23/05/2025 16:13
23/05/2025 16:12
23/05/2025 16:12
23/05/2025 16:11
23/05/2025 16:11
23/05/2025 16:09
23/05/2025 16:08
23/05/2025 16:06
23/05/2025 16:06
23/05/2025 16:05
» Diario Cordoba
Fecha: 23/05/2025 07:06
-Esta noche, su violín sonará en La Axerquía con un espectáculo que ideó pensando en Córdoba y que lleva el título de ‘Volvemos cantando’, ¿qué tiene de diferente esta propuesta? -Efectivamente, cuando empecé a diseñar Volvemos cantando lo hice pensando en Córdoba, aunque ya lo he presentado en algunas ciudades como Sevilla, Málaga y Madrid. La gran novedad es que me hago acompañar, además de por mi compañía habitual, por coros, por dos chicas que tienen unas voces muy especiales y que me acompañan tanto haciendo armonía como melodía y son parte fundamental del espectáculo. En mis conciertos, el violín es la voz principal, pero el acompañamiento tiene un papel muy importante para buscar esos colores, esas texturas que hacen que la gente disfrute. El ritmo con la percusión, las palmas, agregar contrabajo, el bajo eléctrico, la guitarra flamenca y las voces hacen que pueda jugar de principio a fin con muchos ingredientes y subrayar la voz principal que es el violín. -¿Cuál es el tema que más le cuesta tocar, el que más le emociona? -El Vito. Siempre que lo toco en público, recuerdo a mi abuela porque ella me lo cantaba. Para mí, tocar El Vito es volver a estar cerca de mi abuela. La música tiene eso tan bonito, te hace viajar en el tiempo y estar con personas queridas que ya no están. -¿Todos los instrumentos tienen potencial flamenco o hay alguno que chirríe rodeado de palmas? -Todavía no he visto ninguno que chirríe, aunque cada instrumento es especial. Yo siempre digo que el violín es el instrumento más capaz de emular a la voz humana, es un instrumento melódico que te permite cantar. Hay otros que son armónicos como la guitarra que están creados para acompañar a la voz. Por eso, instrumentos como el contrabajo que tiene ese sonido grave que suena a jazz, mezclado con la guitarra flamenca pura, con la percusión y todo lo demás acompañando al violín, hace que surjan colores increíbles, emocionantes. Yo creo que con conocimiento y con arte, todos los instrumentos pueden sonar por cualquier estilo, ya sea el flamenco, el clásico o el jazz. -¿Alguna vez se ha propuesto que su violín tenga otra voz que no sea flamenca sino de otro género? -Yo he investigado el tango, el bolero, la canción popular, el folclore, pero sí es cierto que incluso la música clásica me la llevo al violín flamenco. Para mí, el concepto es que mi violín sea la voz principal y partiendo de ahí, con arreglos, adaptaciones o incluso con composiciones propias, consigo que mi sello personal sea reconocible. -¿El violín flamenco debería estudiarse en los conservatorios? -Lo que puedo decir es que yo tengo innumerables mensajes por las redes sociales de violinistas que quieren aprender violín flamenco y quieren que les dé clase, lo que pasa es que no tengo tiempo para eso. -¿Algún consejillo para ellos? -Lo primero, que escuchen mucha música, mucho flamenco, escucharme a mí (jajaja). Así empecé yo, escuchando a Paco de Lucía y a Vicente Amigo, con la ilusión de posicionar el violín en el centro del flamenco. -Siempre dice que Paco de Lucía ha sido su principal inspiración, ¿en la música clásica quiénes son sus referentes? -Itzhak Perlman y Alexander Markov, que son dos violinistas clásicos que han marcado una época, con uno de ellos pude trabajar en Estados Unidos durante una temporada bastante larga. Y muchos más. A mí la música en general me gusta, no me cierro a ningún estilo y eso es lo bonito, poder disfrutarla y aprender y crecer con ella cada día. -¿Cómo se lleva