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  • Diez años sin Paco Molina: «Cuando no le recordemos estará desaparecido»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 29/06/2025 07:20

    Hace diez años que desapareció su hijo y la familia de Paco Molina continúa avanzando. Colabora, en la medida de sus posibilidades, en la investigación policial sobre su paradero, pero también trabaja para ayudar a otras víctimas. Isidro Molina, su padre, está convencido de que «cuando no le recordemos es cuando estará desaparecido». Siempre responde al teléfono y es que no lo ha vuelto a apagar desde el 2 de julio de 2015, cuando vieron por última vez a Paco. Afirma que ese día «se me paró el tiempo». Desde entonces, la familia «ha aprendido a sobrevivir sin él». A sus 62 años, también admite que «estamos realmente cansados de todo lo que conlleva esto, pero es lo que nos ha tocado vivir. No me puedo pemitir el lujo de no seguir buscándolo. Tenemos que saber qué pasó. Nuestra vida está dedicada a eso». El próximo miércoles, 2 de julio, la Asociación de Familias de Personas Desaparecidas (Afadecor) ha convocado una concentración, a las 10.00 horas, ante la Subdelegación del Gobierno de España. La finalidad es concienciar sobre la importancia de «no olvidar, seguir buscando y mantener viva la memoria de Paco y de tantas otras personas desaparecidas en nuestro país». Previsiblemente, el acto contará con la asistencia de numerosas instituciones públicas y entidades, el Centro Nacional de Personas Desaparecidas (CNDES) y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el periodista Paco Lobatón, promotor de la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global. De acuerdo con la información del CNDES, al cierre de 2024 Córdoba tenía 174 personas desaparecidas y en España había 16.147. De ellos, el 47% son menores de entre 13 y 17 años de edad. Paco tenía 16 años cuando se le vio por última vez y ahora tiene 26. Declarar la muerte Transcurridos los diez años de la desaparición, la familia puede declarar el fallecimiento de la persona, lo que facilita la resolución de trámites como una herencia, un contrato o un préstamo donde el desaparecido sea titular. «A nosotros se nos plantea ahora la situación, pero antes de dar el paso tengo que ver cómo queda el caso de Paco», explica su padre. Desean que tanto el procedimiento judicial como la investigación policial sigan adelante hasta localizarle. Afadecor reclama desde hace años un estatuto para las personas desaparecidas, para «que tengan todos sus derechos por si aparecen en algún momento, pero que no se dificulte el día a día del resto de la familia», explica Isidro Molina. «Si nos pasa algo a mi mujer (Rosa) o a mi, creamos un verdadero problema a los que se quedan. Legalmente, es difícil hacerse cargo de la herencia, porque falta uno de los herederos», cita a modo de ejemplo. Así, «ahora tenemos que pasar el mal trago de tener que dar por fallecido a tu ser querido, es tremendo», señala. Recientememte, el Congreso ha abordado el impulso de ese estatuto en una comisión, pero Isidro Molina recuerda que «en 2019 ya se celebró la primera comisión y seguimos igual». Es por ello que Afadecor ha iniciado reuniones con diputados y senadores para solicitar su apoyo en este objetivo. Isidro Molina, padre de Paco Molina, desaparecido hace una década. / Víctor Castro Dormir en casa de un amigo El 2 de julio de 2015, Paco Molina avisó a su familia de que dormiría en casa de unos amigos. Su padre le llamó por teléfono para preguntarle y le pidió que no se acostasen tarde. Al día siguiente, se percataron de que su móvil no tenía movimiento desde las 00.17 horas. Cuando llamó a esos amigos, le informaron de que no había dormido allí y marchó a la comisaría a denunciar la desaparición. Paco Molina tiene un hermano apenas un año menor que él y su padre admite que «le ha tocado vivir una adolescencia muy complicada. La situación en casa era tremenda. Esto destroza a cualquiera». En 2018, la familia impulsó Afadecor para trabajar por su hijo y por otros desaparecidos. Madrid o Córdoba «Cuando viajo, voy con los ojos que parezco un sapo. He ido varias veces a Madrid y mira que hay gente, pues no se me escapa ninguno, pero no damos con Paco», lamenta. En esta búsqueda incansable, Isidro destaca la atención «excepcional» de la UDEV. Ya se han cerrado «muchas líneas de investigación», según precisa, pero mantienen dos vías abiertas. Paco ha sido buscado en lugares tan lejanos como Sudamérica e Iraq. Según describe su padre, la Policía baraja dos posibilidades, que fuese el chico visto en la estación y llegase a Madrid, o que no saliese de Córdoba. «En un 99% me agarro a que se fue a Madrid. Si no salió de Córdoba, sería más grave», reconoce. Isidro Molina lamenta que no se hayan revisado las conversaciones de Whatsapp de su hijo y entiende que, dada su juventud, «ahí está la clave». «Pedí que se miraran y no lo conseguí, y ahora veo en las noticias que los whatsapp del fiscal general del Estado se han volcado en dos días», critica. Hace una década que se perdió el rastro de Paco y la familia sigue abierta a todas las posibilidades. «Puede ser que esté retenido, que no esté en España, que haya tomado la decisión de vivir su vida... No puedo descartar nada», afirma su padre. Suscríbete para seguir leyendo

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