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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 07/07/2025 22:52
Cada 7 de julio se conmemora en la Argentina el Día Nacional de la Conservación del Suelo, desde que fue decretado por el presidente Arturo Illia en 1963. Cuatro años antes, el 7 de julio de 1960, había fallecido el doctor Hugh Hammond Bennet pionero en el campo de la conservación de suelos en los Estados Unidos. Era el jefe del Servicio de Conservación de Suelos, una agencia federal ahora conocida como el Servicio de Conservación de Recursos Naturales. Bennett nació cerca de Wadesboro, en Carolina del Norte, y se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en 1903. Después se convirtió en topógrafo y realizó estudios de suelos tanto en los Estados Unidos como en otros países, a partir de los cuales se convenció de que la erosión del suelo era un grave problema que enfrentaba el planeta. Los esfuerzos de Hammond cambiaron la mentalidad de los agricultores estadounidenses hacia la conservación del suelo y, como director del Servicio de Conservación del Suelo, los ayudó a aprender nuevas formas de cultivo que protegían el suelo y preservaban la fertilidad. En el plano local, las enseñanzas de Bennett fueron recogidas por la comunidad científica y productiva y hoy la conservación del suelo constituye una búsqueda central de buena parte del sector agrícola. “Los principales problemas que afectan los suelos de nuestro país son la erosión hídrica y eólioca”, indicó en 2022 Patricia Carfagno, investigadora del Instituto de Suelos del INTA. En esa línea remarcó que “actualmente un 36 por ciento del territorio argentino está afectado por esta problemática”. En efecto, según datos del INTA, el 26 por ciento del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas. Otro problema fundamental de los suelos es la pérdida de nutrientes asociado a la erosión y la baja reposición de los mismos, ya qye sólo se reponen el 30 por ciento de los nutrientes que se extraen, explicó la profesional. Esto lleva a un empobrecimiento de los suelos con pérdida de su fertilidad. El tercer problema es la salinización y sodificación que amenaza los ecosistemas y la producción agrícola. La Argentina tiene una gran superficie con suelos salinos-sódicos, distribuidos en diferentes regiones del país, preferentemente en ambientes áridos y semiáridos, ubicados hacia el oeste del territorio.
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