de las acciones de YPF responde al reclamo de fondos buitres que -imperturbables- avanzan con su idea de adueñarse de las reservas estratégicas nacionales. Definitivamente, la corrupción entre gobiernos, el FMI y fondos buitres, debe terminar, empezando por suspender pagos, investigar las ilegalidades y reconocer las deudas constitucionalmente. Finalmente, negociar los compromisos de pago. Consideraciones generales Ningún país podrá ser considerado en “vías de desarrollo” si los sucesivos gobiernos que lo conducen no mantienen inalterables cuestiones “esenciales” como la independencia política, la libertad económica y la justicia social. Estos tres aspectos son los que el presidente Milei no sólo no tiene en cuenta sino que -además- avanza en la estrategia de entrega total de Argentina a decisiones de la trilogía imperialista de EEUU, Inglaterra e Israel. Esta triste realidad muestra las terribles consecuencias que sufren los argentinos por el manejo arbitrario de dirigentes que muestran rasgos emparentados con el cipayismo, mientras Milei nos introduce de sopetón en una guerra, nos hace dependiente de las decisiones del presidente de EEUU, deposita los lingotes de oro de las reservas nacionales en bancos de Inglaterra y aplaude el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Por último, lo sucedido en el Congreso de la Nación ante la movida política de la mayoría de gobernadores, permite aprobar leyes que elevan las pensiones y jubilaciones, prorroga la moratoria previsional, declara la emergencia en discapacidad y retribuye fondos coparticipables como los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) más el impuesto a los combustibles. Claro desafío contra la política de ajuste fiscal del Ejecutivo. ¿Este proceso marca realmente un cambio definitivo y trascendente contra las estratégicas que impulsa Milei por ser agente adelantado de EEUU, Inglaterra e Israel, o es una oportunidad para que los gobernadores sostengan sus economías provinciales y fortalezcan los apoyos electorales? Al cierre de este artículo llega la información del Indec, sobre el índice inflacionario de junio de 1,6% (que aceleró por primera vez en tres meses) y desmintió anticipos que auguraban dos por ciento. Por eso, hay aspectos de la realidad que instalan un dejo de dudas sobre el manejo del Indec: Caída estrepitosa del consumo de pan, verduras, frutas y carnes, con el cierre respectivo de miles de comercios. Los índices más altos: Educación (3,7%), vivienda, agua, electricidad, combustibles y otros (3,4%). Por lo tanto, la disminución de la inflación por caída del consumo nos lleva hacia una constante: producir el deterioro en la calidad alimentaria y la desaparición de miles de proveedores y pymes productivas, industriales y comerciales. Además, en los primeros días de cada mes, como en julio, se observa el desplazamiento de miles de argentinos hacia los países limítrofes, donde todo es más barato. Esto ratifica que hay sectores de clase media alta y clase alta que aplauden la baja de la inflación, mientras muchos sectores viven la angustia y los lamentos de miles de productores nacionales ante la libre introducción de materias primas, frutas, incluso carne y pollo, como ropa, cubiertas, autos, etcétera, que destruye el trabajo y la producción nacional. El futuro dirá qué consecuencias nos deja el resquebrajamiento del artificioso plan económico de Milei, que hace malabares para sostenerlo, frente a la posible caída de apoyos de capitales y organismos internacionales e incluso del propio mercado, como así también lo dirá, la firmeza en la lucha emprendida por el pueblo organizado con miles de entidades intermedias proponiendo la recuperación de la ética, la moral como la claridad y firmeza ideológica para defender Argentina. (*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba

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