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Parana » Informe Digital
Fecha: 08/07/2025 15:11
Con motivo de conmemorarse hoy el Día de la Conservación del Suelo, en honor al doctor Hugh Bennett, pionero en esta disciplina a nivel internacional, se presenta el libro Conservación del Suelo. Historia, Logros y Protagonistas, escrito por los ingenieros agrónomos Patricia Carfagno y Roberto Casas. La obra tiene como objetivo rescatar información dispersa sobre las primeras experiencias en la conservación de suelos en el país, consolidar principios que aún sustentan las prácticas actuales y rendir homenaje a los técnicos y profesionales que establecieron las bases de esta especialidad hace más de 80 años. Prácticas como la labranza subsuperficial, el manejo de rastrojos, la rotación de cultivos y el pastoreo rotativo ya eran propugnadas por pioneros como el ingeniero Casiano Quevedo en la década del 40, y hoy continúan siendo fundamentales. El libro se organiza en ocho capítulos que abordan los principales hitos en la conservación del suelo en Argentina. Incluye antecedentes históricos sobre la erosión y acciones institucionales frente a crisis ambientales, como las sequías del siglo pasado en la Región Pampeana Semiárida, que motivaron la creación en 1944 del Instituto de Suelos y Agrotecnia. Este organismo impulsó los primeros estudios sistemáticos y campañas educativas sobre la temática, estableciendo las bases de una política pública dirigida a frenar la erosión hídrica y eólica. Las visitas del doctor Bennett a Argentina en 1950 y 1957 fueron determinantes para instalar el concepto de “conservación de suelos” en la opinión pública. A esto se sumó la creación del INTA en 1956, con un programa específico dedicado a conservar el potencial productivo de los suelos y recuperar áreas degradadas. Su primer coordinador, el ingeniero Antonio Prego, organizó equipos técnicos en todo el país que fortalecieron el desarrollo de tecnologías y capacitaciones en el manejo de suelos. Roberto Casas y Patricia Carfagno, autores del libro, autores del libro “Conservación del Suelo. Historia, Logros y Protagonistas” Otro avance clave fue la fundación de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (AACS) en 1958, producto de la incorporación de científicos locales a la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo. En 1964 se organizó el Segundo Coloquio de Tecnología de Suelos, donde se delineó un Programa Nacional de Conservación de Suelos. Desde entonces, la AACS reúne a investigadores y técnicos comprometidos con la protección del recurso suelo. El libro también resalta el surgimiento de organizaciones de productores que promovieron activamente la conservación desde la experiencia en el campo. En 1957 se fundó CREA, con el objetivo de aplicar técnicas para restaurar la fertilidad del suelo, y en 1989 se creó Aapresid, promoviendo la siembra directa y estableciendo un modelo productivo sostenible, revolucionando así la agricultura argentina. En cuanto al marco legal, los autores analizan el recorrido de iniciativas legislativas orientadas a la conservación del suelo, incluyendo la Ley Nacional N° 22.428, que sigue vigente aunque carece de financiamiento. A pesar de sus limitaciones, esta norma fue crucial para la expansión de la tecnología conservacionista, la capacitación de técnicos y el fomento de leyes provinciales, como las de Entre Ríos y Córdoba, que actualmente sostienen políticas activas en este tema. También se recuerda la creación del Centro para la Promoción de la Conservación del Suelo y el Agua (Prosa) en 1984, en el ámbito de la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Fecic). Bajo la dirección del ingeniero Prego, Prosa articuló una red informal de conservacionistas a nivel nacional, integrando instituciones públicas, privadas y profesionales independientes. Finalmente, los autores esperan que esta obra cumpla la función de mantener viva la memoria sobre las razones que llevaron a tomar conciencia sobre la erosión y degradación del suelo, así como de revalorar principios y prácticas que siguen siendo esenciales frente a los desafíos actuales. “Hoy sabemos cuáles son las consecuencias de no actuar —afirma el texto—. Apliquemos los conocimientos que nuestros maestros nos legaron”. El libro fue presentado en la sede de la Fecic, ubicada en Moreno 431, CABA.
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