con las figuras del flamenco de Córdoba? -Muy bien. Conozco a Vicente Amigo desde hace unos cuantos años, no he tenido la suerte de tocar con él, pero hay un cariño mutuo. Otra leyenda viva es El Pele y con él he hecho muchas cosas. Él ha venido de artista invitado a mis conciertos y yo a los suyos, ha colaborado en una de las canciones de mi último disco y creo que lo último fue que yo produje su último disco, Peleando, que grabamos en mi estudio y fue una bonita aventura. "Me encantaría tocar con Vicente Amigo, yo lo considero un auténtico genio tocando y componiendo" -¿Cuándo le veremos tocar con Vicente Amigo? -A mí me encantaría y él lo sabe, así que le voy a tirar otra vez la caña en esta entrevista, a ver si le apetece. Yo lo considero un auténtico genio tanto tocando como componiendo y difícilmente podremos ver algo similar. Al ser tan genial, tiene que ser algo que a él le nazca y que lo vea. A mí se me ocurren mil cosas que hacer con él, pero porque yo soy más simple (jajaja). -¿Qué se lleva de esta gira que pronto acabará y qué vendrá después? -La gira está siendo muy bonita, me llevo sensaciones increíbles, vengo con las pilas cargadas, solo puedo decir que quiero más aunque también me apetece reposar un poco y grabar todas esas ideas musicales que he ido acumulando en este tiempo. Tengo ya varias perfiladas y estoy contento con el resultado. Lógicamente, todo lo que haga yo será cordobés y ahora mismo eso es lo que tengo en mente. A ver si en los próximos meses tengo tiempo y pronto tenemos nuevas grabaciones. Paco Montalvo presenta este viernes el espectáculo 'Volvemos cantando' en La Axerquía. / Manuel Murillo -Usted empezó a tocar muy joven por influencia de su padre y casi fue un niño prodigio. ¿Nunca se rebeló? -No sé si fui un niño prodigio, sí tenía cierta facilidad para tocar el violín, pero también ha habido mucho esfuerzo y trabajo. Para mi padre y el resto de la familia, solo tengo palabras de agradecimiento. Mi carrera ha sido superar etapas de aprendizaje, vivencias sobre el escenario, muchos viajes, conocer culturas nuevas y todo eso, con el apoyo de mi familia ha sido maravilloso. Siempre he tenido claro que la música me gusta y cuando recibo el aplauso del público, la fatiga o el cansancio se pasan. Todos los trabajos son complicados, la música también, pero si hay ilusión, esos baches se salvan y hacen que crezcas. La vida es un largo camino que hay que disfrutar. -¿Cómo se cuida un violinista cuando llega a su nivel? -Primero tengo que tener cuidado de no caerme, no hago actividades que entrañen riesgo. No voy a esquiar, por ejemplo, y le he cogido respeto a montar a caballo. Lo más importante es estar bien y por eso entreno. Tengo la suerte en Córdoba de ir al gimnasio de un amigo que se llama Fran Melero y es genial. -A los 18 años, tocó en el Carnegie Hall, ¿hoy por hoy, en qué escenario le gustaría tocar? -Hay muchos, pero por decir dos, el Teatro Colón de Buenos Aires me hace ilusión y el Royal Albert Hall de Londres. -Su violín para las ocasiones especiales fue un regalo anónimo. ¿Cuál es el violín de sus sueños? -Ese es una auténtica joya, pero uno que no tenga.. Me encantaría tener un Stradivarius y un Guarnerius. He hecho alguna gira con instrumentos de ese calibre y si me dan a elegir, cogería uno de esos. -¿Más allá de su violín, diría que usted es muy flamenco? ¿Canta, baila, le veremos en la Feria? -Espero que algún día me veáis por la Feria, yo voy a intentar ir... Aparte de eso, no voy a decir cómo bailo, de cantar mejor no hablamos y he intentado tocar otros instrumentos, pero si me quitan el violín, difícilmente hago algo parecido. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original