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» Jackemate
Fecha: 22/05/2025 18:41
Comparte este Articulo... A pesar que hace poco tiempo y circunstancialmente podíamos observar zonas del Sahara con numerosas lagunas por fenómenos climáticos no habituales, en esa región del norte africano no abunda el agua potable, tal cual ocurre en muchas regiones de nuestro país. Como en otros asuntos esenciales para el Estado marroquí, el agua es una cuestión de seguridad nacional y está bajo la supervisión directa y decidida del propio Rey. Marruecos, como muchos países en un contexto global marcado por el cambio climático, sufría una alarmante escasez de recursos naturales agravada por sequías recurrentes y prolongadas de una gravedad sin precedentes. El Rey Mohammed VI convirtió en una prioridad estratégica durante el cuarto de siglo de su reinado esta cuota de desarrollo con un impulso de rehabilitación económica centrado en el agua y la agricultura, consiguiendo afianzar políticas agrícolas sólidas mediante una moderna infraestructura de regadío, una red de servicios hídricos y núcleos de población dotados de modernos servicios, impulsando, una política del agua basada en la anticipación, la equidad territorial y el desarrollo sostenible. El discurso real ilustra la gran prioridad que concede SM el Rey a la cuestión del agua, en particular ante la sucesión de años de sequía, añadió Montesinos, en una declaración a la MAP. El enfoque real identifica varias soluciones eficaces destinadas a hacer frente a los desafíos globales vinculados a la cuestión crucial del agua, señaló, citando como ejemplo la continuación de la construcción de presas y de plantas desalinizadoras de agua de mar. «Esta política tendrá un impacto muy positivo en el desarrollo socioeconómico de Marruecos, que es un modelo en términos de gestión de los recursos hídricos en la región», señaló este miembro del consejo asesor del Instituto Europeo del Mediterráneo. «En los últimos 25 años se han realizado progresos considerables en diversos ámbitos, entre ellos la gestión del agua, que deberían inspirar a otros países africanos», concluyó el investigador universitario español, Francisco Javier Carrillo Montesinos. En este cuarto de siglo se han construido o están en construcción 42 nuevas presas, con una capacidad combinada de almacenamiento de más de 6745 millones de m3. Una cifra impresionante, que supera ampliamente la capacidad de las presas construidas desde la independencia. Y esto es sólo el principio: en la ley de finanzas de 2025 ya están previstas tres nuevas presas, con una capacidad adicional de 1024 millones de m3. El objetivo declarado es claro: alcanzar una capacidad de almacenamiento de 27300 millones de m³ en 2027, situando así a Marruecos entre los líderes africanos en términos de capacidad hidráulica. Mas importante que estos datos cuantitativos, es la calidad de esta política de Estado. Las presas no son simples obras de ingeniería: encarnan una promesa de vida, estabilidad y equidad territorial. Gracias a ellos, el agua se convierte en un vector de desarrollo, cohesión social e inclusión. Los recursos destinados a su construcción son una inversión masiva para garantizar un derecho fundamental. Esta ambición está respaldada por el Programa Nacional de Abastecimiento de Agua Potable y de Irrigación (2020-2027), cuyo presupuesto ha sido aumentado, por Altas Instrucciones Reales, de 115 a 150 mil millones de dírhams. En regiones como la nuestra, a orillas de grandes ríos como el Paraná o el Río de La Plata, tal vez no se comprenda la tremenda dimensión que tiene el «tema Agua» en otras regiones del planeta y por eso la real envergadura de la planificación prevista por el Rey Mohammed VI a tantos años de proyección. Una determinación que refleja la firme voluntad de garantizar a todos los ciudadanos un acceso equitativo y sostenible al agua, incluso en las zonas rurales más remotas. Lejos de ser un proyecto exclusivamente técnico, esta política nacional se inscribe en un enfoque humanista, donde el agua es percibida como un derecho fundamental y una palanca de justicia social. La visión del Soberano va más allá de la mera construcción de represas; Se basa en una diversificación de recursos, integrando soluciones no convencionales como la desalación de agua de mar, la reutilización de aguas residuales y la optimización de las redes hidráulicas existentes. Al respecto, el Reino ha visto surgir plantas de desalinización de última generación, especialmente en Agadir, El Aaiún, Dajla y próximamente Casablanca, que albergará la planta más grande del continente. Se estima que, en 2027, la capacidad total de desalinización alcanzará los 560 millones de m³ al año, complementada con una capacidad de tratamiento de aguas residuales de alrededor de 50 millones de m³. A ello se suma el ambicioso proyecto de transferencia entre cuencas, que une Sebou, Bouregreg y Oum Er-Rbia en 67 km, con un volumen transferible anual comprendido entre 350 y 470 millones de m³. Los logros de esta política proactiva se extienden más allá de las fronteras del país. Marruecos es elogiado hoy por su gobernanza ejemplar del agua y su papel activo en la diplomacia climática. Al promover la solidaridad africana en materia de agua, el Rey Mohammed VI posiciona a su país como un actor importante en el continente en términos de innovación y resiliencia ambiental. En una época en que muchos países aún se debaten a tientas ante la emergencia climática, Marruecos, bajo el liderazgo de SM el Rey, está trazando un camino claro: el de una soberanía hídrica concebida a largo plazo, centrada en las personas e impulsada por una visión ilustrada. Una estrategia que haga del agua no un tema de crisis, sino una palanca de metamorfosis nacional. Una asociación histórica con los Emiratos Dentro de este marco planificado a muchos años vista, con una actitud que evidencia el calado de las concordancias entre ambos países, una coalición marroquí-emiratí anunció el lunes la firma de acuerdos de inversión con el gobierno marroquí por un valor de casi 14.000 millones de dólares para implementar varios proyectos, en particular infraestructura para la producción y transmisión de electricidad a partir de fuentes renovables y desalinización de agua de mar. El convenio responde a la sólida asociación entre Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos, consagrada en la declaración real conjunta entre el rey marroquí Mohammed VI y el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, en diciembre de 2023 en Abu Dhabi. La firma de memorandos Un consorcio formado por el Fondo de Inversión Mohammed VI, TAQA Marruecos -filial del grupo emiratí TAQA- y NAREVA (el Consorcio), ha firmado tres memorandos de entendimiento con el Gobierno marroquí y la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE). Estos acuerdos de entendimiento abarcan el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte de agua y electricidad, así como nuevas capacidades de desalinización de agua de mar y de producción de electricidad a partir de fuentes renovables y gas natural. El programa de inversión estructurante constituye una palanca estratégica para la transformación económica, social y ambiental del país. En particular, generará la creación de más de 25.000 puestos de trabajo durante las fases de construcción y operación de los proyectos, incluyendo más de 10.000 puestos permanentes después de su puesta en servicio. Esto representa un cambio cualitativo en el camino de Marruecos hacia el logro de una transición energética sostenible y la mejora de su seguridad hídrica. (Jackemate.com) Fuente: Noticias de MAP y alarab.co.uk
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