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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/06/2025 12:31
Barras de oro de 24 quilates en West Point Mint, Nueva York, el segundo mayor depósito de oro en EEUU REUTERS/Shannon Stapleton/ Desde mediados de 2023, cuando su precio se encontraba aún por debajo de los USD 2.000 la onza, el oro no hizo más que subir, con breves pausas y pasitos atrás para volver a arremeter. Este viernes la cotización cayó 1,5%, por debajo de USD 3.270 la onza, completando una baja de 3% en la semana, que el portal Trading Economics (TE) atribuyó al aflojamiento de las tensiones políticas por el conflicto en el Golfo Pérsico y la consiguiente reducción de la demanda de “activos seguros”, categoría de la que en los últimos meses parece haber sido excluido el dólar. Más allá del retroceso semanal, lo cierto es que, aunque unos 200 dólares por debajo del nivel que había alcanzado en abril, en el pico de incertidumbre económica global por los “aranceles recíprocos” que anunció Donald Trump, el oro acumula un aumento del 25% en lo que va del año y según TE su cotización luce sostenible debido a una ola de compras por parte de Bancos Centrales y la expectativa de una próxima baja de la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal, el Banco Central de Estados Unidos. Cuando aún era uno de sus funcionarios, Trump le había pedido a Elon Musk, el entonces mandamás del “Departamento de Eficiencia Gubernamental” que chequeara cuánto oro había efectivamente en Fort Knox, Texas, el mayor depósito, con 54% de existencias (propias y en custodia) del metal precioso en EE.UU. Repatriación En las últimas semanas se hicieron públicos pedidos de políticos de Alemania y Francia pidiendo la “repatriación” del oro que esos países tienen bajo custodia de EEUU, principalmente en Fort Knox y en la Reserva Federal de Nueva York. Según distintas estimaciones, se trata de unos USD 245.000 millones entre ambos países. Alemania e Italia son, detrás de EEUU, los segundos mayores poseedores de reservas de oro, según un estudio del Mises Institute, un think tank libertario de EEUU nombrado en homenaje a Ludwig von Mises, uno de los dos mayores referentes de la “Escuela Austríaca” de Economía. El otro fue su discípulo, Friedrich von Hayek, a quien el presidente argentino, Javier Milei, reconoce como uno de los mayores economistas de la historia y cuyos libros suele citar, incluido uno, “La fatal arrogancia (los errores del socialismo)” que le llevó de regalo al papa León XIV. Los que más tienen El Top 10 de países con mayores reservas de oro lo encabeza EEUU y lo completan -después de Alemania e Italia- Francia, Rusia, China, Suiza, India, Japón y Turquía. ¿Y la Argentina? Según el más reciente informe del BCRA al respecto, al 23 de junio pasado la entidad contaba en su activo USD 7.836,5 millones en oro “neto de previsiones”, que según el precio de la onza a ese día implicaba unas 72,4 toneladas del metal precioso, poco menos del 12% de las reservas en volumen de Turquía, el décimo del ranking. Aunque no hay información detallada sobre dónde están esos activos. El gráfico de arriba agrega al Top 10 de reservas auríferas una barra para dimensionar, por aproximación, las reservas de oro de la Argentina, que representadas con exactitud serían casi invisibles. Milei le obsequió al Papa León XIV un ejemplar de "La fatal arrogancia", de Hayek, el supremo ideólogo de la desnacionalización del dinero y el oro como patrón monetario universal EFE/EPA/VATICAN MEDIA HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES La ansiedad por el oro se reflejó en la más reciente encuesta del Consejo Mundial del Oro (World Gold Council) entre inversores, actores del sector financiero y funcionarios bancarios del mundo: 95% respondió que espera que en los próximos 12 meses los bancos centrales aumenten sus tenencias de oro, el más alto porcentaje para esa encuesta anual desde 2018. Además de la merma de la confianza en el dólar como activo seguro, detrás de esa demanda también hay otros factores intangibles que Quinn Slobodian, profesor de historia en la Universidad de Boston, vinculó en un reciente libro a corrientes ideológicas profundas. El título del libro es revelador (“Los bastardos de Hayek”) y el subtítulo todavía más: “Raza, oro, IQ (sigla en inglés que refiere el cociente intelectual, medida más o menos aceptada de la inteligencia humana) y el capitalismo de ultra-derecha”. Raíces doctrinarias Según el libro, la ahora renovada obsesión con el oro tiene raíces doctrinarias en Hayek, autor de un libro sobre la “desnacionalización del dinero” y partidario del oro como patrón monetario universal. Slobodian identifica al diputado alemán Peter Boehringer, de Alternativa para Alemania (AfD), un partido de ultra-derecha, como iniciador del movimiento “traigamos el oro a casa”, al que luego se sumaron la francesa Marine Le Pen, el presidente de Hungría, Viktor Orban, y Matteo Salvini, antecesor de Giorgia Meloni en el liderazgo de la derecha italiana, ideas que encarnan también en ideólogos cercanos a Trump, como Glenn Beck y Steve Bannon. En cierta medida, en el último año la Argentina se ha beneficiado del aumento del precio del oro, que actualmente da cuenta de cerca del 80% del valor de las exportaciones mineras del país, gracias al sostenido aumento del precio y pese a la caída del volumen de producción aurífera local, concentrada en Santa Cruz y San Juan. Lo contrario sucedió con el carbonato de litio, del que se produce y exporta cada vez más volumen, pero a precios muy inferiores al pico al que había llegado a fines de 2022, como muestra la evolución del índice de precios de ambos minerales que publica la Secretaría de Minería de la Nación (ver más abajo). Peor aún, las principales minas de oro de la Argentina, en particular las de Santa Cruz, están en el tramo final de su “vida de mina”, unos 3 a 4 años finales de producción y no hay reemplazos de peso a la vista. El gobernador de la provincia, Claudio Vidal, apuesta a que aparezcan en el “Macizo del Deseado”, en un 80% aún inexplorado. Hay, por cierto, proyectos en desarrollo, como Hualilán, de la australiana Challenger Gold, que comenzaría a producir este año en San Juan y firmó un contrato de “maquila” con El Casposo, del empresario e inversor argentino Eduardo Elsztain. Las exploraciones arrojaron un estimado de recursos de 2,8 millones de onzas. El potencial aurífero también abarca proyectos como Lindero, de Fortuna Mining y campañas exploratorias como la de Latin Metals, en La Flora, en el distrito Cerro Bayo, pero hasta ahora uno solo formalizó un pedido de adhesión al Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), Gualcamayo, un proyecto de USD 1.000 millones propiedad de AISA Group, que tiene unos 250 empleados trabajando en San Juan y estima un potencial de producción de 300.000 onzas por año. La Argentina, por cierto, no exporta barras de oro, sino “aleación dorada o bullón dorado”. Su principal destino es Suiza, reino de la banca central del mundo, donde se transforma en lingotes, esos que se observan en una de las portadas del libro de Slobodian y que, según el informe del Mises Institute, ordenadas por volumen, se apilan en Fort Knox, West Point Mint, Denver Mint y las bóvedas de la Fed de Manhattan, a la espera de que los pedidos de “traer el oro a casa” de los “bastardos de Hayek” se materialicen.
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