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» Elterritorio
Fecha: 29/06/2025 08:32
¿Cómo aguanta la gente? Una pregunta recurrente que se escucha en mesas de café o de after office, dependiendo de la edad de los interlocutores. Mesas, claro está, con la política como temática central. La pregunta no es casual: es la misma que se hacen consultores, historiadores y políticos tradicionales domingo 29 de junio de 2025 | 4:00hs. Imagen creada con Inteligencia Artificial utilizando Gemini 4 ¿Cómo aguanta la gente? Una pregunta recurrente que se escucha en mesas de café o de after office, dependiendo de la edad de los interlocutores. Mesas, claro está, con la política como temática central. La pregunta no es casual: es la misma que se hacen consultores, historiadores y políticos tradicionales. Nadie logra entender, del todo, cómo “la gente” aguanta la situación económica actual. En Misiones, no hay sector económico que esté bien. La yerba, el té, la mandioca, la madera, el turismo, el comercio minorista... todos atraviesan una crisis. “No hay plata” en los bolsillos misioneros. Y la poca que hay se gasta entre Brasil y Paraguay, porque las asimetrías esta vez los favorecen. Entonces, ¿cómo aguanta la gente? La clave es la esperanza. Porque la esperanza es lo último que se pierde. Y el argentino todavía cree que va a salir de esta crisis. Lo interesante es que, a diferencia de otras veces, la esperanza está encarnada en la misma persona que nos metió en esta crisis: el presidente Javier Milei. Hace poco menos de un mes, el diario La Nación publicó un trabajo de la consultora Dynamis, de Ignacio Labaqui y Ana Iparraguirre. En ese informe nacional se indica que el 79% de los encuestados calificó como mala la situación económica actual del país, y solo un 18% dijo que era buena. Ahora bien, cuando se preguntó por la perspectiva a un año, el 48% dijo que sería buena y el 38% que sería mala. Algo similar reflejan los trabajos de otras consultoras: los números cambian, pero la tendencia es la misma. La esperanza de que se estará mejor bajo el mismo gobierno y el mismo modelo sigue vigente. Le creen. Gran trabajo del equipo comunicacional de la Casa Rosada, que a esta altura merece un profundo estudio sobre su efectividad para sostener la narrativa durante este año y medio de gestión. Pero, ¿por qué este Síndrome de Estocolmo? La respuesta está ahí afuera: en la política. En la falta de recambio dentro de las fuerzas que hoy son oposición. Tras los estrepitosos fracasos de los gobiernos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández, ninguno de los espacios supo renovarse. Ninguno de los dirigentes que encarnan esos fracasos entendió que la gente les dijo basta votando a un outsider, sin partido ni estructura. Nadie lo vio, ni lo ve. Había dirigentes para el recambio. Pero tampoco lo vieron. Desesperados por congraciarse con las mayorías que votaron a Milei en 2023, corrieron detrás de una bolsa de espejitos de colores que hábilmente el esquema libertario les ofreció. Y terminaron dando vueltas en círculos, sin saber adónde ir. Como ocurre hoy con los llamados "radicales peluca", a quienes, para recibirlos en las huestes libertarias, les ofrecen sumarse “a la cola”. Así, hoy a Milei lo sostiene la esperanza de un futuro mejor. Y esa esperanza se mantiene porque esa mayoría defraudada, si aparta la vista del presente y mira hacia los costados, ve las imágenes de los dos grandes fracasos recientes de las mayorías. Fracasos a los que, al parecer, esa mayoría no está dispuesta a volver. Quizás, si “los del recambio” no hubieran comprado espejitos de colores, hoy serían la opción a mirar de reojo. Tarde.
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